07. Primavera. Jesús Pulido Álvarez

Carnaval, tiempo de trasgresión, se pueden ver cientos de personas con máscara sobre máscara, disfraz sobre ropa y yo, perdido ante noticias visuales, escritas y oídas, no sé como ver la realidad donde nadie es quien dice ser, donde todo parece confuso.

Menos mal que llega la primavera, sus flores reales y el aire cálido de abril, como la canción reza, menos mal. Te espero.

06. El disfraz perfecto. Andrea Nebot Gómez

Me encontraba tumbado en la cama con los ojos abiertos como platos y el reloj posado en la mesita marcaba las dos y veintiséis de la mañana. No podía conciliar el sueño, no hasta que no consiguiera encontrar el disfraz perfecto; al día siguiente era carnaval y aún no sabía de qué me iba a disfrazar este año.

En los años anteriores siempre me pasa lo mismo, agudizo el ingenio para inventar un disfraz el mismo día del carnaval; y si la fiesta es por la noche, pues se me ocurre de qué salir, después de cenar, en un momento.

Pero este año es diferente, es especial, es el primer carnaval desde que tengo diagnosticada la enfermedad.

Esta siempre ha sido la fiesta que más me ha gustado de todo el año, siempre he conseguido quedarme con la gente, y este año no iba a ser diferente...

Estuve pensando y recordando todos los disfraces que habían tenido la de tapar mi cuerpo. Me acordé de aquél disfraz del top manta, con aquella túnica negra y la peluca de pequeños rizos negros y por supuesto con toda la cara pintada de color negro....

También me he disfrazado de la muerte.......

05. Carneval. Santa

Hacía un mes que no me pasaba: ese dolor agudo en el estómago…

que luego se propaga a mis huesos.

Perdí el conocimiento y caí tendido a las puertas de Pachá.

En el interior todo el mundo iba disfrazado.

Era carnaval.

-¿Dónde has conseguido ese disfraz?- 

Delante tenía una mujer de ojos de mar,

con un escote de vértigo, vestida con seda azul.

Supuse que era Cenicienta.

- No entiendo nada…- dije.

- Ya…el portero ha salido corriendo al verte ¿No?-

 Soltó una carcajada.

- ¡Te voy a presentar a mis amigas!-

 Guiñó el ojo con una sonrisa pícara.

- Gracias, pero tengo que irme, me duele el estómago, tengo que comer algo.-

Tenía sudor frío.

-Hola, me llamo Rosa-

 Una preciosa pelirroja, de ojos claros, con pecas en la cara me besó.

 Llevaba una capa roja, y un vestido blanco que se transparentaba.

Acabamos los tres en la casa de Cenicienta.

Yo no quería ir, no aguantaba el dolor del estómago

y había algo esa noche que anulaba mi voluntad.

-Come lo que quieras, nosotras vamos a ponernos cómodas- 

Rosa mordió un pastel de nata.

Fuera, la luna llena brillaba.

Nunca pude resistirme a probar la carne… de Caperucita.

04. De repente. José Luis Nebot Mollón

Se acerca carnaval, comentaban a su alrededor, de repente algo cae sobre su maltrecha mano, se trata de un antifaz. El tacto suave de éste le evocó recuerdos…… de repente, se ve envuelta en una glamurosa música, rodeada de una multitud con sus esplendidos trajes de época y maravillosas máscaras y ella en el centro de todos bailando y bailando y bailando……..

Así pues pasa el tiempo hasta perder la noción del mismo, feliz, ilusionada, alegre, viva………..

De repente recogen el antifaz y ante la pérdida del contacto con el mismo, la música se desvanece dando paso a un característico y acompasado ronroneo provocado por la respiración asistida. No hay traje, no hay bullicio tan solo un antifaz que se aleja lleno de ilusión y esperanza.

Allí de nuevo inmóvil en la cama……. No ha habido música, no había habido baile, no había……….. o Sí??

03. La sirena y el pescador. Valentina Velázquez

Volvía a pasar. Empezaba la semana de Carnaval y mi padre partía ilusionado, como un adolescente, tras el ritual que preludiaba lo de tantos años: “un beso por papá y por mamá, que te quieren mucho”. Esta vez, el abuelo no tuvo más remedio que contarme la historia de sus vidas, que también era la mía.

Fue en Carnaval. Mi padre, que es pescador, iba disfrazado de Capitán, y conoció a una Sirena. Todos llevaban audaces disfraces, pero la Sirena fue la más aplaudida por su rara belleza y su hipnótico canto. Y se enamoraron. El último día, la Sirena pidió a las deidades marinas ser completamente humana. Y decidieron vivir juntos. Cuando nací yo, Ondina, la felicidad parecía completa. Pero mi madre no soportó la nostalgia del mar, y un día de viento y tormenta, el agua se la llevó. Desde entonces la permiten volver una semana al año; si estuviera más, moriría.

