06. El capitán Trueno. Julián Rumbero Castro

Carlos es rarito. Así opina Margot, su jefa de sección quien, sin embargo, no entiende por qué a veces le mira con ojos brillantes. Seguramente Carlos tiene razón cuando repite que el corazón tiene razones que la Razón no entiende. Orlando también cree que es extraño su compañero. No porque no tenga ningún tatuaje. Él los tiene en los antebrazos. Como los tienen los mellizos de Ingeniería o la becaria que trabaja con ellos y muestra una especie de flor en el dorso de una mano. Incluso Margot luce un signo, escogido al azar y cuyo significado desconoce. Algunos días apenas se distingue porque sus cabellos lo cubren pero otros, cuando los recoge en un moño muy sensual, resplandece como el estandarte de uno de los bandos de Juego de Tronos. Por eso sí es rarito Carlos. ¡No ve la serie más famosa de la televisión! ¿Cómo es posible que no le guste?

En realidad, a Carlos ni le gusta ni le dejan de gustar esas películas. Él sigue las hazañas de El capitán Trueno; de hecho, cuando Margot llegó al puesto la llamó Sigrid, entre torpe y azorado. Se lo dijo con ojos de trovador y ella, aunque le pareció raro, desde entonces le mira con ojos brillantes aunque no sabe por qué.

05. Sucesión. Alicia del Caz López

Una vez solo, después de la ceremonia, Konos fue hacia la Sala de los Espejos para recrearse con el deslumbrante aspecto que le proporcionaba la corona del reino de Trumord sobre su cabeza. 

Levantando la barbilla observaba el reflejo de sus ahora regios perfiles y recordaba a sus adversarios: Siex murió en el bosque devorado por los lobos; Thur apareció ahorcado en su dormitorio; Güixo había desaparecido, pero no le preocupaba, siempre fue un cobarde sin posibilidades.

Había superado la prueba de sangre a la que se debían enfrentar todos los aspirantes al trono desde que el Mago de Trumord, harto de conspiraciones y bajezas, conjuró para que la sangre de los traidores trasmutara de color; así, con un simple pinchazo, quien no goteara un rojo brillante era descartado y pasaba a engrosar, con su nombre y su vergüenza, el Gran Libro de Indeseables. Pero Konos no tuvo problemas, el Secretario General de los Notarios le apoyaba.

Tan ensimismado estaba en su baño de vanidad, que no vio el reflejo de Güixo acercándose por detrás. Sólo cuando aquel dolor punzante le atravesó las costillas se dio cuenta del error de haber dejado un cabo suelto. Abrazando la corona soltó un estremecedor gemido al pensar que todos verían, cuando le encontraran al amanecer, la mancha verduzca que empapaba su blusón.

04. ¡Dios nos libre de los genios! Valentina Velázquez

Desde el torreón del castillo divisé un mundo que decían “estaba a mis pies” y me emborraché con el fervor que me aclamaba, gritando mi nombre como su reina; entonces sentí dentro de mí un escalofrío: estaba predestinada para guiarlos hasta el paraíso, hacía la libertad, y nadie iba a impedir semejante hazaña, tanto gozo. Ya no me reconocía en la joven que jugaba con mi dragón, pues a lomos de él disfrutaba lanzando llamaradas a la ciudad, arrasando todo a nuestro paso, sin quedar un ser vivo que pudiera ser un potencial enemigo. Claro que me dolía, pero estaba luchando por un mundo mejor…

 

-¡Despierta, despierta! ¡Me has dado un puñetazo! Menuda pesadilla has tenido, tus brazos parecían que volaban.

-¡Era tan real! Siento como si hubiese sido una premonición, como si los dioses me buscaran y hablaran desde muy lejos.

-¡Los dioses! ¡Una premonición! Estás chalada.

-¡Nadie comprende a los genios! Mi dragón y yo cabalgábamos a lomos del bien y la justicia. Espera, que te lo cuento.

-¡Dios nos libre de los genios!

03. A sangre y fuego. Santa

Mi madre Daenerys perdió a mi padre, Khal Drogo líder de los Dothraki; por una herida de guerra infectada. 

Desesperada, suplicó ayuda; el hechizo de sangre, lo dejó paralizado, sin su mirada felina; como una marioneta a la que el veneno ha quemado los hilos.

​La dulce Daenerys de mirada transparente como el mar de Shivering y melena de plata; despareció con las cenizas de Él, después de acabar con su vida. Surgió del humo intacta, con la mirada dura, fría; de la que es inmune al fuego.

