Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

viernes, 30 de diciembre de 2016

06. Al final del año. Valentina Velázquez

Miraba a mi madre y sentía que era mi abuela en otro final de año, tal cual: sentada al lado de la ventana, lanzaba su mirada hacia la lejanía, más allá de los árboles y del cielo, como si fuera una caña y quisiera pescar algo... o a alguien que, indudablemente, por lo que leía en un gesto de tierna nostalgía, quería ser atrapada. Con esa mirada profunda, laberíntica y certera, intuitiva; penetrante e incisiva, calaba hasta las entrañas del mundo antes de ser mundo, como un cirujano disecciona el cuerpo humano y reconoce lo que encuentra y lo que no. Luego habló para sí, aunque sabiendo que yo la observaba, algo apenas audible pero que vino como una oleada de aire fresco a mis pulmones y vivificó mi alma: "Todo está bien, todo está en paz".
Y sentada a la ventana estaba yo en este final de año, recordando y musitando: "Todo está bien, estoy en paz conmigo y con el mundo"; y mi hija percibió lo mismo que sentimos todas a lo largo de tantas generaciones... No se puede describir el placer de vernos danzar en su mirada.

jueves, 29 de diciembre de 2016

05. Inocentada. Santa

Como siempre la Nochebuena en casa de sus suegros, la Navidad en su casa.
De vuelta al trabajo, la oficina parecía un desierto de carpetas y ordenadores. Su compañero francés Antoine; solo trabajaba en Navidades y agosto supliendo a los fijos.
Antoine vivía solo, su vida era un misterio. Con los años, se hicieron buenos amigos. El 28 de diciembre Pablo pensó en gastar una inocentada a su mujer. Cogió el móvil de Antoine y le mandó un SMS:
"Lo tengo todo pensado, no puedo vivir sin los besos de tu boca. Nos vemos donde siempre Amor. Confía en mi. Te amo".
Al llegar a casa, Carmen le enseñaría el mensaje y él haría el papel de marido celoso. Aclarada la broma, llamaría a Antoine para reír con su amigo.
Antoine se excusó a la hora de comer porque tenía que ver a un cliente. Pablo llamó a Carmen como todos los días, estaba rara. Se felicitó por su plan.
A las siete subió hasta el 5º C. Abrió la puerta y le extraño no oír a Carmen zascandilear por la casa. En la cocina encontró un sobre con su  nombre.
No volvería a ver a Antoine en la oficina.

jueves, 22 de diciembre de 2016

04. El tesoro. Antonio López de Lerma

En el espacio entre la ventana y la puerta de la habitación sigue estando el viejo arcón. Desde mi infancia recuerdo cómo cada noche mi padre salía sonriente colgándose la llave en su cuello y tanto mis hermanos, mi madre y yo, le preguntábamos qué guardaba en el misterioso mueble y él siempre contestaba “mi más íntimo tesoro”.
Después de 62 años, estoy frente al baúl, con la llave que descolgué de su cuello antes de que fuera llevado al tanatorio; para nada me esperaba lo que encontré, miles de papeles cuidadosamente doblados en cuatro. Unos hablaban de un encuentro, en otros de desencuentros, muchos se referían a la naturaleza, a la familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, comerciantes o a situaciones cotidianas y sencillas y en todos un mismo empiece: “Gracias…”

miércoles, 21 de diciembre de 2016

03. A otra cosa. Antonio López de Lerma

Cae la tarde y el humano recoge los aperos de labranza y los acomoda en el portaequipaje de su viejo ciclomotor, después de todo un día en soledad con cabeza baja recogiendo las hierbas con las que dará alimento a sus conejos, ya casi con los pensamientos agotados y la emoción vacía, solo nota la tensión en sus lumbares; el silencio le envuelve y se siente liviano, como si ascendiese y una luz blanca le da tranquilidad.
Todo es quietud, aunque sabe que está en movimiento, abre los ojos y se encuentra ante una especie de seres desconocidos que le observan, mientras su desnudez le hace sentirse como un recién nacido, él sabe que echara de menos la vida en su Tierra.

martes, 20 de diciembre de 2016

¡FELIZ NAVIDAD!

