Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

martes, 28 de marzo de 2017

06. Vivir sin miedo. Valentina Velázquez


Había días en que se juntaban muchos pacientes en la consulta de logopedia. Entre ellos no se sentía un bicho raro. Todavía la costaba reconocerse en esa voz. El último día, Carmen, formó su grupo con tres personas: Amalia, una mujer no demasiado mayor, que había sufrido un derrame cerebral del que ya estaba recuperada; un ictus trajo a Ramón que ya se sentía mejor; la tercera era yo. La logopeda preguntó sólo a Amalia qué pensaba hacer ahora, y dijo que volvería a África, ya que de producirse otro derrame daría igual dónde estuviera. Nosotros dos no podíamos ir muy lejos, pero la actitud de Amalia y el deseo de hacer con su vida algo importante me sedujo, y cuando apoyó su mano en mi hombro, en señal de despedida, me reconfortó su valiente decisión, y eso que admiré en ella, removió mi corazón, pensé que el miedo causa más deformidades que la propia enfermedad. Historias anónimas que dejan el miedo en la puerta para adentrarse en el alma.

domingo, 26 de marzo de 2017

05. A su medida. Belén Molina

Suena el despertador y no quiere oírlo, no quiere dejar escapar el sueño, no quiere levantarse, no quiere enfrentarse a las horas que le esperan. Son antipáticas, tediosas, incómodas. Están llenas de atascos en la carretera, de jefes que exigen mucho y hacen poco, de compañeros de trabajo que hablan de todo lo que no le interesa, de monotonía estremecedora.

Y así, poco a poco y rebosante de miedo, abre los ojos y aterriza en el día. Se da cuenta de que es un día nuevo, limpio, recién planchado, preparado para recibirle. Se estira y grita “¡¿quién dijo miedo? Aquí estoy. No voy a ser yo quien te estropee!”

Y así, sin darse cuenta, el día le envuelve repleto de colores. En la carretera ve coches que nunca había visto, el jefe sugiere lo que  debe hacer y los compañeros marcan el ritmo con su charla, mientras él piensa en montañas inaccesibles y en mares lejanos que le están esperando.

viernes, 17 de marzo de 2017

04. Más importante que el miedo. Antonio Nieto

"Madrid, no es solo una ciudad, sino  también el nombre de un gran amigo que ya nos abandonó hace unos años. Al parecer le bautizaron así cuando  alguien le dejó  a las puertas de  un orfanato a los pocos días de nacer. Posiblemente, esa circunstancia,  le ayudó a crecer y valerse por sí mismo posteriormente a lo largo de su vida.
Recuerdo que en la universidad jamás mostraba un atisbo de indecisión ya fuera con los exámenes o corriendo delante de los guardias en las manifestaciones estudiantiles de entonces: parecía estar hecho de otra pasta y desconocer el  temor ante cualquier revés del destino. Nuestra amistad duró muchos años y ya estando ambos  jubilados le sobrevino una enfermedad incurable de la que no se repuso, pero no por eso cambió  su carácter, su determinación o sentido del humor.
 Uno de sus últimos días,  cuando le acompañaba como un simple voluntario y amigo, me atreví a preguntarle si sentía miedo. Mi sorpresa fue escuchar que estaba aterrorizado, pero que no era a causa de la muerte,  sino el pensar que quizás se iría de esta vida sin haber hecho algo importante que mereciera la pena"

03. ¡Que le den al miedo! Almudena Verdejo

No sé qué pensar con mis indecisiones. A veces creo que estoy un poco tonta, pues no me entra en la cabeza que a mis 97 años debo estar ya un poco mayor y con limitaciones.

No obstante, sigo pensando en tantas cosas que me gustaría hacer como cuando visitaba a enfermos para llevarles parte de esa alegría, que por alguna razón desconocida siempre ha ido pegada a mi piel, o cuando asistía a conciertos, exposiciones...

Así que !Quien dijo miedo!, he decidido ir a por todas y me voy a planificar, de modo que pueda empezar temprano cada mañana y me cunda el día.
¡Que ilusa!, me acabo de dar cuenta de que no puedo ya subir al autobús... 

viernes, 3 de marzo de 2017

02. Miedo. Josef Rof Rof

A mis setenta y tres años, con mi ELA de quince, con mis setenta y seis caídas ¿Quién dijo MIEDO?
Caerse al fin y al cabo, es una consecuencia de andar erguido, no a cuatro patas.
Mi ELA me permite dar pasitos con el andador, lo cual le estoy agradecido. De hecho al caerme y al besar los suelos, procuro disfrutar del momento, sin MIEDO. Los dolores por los golpes vendrán después.
Hay otros MIEDOS que me preocupan, estos sí que son de mal erradicar: las guerras, la corrupción, enriquecerse, las mentiras, exprimir más y más al pueblo, no dejándolo ni respirar. A mi edad, no me preocupan los hijos, sí mis ocho nietos, que les dejaremos, cenizas, tierra humeante, un sin futuro, son de la sociedad del consumo, comprar, comprar usar tirar. Pobre planeta. Pobre nietos. 
Josep

miércoles, 1 de marzo de 2017

01. ¿Quién dijo miedo...? Rosa Molina



Miedo  es ver volar la cortina del pasillo en una noche de tormenta cuando, después de  una película de terror, debes ir al baño; Miedo también es soñar que caes por un acantilado al huir desesperadamente de un león. Pero el verdadero Miedo es el que sentíamos en 3º de EGB cuando sor Carmela, después de corregir nuestros dictados, se levantaba y, con cara de genio malvado, nos decía “ya sabéis niñas: una falta, un capón”. En esos instantes la clase se convertía en un cuadrilátero y el silencio era tal que se escuchaba la rotación de la Tierra. Cogía un dictado con la mano derecha, afilaba los huesudos nudillos del puño izquierdo y llamaba a la primera víctima. Más que un gran dolor, con cada capón sentías cómo vibraba tu cerebro y se te revolvían las tripas. El resto, hundidas en nuestras sillas, rezábamos con todas nuestras fuerzas rogando por no haberla pifiado con una b mal puesta o una h sin poner.
Ahora mi hijo se ríe de mí porque no tolero las faltas, ni siquiera en wasap.  No sé cómo explicarle que, cuando veo una, siento vértigo, dolor de cabeza y unas incontenibles ganas de rezar.

Marzo: ¿Quién dijo miedo...?

Comenzamos marzo. La primavera ya se está despertando las yemas, los árboles comienzan a desperezarse y estiran las ramas buscando el sol. Dentro de poco todo estará lleno de flores y de luz, porque los días crecen por minutos y a todos los seres vivos nos aumenta la vitalidad. Y esa vitalidad se transformará en paseos, reflexiones, poesías, películas, visitas, ejercicio... 

Para acompañar tanta actividad, os dejamos una pregunta versátil, ambigua: ¿quién dijo miedo? Cógela por donde más te sugiera: como un acto de osadía; para contarnos qué es el miedo para ti; para narrarnos cuándo has sentido miedo de verdad; o qué es lo que te atreviste hacer o empujaste a otros a hacer diciendo esta frase. Dale la vuelta tantas veces como quieras y úsala como cebo para sacar historias de tus recuerdos, o tirar de tu fantasía.

Estamos seguros de que vamos a temblar de miedo o de risa, según, pero disfrutaremos todos, seguro.

¡Feliz marzo!