Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

jueves, 27 de mayo de 2021

09. Desolación. Valentina Velázquez Hontoria

Las cigüeñas no anidan en los países en guerra, ni las flores crecen entre la hierba, ni hay hierba acariciando la tierra, ni tierra queda para sus muertos… La esperanza se subasta y nadie puede comprarla. “Un mundo sin esperanza está derrotado”, algo así debió decir alguien en la tele cuando Omar salió a la terraza a desenfundar su rabia, gritando hasta enmudecer el alma.

Desde hace unos días no hay colegio, sólo se oyen las bombas y no hay sitio seguro donde refugiarse; su hermano de dos años llora asustado porque tiembla la casa. La pantalla habla del problema de la pandemia que es terrorífico en la India; en Europa están abriendo los bares por los buenos resultados de la vacunación y piensan en donar vacunas a los países pobres.

Omar se dice que tiene que llegar a esos países tan ricos, que allí se recargará de esperanza y podrá aprovechar su talento; que si su mundo está derrotado, él no… De repente una lluvia sorda de cascotes funde en negro sus sueños, antes de empezar a creer en ellos.

lunes, 24 de mayo de 2021

08. Primavera. Belén Molina

Empieza el calor, pasan nubes anunciadoras de tormentas, pasan milanos en vuelo rasante persiguiendo topillos, las golondrinas recién llegadas de África ya han hecho sus nidos y las cigüeñas crotorean y ceban a los pollos recién nacidos.

Yo me refresco buceando en la tierra, aún húmeda y fresca, entre las raíces de los arbustos y los tallos de las flores que han reconocido la primavera y han brotado a miles. A pesar de su cobijo, tengo miedo. Estoy atenta al menor cambio de luz que se produzca y enterrarme lo más profundo que pueda para esquivar el agudo pico que zahiere la tierra. Las lombrices somos el manjar predilecto y más nutritivo de los pollos de cigüeña. 

miércoles, 19 de mayo de 2021

07. Un poco de todo. Santa

 - Quiero un poco de sexo, por favor. - Dijo Ella, con los ojos llenos de lluvia; una fina lluvia que calaba a los dos.

            

 - Me voy a morir de tanto amor. - Dijo Él, con su voz sincera y grave.

 

Ella se lanzó a su boca y Él la besó. Sintieron que había flores de todos los colores en su interior.

 

Las manos de Ella, ágiles como ganzúas, desabrocharon el cinturón; para un segundo después liberar los botones que aprisionaban el sexo de Él. Se montó a horcajadas sujeta por los brazos en tensión de su amante.

 

El ascensor se detuvo y una mano abrió la puerta; era Patricia la escritora. 

 

- Qué coño hacéis!! Tom, se supone que eres solo un personaje secundario, tímido y sin atractivo… y Emily… deberías ser la mujer fatal, triunfadora, que seduce al personaje más importante de la historia… ¡¡Esto no va a funcionar!!-

 

- Está completo, lo siento Lisa. - Dijo Emily y cerró como pudo la puerta con el pie. Tom marcó con el codo el piso cincuenta.

 

Cuando llegaron al cincuenta seguían enamorados. La cigüeña, que había vuelto como todos los abriles, sonrió al verlos pasear por el borde de la azotea; cogidos de la mano, sin miedo.

06. ¿Quién no ha escuchado alguna vez: "lo esperamos como agua de mayo". Antonio Nieto

Sin embargo, me acuerdo de mi amigo Braulio, un aventurero que lleva un año trotando por el mundo como si este fuera el jardín de su casa. “Nunca me pasará nada porque soy muy cuidadoso”, suele decirme cada vez que chateamos. Un día me puso un mensaje diciéndome que atravesaría el desierto del Sahara en camello. Otro que acababa de embarcar en un catamarán rumbo a Méjico. Semanas más tarde, me informaba que no había gozado tanto en su vida como el rafting por el Colorado o el puénting … La selva colombiana repleta de narcos y reptiles que envenenan solo con la mirada no parecen hacerle mella. El Covid es para el un resfriado y siente que no hay nada que le pueda matar hasta que llegue a viejo, suele decirme al final de sus mensajes. Finalmente, me anunció que estaría en Madrid la primera semana de mayo, como la esperada lluvia.

