Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

sábado, 27 de abril de 2019

06. El mundo en un armario. Julián Rumbero Castro


El mundo es un lugar muy grande pero porque tú eres pequeño aún. Crecerás y harás como yo decía Abel, nuestro vecino de puerta, extendía sus brazos ante mis ojos de niño abarcando el armario de su dormitorio.

Abel era un hombretón en un cuerpo viejo con un corazón aun alegre a pesar de la marcha de Gabriela, pero yo creía que era una fuente de palabras cuando decía que somos agua y que algún día volveremos al mar. Como hacen los ríos que, desde que nacen en el corazón de las montañas, discurren creciendo a cada paso hasta que,anchos y profundos, desembocan en los océanos. 

Ese armario era como el mundo porque abríamos ceremoniosamente sus puertas y ante mí no debía ver tan sólo la ropa que guardaba, incluso alguna prenda de Gabriela que desde hacía dos años buceaba con peces y medusas. Veía sus viajes. Un sombrero venido del sur de América, unas bermudas que navegaron el Nilocalzado que recorrió ciudades hermosas y llegó al pie de montañas sublimesUn pañuelo azul enorme que cubrió a Gabriela.

La tela era un mundo abrazando a otro, menudo y hermoso y yo corría a buscar en mi ropero mi camiseta de osos polares y cerrando los ojos navegaba a bordo de un enorme pedazo de hielo.

miércoles, 24 de abril de 2019

05. Perlas de armario. Almudena Verdejo

¡Por más vueltas que doy a mi cabeza, ¡nada!, que no consigo acordarme dónde he guardado la bolsita con las perlas de un collar que me regaló mi esposo. Quiero engarzarlo para seguir poniéndomelo. ¡Ah…! ¡Guardo tantos recuerdos!

Se me olvidó mirar dentro del armario y siento que me estoy poniendo colorada por la mentirijilla que me estoy echando. Si no he buscado dentro del él antes, es porque me da miedo comprobar lo revuelto que lo tengo: es un alboroto total. Seguro que por algún rincón me aparece junto con algunas cosas que he ido almacenando y arrinconando. Ya me voy preparando, porque cuando me encuentro algo olvidado pego un grito de alegría como si tratase de haber descubierto un gran tesoro.

Al final lo encontré como esperaba, después de una corta pero excitante búsqueda y, además, estoy contenta por las cosas que, finalmente, he tirado y, sobre todo, por lucir de nuevo mi collar.

¡Es que la chicas somos así!

lunes, 22 de abril de 2019

04. Noche de tormenta. Cipri Rosell

Lucía estaba sentada en el porche, totalmente absorta en la lectura de una novela de misterio. En el mismo momento que llegó al desenlace de la historia, anocheció de pronto. La tormenta llegó sin avisar. 
Entró en la casa, cerró la puerta y todas las ventanas. Esa noche estaba sola y un poco inquieta por la lectura. No ayudaban los rayos iluminando el cielo y el continuo estruendo de los truenos.
Al irse a la cama, se fue la luz. La vela encendida sobre la mesilla solo reflejaba largas sombras de los enigmas de su libro: un sombrero en la pared, una mano en el espejo, una figura tras la puerta. Iba encogiéndose bajo las sábanas. 
Cuando empezaba a tranquilizarse, tras el paso de la tormenta, escuchó un ligero ruido dentro del armario, pero se dijo a sí misma, que solo estaba en su cabeza. Volvió a escucharlo de nuevo y también oyó llorar un niño. ¡No puede ser, estoy alucinando!
Temblorosa y muy asustada se dirigió hacia el armario, cuando escuchó de nuevo el sonido producido desde dentro. Abrió sin pensarlo más y suspiró de alivio, el gato escondido había decidido salir.

jueves, 18 de abril de 2019

03. Dentro del armario. Alicia del Caz

Todos, alguna vez, escondemos monstruos. Los hay verdes, de ojos saltones o con enormes colmillos. Los ocultamos dentro de nuestros armarios; tapados con ropa, mantas..., y cerramos con llave para que no salgan, porque nos asustan.

María también tenía el suyo. Lo imaginaba espantoso. Cuando notaba el brillo de sus ojos o escuchaba sus movimientos, cerraba de golpe la puerta. Muchas veces tenía pesadillas y solamente a su amiga Cristina, alguna vez, le contó sus sueños. Hablando con ella se sentía cómoda, se olvidaba de sus miedos. Aunque siempre le quedaba la sensación de no haberle explicado lo que realmente escondían sus pesadillas.