Desde adEla queremos felicitaros la Navidad y desearos que el 2017 sea el mejor año de vuestra vida.

¡FELICES FIESTAS!

Imágenes integradas 1

viernes, 2 de diciembre de 2016

02. Sabiduría. Julián Rumbero


Las noches de agosto abren las ventanas y mecen las figuras que cuelgan de un techo azul adornado de planetas y estrellas. En el Finisterre, el dibujo de  una cascada que sobrevuelan dos libélulas y un duendecillo astronauta. Los trazos del agua se agolpan en una fuente de sordos murmullos, proceden de un móvil que ronronea como una aspiradora. Descubrieron que algunos bebés se relajan escuchando sonidos semejantes. Al Este aparece un carro que arrastran dos osos polares y entre ellos el hada del invierno. Mamá sobre sus ojos, el Norte. La pequeña es el Sur.

Son trazos simples, pegatinas chicas y juegos de colores que asombran a la pequeña. Sus ojos  viajan en ese carro de nube o saltan al lomo de los osos blancos. Nadie recuerda quién propuso o guardó en aquel techo estrellado dos  animales nobles, suficientes para la alegría de la niña cuyos deditos  escarban el aire.

Hace apenas un mes que se produjo la buena nueva, cuando el mundo se ha dado otra esperanza. Y mamá, descansada, contempla su sueño cumplido mientras la noche caliente acaricia el sueño de la niña.

01. Apoyo mutuo. Julián Rumbero



La bolsa, colmada de garbanzos y lentejas, abulta más que la niña. El voluntario se  acerca para ayudarla. Lamentaría que sufriera un esfuerzo injusto por ayudar a los demás. Coge la bolsa y le pregunta su nombre. Como es algo sordito se agacha y repite su pregunta. Su mamá la llama cielo mientras ella le dice Mar o eso cree entender y por un instante imagina que la solidaridad es como el hogar de los planetas y las estrellas, como el océano que guarda sueños y viajeros.

Apenas escucha otras palabras que mariposean pero no duda de su significado viendo  los ojos de la niña perdidos en el carro. El voluntario vacila y otra niña le cede una bolsa vacía, doblada varias veces con una cuartilla en su interior que proclama un ruego notable. Mamá  introduce leche infantil. Apenas un bulto ligero que la niña sí puede elevar por encima de su cabecita y posa con cuidado junto al apoyo mutuo de otras muchas personas.

El voluntario, agradecido, las ve partir, se alejan el cielo y el mar, las luces del universo, los peces y sus compañías mientras acoge la bolsa atiborrada de una abuelita que le acerca a duras penas.

En diciembre: volando voy, volando vengo

Empezamos el último mes del año. Comienza la cuenta atrás de este 2016 que, para bien o para mal, es más pasado que futuro. Como dice Cesare Pavese: "No tenemos más que una virtud: comenzar cada día la vida, ante la tierra, bajo un cielo que calla, esperando un despertar". 

Así que vamos de un lado a otro, viviendo, sintiendo cada minuto que pasa y compartiendo nuestro tiempo con los que nos rodean, allanando el camino a quien lo necesita. No debemos olvidar que la vida es valiosa y única; que el pasado es más pequeño que el futuro; que somos pequeños y limitados y que, en definitiva, hay que aprovechar la vida.

Para provocar que vuestras historias de este mes sean "voladoras", os invito a escuchar una canción muy famosa de Kiko Veneno "Volando voy, volando vengo", todo un canto a la vida:
https://www.youtube.com/watch?v=rb-yeYH6K_g

Espero que os guste y mueva vuestros pies, la cintura y el alma.

¡FELIZ NAVIDAD!