En una terraza del barrio, yo con mi FFP2, escucho embelesado cada una de sus episodios y le comento la suerte que tiene de salir ileso de tantos sucesos. Él me sonríe y me reconfirma que todo es una cuestión de precaución y valoración de riesgos.

Anoche recibí una llamada de Elena, su hermana, quien me informó que Braulio estaba en la UCI con un derrame cerebral provocado por el fuerte impacto de una pelota de golf sin control, mientras paseaba por el Juan Carlos primero, cercano al campo de golf.

jueves, 13 de mayo de 2021

05. La silla de ruedas. Gema Herráez

         Allí estaba, en el ángulo oscuro, como en el poema de Becquer, solo que no era un arpa sino una  silla de ruedas. Marga la miraba todos los días con cierto miedo desde que pasó a formar parte del mobiliario. Su orgullo le impedía verla como una aliada.


          Sus padres, muy hábiles, simplemente la dejaron ahí y dijeron “ya ha llegado” con una sobriedad  impropia de ellos, tan dados a una actitud positivista de la que hacían gala desde que tenía uso de razón. Aún recordaba  cuando  creía que las cigüeñas solo tenían una pata, porque las veía  erguidas sobre ella en su nido, y su madre le decía, ves hija ellas también son diferentes pero perfectas como tú. Cuando se enteró de que dormían así pero que tenían dos, ya  era lo suficientemente mayor para comprender y enternecerse con aquella poética mentira. 


         Por fin se decidió y una noche, mientras sus padres dormían, se armó de valor y, con gran esfuerzo, ayudándose con la muleta pudo llegar hasta la silla y sentarse en ella. A la mañana siguiente apareció en el salón conduciéndola con destreza. Sus padres solo dijeron, “ buenos días hija, ¿ Que tal has dormido?" Marga sabía que en esa impostada naturalidad se escondía el reprimido deseo de arrojarla flores. 

domingo, 9 de mayo de 2021

04. Carlota. Julián Rumbero Castro

Cuando Carlota nació el campo se pintó de nuevo de amapolas. Esas flores que no gustan al labrador porque germinan cuando los cereales.  A Juan, que le dicen viejo loco porque le falta una oreja como a Vicent Van Gogh, y tiene en su casa una copia de su cuadro de lirios, sin embargo sí le gustan, y pide paciencia al trigo, consciente del miedo de sus raíces.

Para él, esos campos rojos son la sangre de la Tierra, que se muestra a principios de mayo para que quienes tienen la suerte de verlas, sepan que es como la niña, con sus humores y sueños particulares.

La niña ha aprendido también que cuando las cigüeñas mueven sus cabezas adelante y atrás y sus picos parecen unas castañuelas, no sólo la hembra se prepara a dejar huevos en su nido, sino que anuncia la floración de las amapolas. Mayo es muy hermoso, dice a sus amigos de la escuela rural, y al cartero que todo el año trae flores en sus cartas, según cuenta su tía Adelina que tiene los ojos grandes siempre que lo ve. 

Y todos saben por qué lo dice la niña. Nació como una amapola, cuando nacen las cigüeñas y además se llama Carlota, como bautizó Juan a la mamá cigüeña del campanario.

sábado, 8 de mayo de 2021

03. Migración. Alicia del Caz López

Solamente las nubes y la torre de la iglesia, con su cigüeña y su gran nido sobresaliendo, pero estable, por los bordes, era lo que veía Andrés desde el camastro por el ventanuco enrejado de su celda.

Solo eso le acompañaba en su encierro.

En tres meses la cigüeña nunca había fallado; según abría los ojos por la mañana, ahí estaba ella, y él sabía que le miraba, que le contaba, con su crotoreo y su ligero batir de alas, toda la libertad que había en sus vuelos.

