Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

martes, 31 de marzo de 2020

07. No estamos solos. Valentina Velázquez Hontoria

Mientras camino por la casa, imagino que estoy en un bosque con una arboleda tan frondosa que no me deja ver el cielo, aunque hay un resquicio de luz por donde se cuela un gorjeo que parece real. Sí, sin ser las ocho de la tarde, ha aparecido un tenor en mi ventana y ¡es precioso! Pero, tenemos que mantener la distancia de seguridad, ¡a saber dónde ha estado!, ¿y si tiene el virus debajo del ala? El caso es que tiene una pata rota… No, que se las apañe solo, haré como que no lo veo. Pero sí, lo veo, y no se asusta cuando me acerco, y lo tomo en mi mano como si fuera un corazón latiendo, tan vivo, tan deseo, que después de curarle la pata, andamos los dos por el bosque de la casa, los dos un poco cojos pero contentos.

-Petirrojo, cuando te cures, volarás lejos.

viernes, 27 de marzo de 2020

06. Después del final. Santa

Nadie esperaba que el virus que asfixiaba la vida de los humanos más mayores y apenas causaba síntomas a los más jóvenes (en una despiadada proporción inversa) mutara. 
Comenzó en las residencias, donde aislados a su suerte desde hacía años; las bajas y las lágrimas, cambiaron por curaciones sin lógica alguna. En todos los países de Europa se celebró la desaparición de este ángel exterminador, en forma de virus, con grandes homenajes a los ancianos supervivientes.
A los pocos meses, todo volvió a la cruel normalidad. Las residencias supuestamente desinfectadas; recordaron a los desaparecidos con estatuas, pinturas, fotos en la fachada... 
La comida volvió a ser el suculento cáterin triste, prefabricado, seco. El número de cuidadores bajó a los mínimos inmorales de antes. El negocio volvía a florecer.
Nadie se extrañó del paulatino rejuvenecer y buena salud de los residentes hasta que fue tarde. El virus antes mortal, ahora los hacía cada vez más fuertes; en una metamorfosis nocturna el que antes era un anciano desvalido, amanecía como un lobo; lobos negros hambrientos de justicia y carne.
La rapidez del cambio a nivel global; no dio tiempo a reaccionar a ningún gobierno. Una vez transformados en las residencias para jubilados de: ferrocarriles, bancos, eléctricas, sanitarios, militares... formaron manadas invencibles.

Solo me queda el consuelo de ser casi de su especie y que al final todos envejeceremos.

miércoles, 25 de marzo de 2020

05. El sueño. Julián Rumbero Castro

Le atraparon sus ojos grises una noche en La Jarosa, el embalse de Guadarrama. Habían prendido una hoguera y asaron unos chorizos envueltos en papel de aluminio. Además, compartieron una lata de albóndigas. Para la próxima mejor otra marca.
Se disponían a vivaquear bajo una roca vertical algo inclinada al sur que ya los había acogido en otras incursiones al bosque donde tomaban nota de la presencia de pitos reales, agateadores, cucos, azores, arrendajos y más aves porque el bosque era como el mundo y todo mundo son varios mundos.
Y entonces apareció él. Era muy joven sin el fabuloso traje del invierno, seguramente atraído por la conversación ya que de la cena no quedaba nada, si siquiera el papel de aluminio grasiento pero recogido en una bolsa de plástico que volvería con ellos a la ciudad.
Nadie se asustó. Estaba solo, ellos eran más, tenían el fuego, poderoso aún, reconfortante, seductor. ¿Y si fue eso lo que le atrajo? Las llamas prudentes de un buen fuego. A todos les pareció que sus ojos grises no les miraban a ellos sino que se quedaban, pacíficos y curiosos, en la grana de las ramas ardientes.