Cierto día, tras una mala noche, se fue decidida a contárselo todo; lo dijo alto y fuerte: “¡Te amo, y no puedo dejar de hacerlo!”. Cristina sonrió.

Cuando María regresó, encontró a su monstruo fuera del armario. Había salido tan decidida de casa, que olvidó cerrarlo y, por primera vez, le vio. No era como lo había imaginado. Sus ojos brillaban cautivadores, tenía un mechón como el arco iris y una sonrisa irresistible. Al acariciarlo, lo noto adorable.

A partir de ese día, muchos de sus vecinos, mientras en casa ocultaban bajo llave cualquier clase de monstruos, por la calle cuchicheaban a su paso, pero a ella no le importaba porque ahora dormía sin sobresaltos, abrazada a su monstruo.


martes, 16 de abril de 2019

02. El cuento y la vida. Valentina Velázquez

Marina llevaba noches yéndose a la cama temprano y sin rechistar, y sus padres estaban asombrados por semejante cambio.

La niña necesitaba descansar porque a las dos de la noche, cuando todo estaba en silencio, doña nube la esperaba para irse a países lejanos y desérticos a derramar lluvia abundante; otras veces navegaba por el Mar Mediterráneo salvando vidas como bombera; también, como submarinista, disfrutaba de los arrecifes de coral y peces marinos, cuando no eran inundados por montañas de plásticos y otros contaminantes; la gustaba visitar selvas, pero estaba enfadada con lo que le contaban los animales y nativos.

Su mundo era un lugar amable hasta la puerta de su casa. Ahora se daba cuenta de que existía otro mundo más caótico, aunque no lo viera con sus propios ojos; aunque estuviera encerrado en un armario.

Cuando regresaba sobre las cuatro de la noche, su habitación se llenaba de sueños desordenados e inquietos.

Una mañana Marina no se levantó y aunque sus padres la llamaronpor toda la casa, no aparecía, hasta que abrieron el armario de su habitación y la encontraron profundamente dormida, abrazada a un libro.

martes, 2 de abril de 2019

01. Diario interestelar. Rosa Molina



Año 5600 de nuestra Era.

He bautizado a este planeta con mi nombre: XW4521. Ventajas de ser rastreador de galaxias. Inicio la maniobra de aproximación con cautela, pues la atmósfera es densa, pero aterrizo con éxito. Analizo el aire. Si las condiciones de vida son aceptables, facilitaré las coordenadas a la Tierra para que procedan con las tareas de repoblación. Abro la compuerta de la nave. Una brisa fresca y húmeda me acaricia. Respiro hondo. Huele a mar, a sal. Un bosque de hayas rojas, amarillas se agita débilmente. Es otoño. ¡Si pudiera vivir aquí, iniciar una nueva civilización! Solo necesito una Eva. 
Decido salir…. de repente, una manzana aparece delante de mi cara y un estridente grito terrícola me devuelve a mi planeta: 

- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no te levantes de la mesa hasta haberte comido el postre? – me propina una sonora colleja – ¡¡¡y que sea la última vez que te escondes en el armario!!!

Cierro la puerta de la nave. Con la manzana en la boca enciendo el motor y me alejo a máxima potencia. Espero estar a años luz cuando descubran que no he terminado los deberes.

lunes, 1 de abril de 2019

Abril: dentro del armario

¿Os acordáis del monstruo del armario, ese que nos aterrorizaba cuando éramos pequeños? Pues ha llegado el momento de vengaros de él. Ha llegado la hora de inventar su pasado, su presente y su futuro y ponerle en su sitio: sacarle del armario, llevarle a otro planeta o, lo que es mejor, aterrorizarle. ¡Se va a enterar de lo que vale un peine!

Dentro de un armario hay muchos objetos guardados, escondidos, olvidados. Que cobren vida, importancia o voz, depende de vuestra imaginación. Esa caja de la balda izquierda ¿qué hace en vuestro armario?, ¿quién la ha puesto ahí?, ¿seguro que no se ha metido sola?, ¿y qué  contiene que hace ruido por la noche? ¿Y esos vestidos de flores, colgados en las perchas, que nunca os habéis comprado? ¿Por qué los zapatos taconean cuando abrís la puerta del armario?

Aquí hay mucha miga. El armario contiene, guarda y esconde muchas de las cosas que no son de nadie, pero que quieren ser nuestras. Compártelas. Juntos le encontraremos una utilidad.

¡Anímate! Abre tu armario y cuéntanos qué ves. Si hace falta agarrarlo, aquí estamos, para lo que haga falta.