En esos momentos Andrés soñaba y dejaba de pensar en lo paradójicamente cerca que estaba la iglesia de la cárcel y lo rápido que vendría el cura llegado el momento. Se le olvidaba que posiblemente Emilia ni siquiera iba a tener una tumba donde llevarle flores, y eso le dolía porque sabía que las lágrimas que no caen sobre los muertos se cristalizan y pinchan para siempre la garganta. Y Emilia le dolía más que la muerte.

Pero hoy ya casi clareaba el día y el nido estaba vacío. Andrés se apretujó contra la manta rasposa para protegerse de su ausencia y de la fría madrugada que despuntaba.

El repentino ruido de la cerradura le sobresaltó y el miedo le hizo orinarse en los pantalones, nunca le traían el desayuno al amanecer.

02. Bebés. Rosa Molina

Cuando mi padre nos dijo que vendría la cigüeña a casa, Loli y yo nos escondimos para verla. Teníamos seis años y dudábamos de si a los bebés los traía la cigüeña o si nacían gracias al revoloteo de las abejitas por las flores. Además, queríamos pedirle que dejara al bebé en casa de Loli, que era hija única y tenía mucho sitio, porque en la mía ya éramos cuatro hermanos y no cabía ninguno más. 

Pasamos la tarde entera aburridas, vigilando, así que, cuando nos enteramos de que por fin había llegado mi nueva hermanita, nos enfadamos tanto que mi padre nos dijo que mejor saliéramos a la calle. Para nuestra sorpresa, entre las flores y el zumbido de las abejitas, encontramos un gorrión recién nacido. Lo llevamos a casa de Loli y lo criamos juntas, con devoción y entrega, hasta que le salieron las plumas y se marchó volando. Después volvimos a espiar el revoloteo de las abejitas y encontramos una pequeña lagartija, más tarde una pequeña ardilla. Bebés humanos no encontramos nunca, pero siempre tuvimos claro que lo de las cigüeñas, era un cuento.

01. Réquiem por un treinta de mayo. Carmen Cardeña

Los pétalos de rosas quedan adheridos a las calles como el papel seda a una lámina de acuarela aún húmeda. Al día siguiente, a las seis de la mañana, Mauricio con su escoba extrae a lo largo de la avenida por donde pasó la comitiva, una especie de churro sucio y viscoso que gira con cada rascada de las cerdas duras como las púas del puerco espín. 

Ni rastro del aroma sedoso de las flores esparcido hasta el universo por el vuelo de los vestidos de comunión. Ni rastro de la cigüeña del campanario que, asomada en su nido, oteaba el desfile de marineritos azules y almirantes con cordones y charreteras escoltando a las almidonadas niñas de blanco o beige, con sus bandejitas de resina  troquelada trasparente y cestitas de mimbre repletas de pétalos de rosas lanzados hacia los familiares asistentes sin alcanzarlos . Ni rastro de la niña de blanco adornada de tirabuzones, corona y moño, guantes de encaje, rosario y medallita del niño Jesús, limosnera y misalito de nácar. Ni rastro de los miedos por comulgar sin haber confesado todos los pecados.

Nada del corpus christi. Sólo el corpachón de Mauricio con su escoba es consciente de los restos del pasado.

La niña de blanco duerme abrazada al fallecido, pero aún caliente, treinta de mayo, soleado, hermoso, fraternal, con orgullo de madre, presumido, empachado de regalos, primas, tartas y helados.

domingo, 2 de mayo de 2021

Mayo: mes de cigüeñas, flores y miedos

Bienvenidos a mayo, el mes de las flores, los nidos y el trigo verde. Las cigüeñas comparten prados con las vacas y, mientras estas pastan,  se comen las ranas, los insectos zumbadores,  las lagartijas que pasean tomando el sol. Las flores tapizan cualquier espacio, por pequeño que sea y solo los alérgicos tienen  miedo a  salir de casa a pasear por el campo y a respirar el aire lleno de aromas y polen. 

Aunque hasta el 40 de mayo no nos quitaremos el sayo, empiezan los días largos y veraniegos, días de paseos, granizados, helados y horchatas acompañados de buenas conversaciones y gente querida. Estamos a la puerta del verano. Disfrutemos del frescor de sus umbrales. 

Mientras, nos leemos.