Por eso mis padres viven intensamente la semana de Carnaval... como si no amaneciera nunca.

Desde niña, por las noches, oigo una bella canción que me habla del mar. Me arropa y mece en las largas noches de insomnio y pesadillas.

...Y es por eso que en Carnaval mi disfraz es tan peculiar: mi estilizada cola de pez, la túnica vaporosa y de colores indescriptibles, mi cara plateada; y unos largos y ondulados cabellos azules, donde se mueven las estrellas y los caballitos de mar, al son de mi alegre canto.

02. Tú no sabes qué soy. Juan José García Alcañiz

Todos los días vemos en los medios de comunicación a alguien que nos dice lo que tenemos que hacer en todo momento.

No contentos con eso, ahora también nos quieren convencer de lo que somos: El escritor nos dice « somos lo que leemos » El cocinero « somos lo que comemos » El músico « somos lo que escuchamos » El bodeguero « somos lo que bebemos »  Y así todos y cada uno de los que quieren vendernos algo.

Le doy vueltas a todo esto, mientras me voy embutiendo en la parte inferior del disfraz que yo mismo he confeccionado.

Consta de tres partes. Me pongo la prenda intermedia y frente al espejo me cubro la cabeza.

Mi chica y mis amigos, disfrazados de los personajes de “El Mago de Oz”, empiezan a reír con una risa tonta, indicativa de que no saben qué soy.

No me molesto en dar explicaciones.

Una cabeza con pico de pato, un cuerpo peludo con cola de castor y unas patas palmeadas con garras, deberían ser suficiente para saber qué soy.

No me voy a poner un cartel diciendo “SOY UN MAMIFERO QUE PONE HUEVOS”

Pero nadie lo sabe. Ni me importa.

01. Hola, mi amor. Victoria Gómez

La caperuza le tapaba una parte de su rostro. Lo suficiente para crear un halo de misterio y dejar al descubierto su amplia sonrisa, con sus labios pintados del mismo color que su capa. En su cesta llevaba unas manzanas y un tarro de miel. Su falda era un poco más corta de lo normal, y eso le hacía sentirse atractiva.

Llegó al baile y allí encontró a piratas, princesas, médicos y peluqueras,  con sus caras pintadas o con sus bellas máscaras, interpretando por una noche otro papel en su vida.

Entonces, su mirada se cruzó con los ojos profundos de él. Su hocico era puntiagudo y  sus colmillos afilados, sin embargo, no parecía un animal agresivo.  Se acercó  a ella y le susurró al oído: “Hola, mi amor soy yo tu lobo, y quiero tenerte cerca para verte mejor”.

Bailaron  durante toda la noche y el carnaval consiguió unir a  una caperucita poco inocente con  un lobo no muy feroz

Febrero

Comienza febrero, mes de frío y nieve, de mirar por la ventana y de paseos cortos. Así que, para darle un toque festivo, este mes os proponemos como tema del mes EL CARNAVAL, para ir preparando la fiesta, que este año cae a principios de marzo.

Podéis disfrazar las palabras, ponerles una máscara y echarlas a rodar por las calles entre ruido y comparsas; contar una historia sorprendente ocurrida en una fiesta real, imaginaria o soñada en Carnaval; inventar personajes prisioneros de sus disfraces o lo que queráis, porque, os recuerdo, este es vuestro espacio y disponéis de vuestra imaginación y un montón de lectores ávidos por ver vuestros microrrelatos.

Aquí os dejo unos consejos de Gabriel García Márquez para todo escritor que disfrute del oficio:

1. Una cosa es una historia larga, y otra, una historia alargada.
2. Es más fácil atrapar un conejo que un lector.
3. Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad.
4. Cuando uno se aburre escribiendo el lector se aburre leyendo.
5. No debemos obligar al lector a leer una frase de nuevo.

(Fuente: Ciudad Seva)

Enero se despide con premios

Tras arduas lecturas y deliberaciones, el jurado ha decidido lo siguiente:

Ganador: "Sueño", de Jesús Pulido con 6 votos

Finalistas: "Recordando sensaciones fantásticas", de Gloria y "La verdadera vida" de Victoria Gómez

El ganador recibirá, como premio, un libro de la editorial El desván de la memoria, de nuestro amigo Ramón Alcaraz y la posibilidad de hacer de jurado en el mes de febrero para elegir los tres microrrelatos que, a su juicio, merezcan ganar. A final de año, todos los finalistas recibirán un regalo de la asociación, así que ¡a seguir participando!

Sólo me queda agradecer a Juan José su colaboración, su atenta lectura y opinión de los microrrelatos y, sobre todo, su buen humor. Compartir la responsabilidad de elegir siempre es más fácil con personas como él.