​Cuando llegó al mando de los Dothrakis, los guerreros Inmaculados, y tres dragones… frente al ejercito de la reina Cersei; no imaginó que su corazón volvería a latir.

​Seducida por la inteligencia y la sensualidad de Cersei, acabó en la alcoba real de Roca Casterly con vistas al mar de Hierro. Todo el que presenció aquel encuentro fue ejecutado.

La ambición de Cersei siempre estuvo por encima de sus sentimientos. Tras perder a sus hijos y muchas batallas, encontró su momento para perpetuar su dinastía con el despiadado y manipulador rey de las islas de Hierro.

En la ultima batalla, sobrevolando el castillo de Roca Casterly, llevando sobre el cuello a mi madre y mirando los escombros humeantes de la ciudad; vimos a Cersei desafiante.

Miró sin parpadear esperando el fuego destructor. Mi madre enamorada de ella dictó sentencia: “Drakharis”...

02. ¡Malditos dragones! Antonio Nieto

Aquellos gigantescos lagartos voladores que poblaron la Tierra, terminaron asolando todo con sus lenguas de fuego. Primero quemaron los bosques hasta convertir al planeta en un páramo, a pesar de los voluntariosos bomberos. Cuando no hubo más que destruir sufrieron una metamorfosis kafkiana y se convirtieron en políticos incendiarios con centros de poder que, poco a poco, se empeñaron en aumentar la desigualdad de los humanos y los llenaron de melancolía y tristeza: unos porque eran tan pobres que solo poseían dinero y los otros porque no lo poseían.

Cuando parecía que no podía suceder nada peor, apareció un virus chino que acabó con todo bicho viviente.  Pasó mucho tiempo, pero una vez que el planeta eliminó a sus agresores, se serenó, y rebrotaron los bosques y las verdes praderas. Al despertarme, tuve la terrible sensación de estar solo en el mundo.

01. Aquí hay dragones. Rosa Molina

A los dragones nos gusta escupir fuego. Antes, salíamos todas las noches a achicharrar bosques. Recorríamos Siberia entera rebozándonos en el humo,  deleitándonos con el olor a quemado. Hasta que, una noche, un águila se me acercó volando y, muy enojada, me soltó un picotazo en un ojo; días después, una banda de buitres. Como se volvió peligroso lo de los bosques, decidimos ir al mar. Echar fuego en el mar también es divertido: el agua se calienta y salen burbujitas. Al principio, los peces huían despavoridos pero, ahora, hasta las ballenas y los delfines se juntan y nos agradecen la sauna, revoloteando como sardinas mientras ríen y charlan felices. 

Pero, antes del amanecer, debemos estar en la torre del castillo. Dice la reina que es peligroso que nos vean los aldeanos, que nos teman los soldados. Y allí permanecemos tranquilos todo el día, protegidos del sol, esperando a que llegue la noche y los niños nos sueñen.

¡¡¡¡Feliz año 2020!!!!

Lo primero es lo primero: ¡feliz año 2020! Esperamos que este año sea bondadoso y fértil y consigas todo lo que desees, pero cuidado, ten en cuenta que un sueño posible es una felicidad real, así que no ambiciones nada que no puedas conseguir, porque lo único que vas a obtener es un sufrimiento vacío y sin sentido. 

Para que este año practiques gimnasia con la imaginación, te proponemos tejer un microrrelato de película, es decir, te proponemos una película  cada mes sobre la que tiene que versar el relato, bien por el tema, por los personajes, por lo que te inspira, por la ironía de poder enlazarla a una situación actual que os hace gracia, por cambiar las palabras del título... en fin, ya sabes que estamos encantados de leer tus ocurrencias y que nos emocionamos y reímos mucho con ellas. Anímate y participa. Ponnos entre tus propósitos.

Los temas los puedes ver a la derecha del blog, y también aquí:

- Enero: Juego de tronos

- Febrero: Historias de San Valentín 

- Marzo: Bailando con lobos 

- Abril: Cantando bajo la lluvia

- Mayo: Los puentes de Madison

- Junio: Piratas del Caribe

- Julio-agosto: Memorias de África

- Septiembre: El bueno, el feo y el malo

- Octubre: Con faldas y a lo loco

- Noviembre: Lo que el viento se llevó

- Diciembre:  Ha nacido una estrella