Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

jueves, 26 de noviembre de 2015

06. Ya no estás. José M. Nieto

"“Qué idiota”,  pensé mientras contemplaba el segundo par de cubiertos que se acostaba sobre el mantel. Hacía dos semanas ya, pero seguía repitiendo el mismo error una y otra vez, como si mi mente fuera incapaz de aceptarlo.
Dos semanas en las que vivía por inercia, donde cenar se había convertido en un mero trámite, una absurda burocracia que seguía llevando a cabo por simple supervivencia. La verdad es que no sé qué me daba más miedo, si la terrible observación de su silla vacía o lo grande que se me había vuelto la cama desde que ella no estaba. Solo lo superaba el vértigo de volverme a enfrentar al teléfono sonar, a las explicaciones a medias y a las excusas baratas.
La vida había perdido la gracia, como un chiste viejo, como un humorista de los 90. Ahora en mi cadena perpetua solo quedaba un pasillo a oscuras, una entrada individual y la única compañía de ese asfixiante silencio después de cenar. 

miércoles, 25 de noviembre de 2015

05. Mamuts. Jesús Pulido

Comentamos lo ocurrido, cenábamos charlando sobre aquello destacable, sin sesudas charlas sobre nada, aquellas pequeñas cosas que llenan el día a día eran el motivo de nuestra atención, recordábamos lo pendiente del mañana para que todos lo tuvieran presente y no afectase a su cotidianedad en demasía. Terminamos y fui al salón, reinaba el silencio después de cenar cuando un estruendo arrasó la tranquilidad: un rebaño de mamuts iba despavorido por la calle y mi hija mayor no me lo había dicho.

martes, 10 de noviembre de 2015

Ganadores de la vuelta al mundo de octubre



Después de miles de kilómetros recorridos, de todos los aires que hemos respirado, de viajar alrededor de la inmensa galaxia que es nuestro mundo interior, sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia todos vosotros, por evocar, a través de vuestros microrrelatos, la inmensidad de la vida contenida en los sentimientos y emociones que nos conforman. Gracias por recordarnos que el mundo es más pequeño que nuestra necesidad de ser felices, mucho más, aunque en ocasiones haya que viajar, lejos, muy lejos, para descubrir el rincón más valioso de nuestro yo.

Hacía mucho que no teníamos dos finalistas, pero este mes de viajes lejanos, nos ha devuelto pequeñas historias dignas de volver a ser leídas una y otra vez. Por ello, creemos que los ganadores son:

Ganador:  La vuelta al mundo. Asdrúbal Salsamendi
Finalistas: La caída de las hojas. Antonella Brunetti
               Volviendo a gatear. José M. Nieto

Enhorabuena y gracias por compartir con todos nosotros vuestra imaginación y ofrecernos esos viajes tan gratificantes que tanto bien nos han hecho.

lunes, 9 de noviembre de 2015

04. El telediario. María Jesús Silván

En casa de mis padres se cenaba, ineludiblemente, a la misma hora, a la hora del Telediario. Entre charla y bocado, el murmullo de las noticias.
También ineludiblemente, ya a punto de terminar, había un momento en el que mi padre, tintineaba en su vaso con el cubierto y decía con autoridad: Ahora silencio, que van a dar el tiempo.

sábado, 7 de noviembre de 2015

03. El olvido. Antonio López de Lerma

Al llamar a la puerta del caserón esta se abrió, el artista dolorido entró refugiándose de la fuerte lluvia y viento, a la izquierda de la estancia vacía una amplia escalera se alzaba, él siempre había querido subir a lo más alto como cuando se aprovechó del amor de la marchante de arte, que nunca se recuperó del abandono una vez que él consiguió la fama.
Ahora sentado en el suelo apoyado en la pared, qué lejanos le parecían los aplausos recibidos en la cena de su homenaje, en su mente resonaba la nefasta decisión por no haber dicho que no al ofrecimiento de esa última copa.
Fuera, la tormenta ha dejado paso a la calma y el coche calcinado es ya solo una mancha negra junto al árbol destrozado. Dentro, sus costillas rotas por el impacto con el volante han destrozado sus pulmones, notando cómo la vida se escapa así recordó su lucha por ser valorado y cómo en la batalla olvidó su verdadero valor, ese valor intrínseco que nadie le puede dar ni quitar, el valor que tiene todo ser nacido solo por ser, el valor de un bebé.
Con la conciencia de ser, escuchó el silencio de los no aplausos y el sonido de su mente se unió a ellos.

jueves, 5 de noviembre de 2015

02. Incertidumbre. Antonio Nieto

Nuestro amigo Yordi había venido a cenar aquella noche a casa. Hacía tiempo  que no lo veíamos y su presencia siempre fue gratificante. Poseía el don de la palabra y sus conversaciones siempre  llenaban un espacio de interés, donde otros lo hacen de estupideces. Nuestras conversaciones siempre fueron constructivas, llenas de puentes por donde llegar al razonamiento del otro y admitir lo coherente; ¡no había mejor conversador que Yordi!
La cena empezó como siempre: chistes blandos que no hieren a nadie, pensamientos donde el absolutismo de la razón está ausente y por supuesto las bromas típicas del fútbol. Todo se desarrollaba felizmente y según lo previsto. Saboreábamos un buen Napoleón en copa caliente, tal y como le gusta a mi amigo. Ana, mi mujer, encendió el televisor del salón con el ánimo de crear ambiente. Apareció la cara del presentador de la Cinco y las primeras imágenes que mostraban el parlamento de Cataluña. La presidenta acababa de anunciar la República catalana. De repente se hizo un silencio; nos miramos de forma incomprensible y el tiempo se hizo eterno. Se excusó y salió de la casa: desde entonces no he vuelto a saber de él.

lunes, 2 de noviembre de 2015

01. Silencio después de cenar. Asdrúbal Salsamendi

El silencio después de cenar se continuó en el salón. Nadie quiso romperlo y todos se mantuvieron en un silencio profundo. ¡Era como todos los días! El ambiente frío y casi de lucha se mantenía de forma constante. No había manera de convencer a esa familia de que sólo hablando se podían solucionar sus problemas, pero nadie cedía ante esta posición, quizás porque si hablaban se consideraban perdedores y el silencio los mantenía unidos y en una paz más o menos aceptable. Todos sin embargo esperaban que alguien se lanzara a combatir ese terrible y espeso silencio en el que vivían...

En noviembre..... un silencio después de cenar

Llega noviembre sigilosamente, escondido tras una densa cortina de agua, intentando que el frío que viene detrás pase desapercibido. Y llega con ese silencio sospechoso que preludia una cascada de acontecimientos inevitables,  como el que se produce antes de un maremoto o, para poner un ejemplo más conocido, el que se palpa en una cena familiar, después de un comentario tan inadecuado como inoportuno, y que detiene el entrechocar de los cubiertos, convierte el masticar en un nervioso rumiar, y las miradas acechan las reacciones ajenas. Ese silencio, denso, casi sólido, es el que queremos que agarres, moldees y nos cuentes. Como siempre, apelamos a tu imaginación y buen hacer, y nos callamos para dejarte pensar.... en silencio.

Mientras, lee este silencio chino:

EL EMPERADOR DE CHINA - MARCO DENEVI
Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado, del difunto emperador. ¿Veis? -dijo - Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser el emperador.

El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.