Abel fue el primero en amanecer. Luego no dijo nada del lobo con el que se había encontrado en un sueño de hermandad.

martes, 24 de marzo de 2020

04. Bailando con lobos. Belén Molina

Ocupábamos un espacio tan grande que no veíamos los confines. Todos estábamos engalanados, quien no lucía un trabajadísimo tocado, bailaba haciendo piruetas, saltos y quiebros imposibles. Era el baile de primavera y aún tenían que llegar más invitados.
De pronto, nos quedamos quietos, boquiabiertos ante la entrada inquietante de los recién llegados. Su andar elegante y la mirada salvaje nos paralizaron. Solo les observábamos y en el momento en que uno de ellos se lanzó a la carrera hacia nosotros, volvimos a demostrar nuestra maestría en el ritmo desenfrenado. Todas las primaveras, los ciervos bailamos con lobos. 

sábado, 21 de marzo de 2020

03. Una de indios. Alicia del Caz López

La batalla estaba muy reñida, las flechas y las balas se cruzaban por el aire del Gran Cañón. Los vaqueros, con su habilidad con el lazo, habían conseguido que los Sioux perdieran dos de sus mejores caballos, pero el respeto por la naturaleza de los indios puso de su parte a una manada de bisontes y, con su ayuda, rodearon el fuerte.
A la hora de la merienda todo terminó y, mientras los muñecos de plástico de colores fumaban la pipa de la paz en el espacio que compartían con el saltador, la pelota y los recortables dentro del bote de Colón, Almudena y Javi sellaban también, sentados en el suelo con sus bocadillos de mortadela, una alianza que muchos años más tarde, ya bien entrado el siglo XXI, todavía mantendrían.

martes, 17 de marzo de 2020

02. Bailando con Kino. Antonio Nieto

Pobrecillo, mi perro está desubicado con esto de quedarnos en casa todo el día. Me mira y me pregunta con sus ojos negros y redondos: ¿Qué pasa? Yo se lo explico, con frases cortas, pero el sigue mirándome fijamente y de vez en cuando tuerce su cabeza poniendo una expresión de sorpresa e incredulidad.

También me pregunta con su expresión corporal, el por qué lo baño ahora cada dos por tres, cuando antes lo tenía medio abandonado. He notado un cambio en su actitud: antes no veía la televisión y ahora no se pierde ningún telediario; estoy seguro que esto del covid19 le tiene preocupado. Se pasaba el día siguiéndome a todos los lados haciendo el papel de sombra. Por ello hemos comenzado a practicar el baile de salón: bachata, tango…Está claro que esto último le encanta, porque le he visto esta mañana echándose un cha-cha-chá, con un gato al que antes perseguía por el jardín.

martes, 3 de marzo de 2020

01. Malas compañías. Rosa Molina



Por la manera de mover sus antenas y agitar el caparazón, deduje que ese insecto estaba dotado de una sensibilidad musical extraordinaria. Le metí en una cajita, recogí el violín, el sombrero con lo poco que había recaudado y salí del Metro.

Tallé una flauta y un piano a su medida y durante mil noches escuchamos música clásica para educar su oído. ¿Imaginan cualquier instrumento tocado a seis manos? Los matices floreados, los sabrosos acordes, las melodías aromáticas que desprendía su música aliñaban nuestras noches de sesudas discusiones sobre pentagramas encendidos de virtuosos compositores. ¡Ese insecto sí que conocía las entrañas del mundo! Nos hicimos inseparables y famosos.

Un día por el desagüe de la pila apareció otra cucaracha. En cuanto percibí el movimiento acelerado de la tráquea de mi amigo, deduje que era una hembra, que no se contentó con enamorarle, sorberle el seso e invitarle a sexo, también le enseñó rap.

Ahora retumban sus ritmos bajo el plato de ducha, me llama brother y me suelta manidos discursos en rima sobre la insostenible situación social de su especie. De nada sirven mis súplicas, ni mis llamamientos a su cordura.

domingo, 1 de marzo de 2020

Marzo: Bailando con lobos

Este mes toca bailar con lobos. ¿Os acordáis de la película? Pues podéis darle todas las vueltas que queráis. Si queréis bailar con otro animal, adelante; si queréis jugar al parchís con lobos, también estupendo; si os gusta más dar de comer a los tiburones, pues estupendo también. Como siempre, podéis darle vueltas a la imaginación para encajarla en el tema propuesto, porque nosotros sólo proponemos, vosotros os estrujáis la sesera para regalarnos un relato a la altura de la que nos tenéis acostumbrados. Por eso esperamos con tantas ganas que nos enviéis vuestras propuestas. 

Y aquí os seguiremos esperando.

Os deseamos un feliz marzo.