Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

jueves, 5 de mayo de 2022

02. El alma de los objetos. Gema Herráez Peñas

  Helena llevaba viendo ese colgante, guardado en un joyero, desde que era niña. No formaba un círculo perfecto, ni un óvalo, sino que, más bien, estaba entre esas dos geometrías. Tenía  un color plateado pero sin brillo y una especie de flor rara grabada en su superficie. Al cabo de los años descubrió que se abría en dos y que era un guardapelo. Curioso nombre. Esos objetos albergaban un espacio para guardar fotografías o, quizá, por qué no, el mechón de pelo de un amante. De ahí su nombre. 

Una vez preguntó a su madre sobre la procedencia de ese objeto. Ella  le contestó que se lo habían regalado las monjas cuando estuvo sirviendo en Toledo. Helena se preguntaba por qué las monjas le habrían regalado ese objeto. En un momento dado decidió pedírselo a su madre y llevarlo a que le pusieran una cadena para poder usarlo como colgante. La verdad es que llamaba la atención pero Helena tuvo siempre la sensación de que no le pertenecía y que, de alguna, había usurpado su posesión. Era algo que siempre la tuvo intrigada. Llegó a imaginar que había acabado en manos de las monjas por algún triste u oscuro motivo y que a quien perteneciera no lo dejó o donó de forma altruista. Por eso, cuando lo perdió en un viaje a Bélgica mientras visitaba Brujas, tuvo conciencia de que siempre fue una dueña provisional. Quizás los objetos tienen alma, pensó Helena, y la de este siempre sería, en esencia, de sus dueños primigenios.


6 comentarios:

  1. No se si es lo mismo guardapelo que relicario o camafeo. En cualquier caso siempre me han resultado objetos intrigantes por su hermetismo e interesantes cuando se abren pues siempre la cosa que hay dentro cuenta una historia.
    En tu relato se imprime tanto esa intriga como ese interés por el origen del guardapelo que dejas en suspense para que cada lector complete la historia.
    Tal vez no fuiste tú la que perdió el guardapelo sino que fue él quien te perdió a tí . Puede que algún día os reencontreis de nuevo ( o vuestras almas). Jajaja

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante tu perspectiva Carmen. Me gusta la idea de que el guardapelo o camafeo o relicario, que contestando a tu pregunta son lo mismo, tenga vida propia y sea él quien pierde a Helena que es un trasunto mío en realidad. Y desde luego sería mágico volver a encontrarlo o que él me encontrará a mi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad, no eras tú sino Helena. Perdona por adivinar y desvelar tu trasunto.A veces, me pasan estas cosas. Jajaja.

      Eliminar
  3. Qué maravilla. Me encanta que estemos dando tanta vida a los objetos! Ojalá que te encuentre Gema o sino que por lo menos encuentre un nuevo dueño que sepa apreciar y siga dando vida al guardapelo.

    ResponderEliminar
  4. Pues sí, a veces el mundo nos recuerda que no somos dueños sino partícipes de la vida de otros seres, de otras cosas, y que, apropiándonoslas, les quitamos su valor, su capacidad para cambiar la vida de otros. Y está genial que nos lo recuerdes de una manera tan bonita. Gracias.

    ResponderEliminar
  5. Sí que da la sensación de que algunos objetos tienen alma y quieren volver a sus orígenes. A veces pierdes algo a lo que le tienes apego y de la manera más inesperada te encuentra. Me ha gustado mucho tu relato. Gracias

    ResponderEliminar