Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

martes, 20 de junio de 2017

10.Unas cuantas cajas.... Valentina Velázquez


A medida que crecía intuía que cada uno de nosotros es una caja llena de sorpresas. Mi padre decía que yo tenía un cascabel precioso en la cajita de mi corazón, y se abría cuando reía, iluminándolo todo, como una joya preciosa y única.


El tiempo me ha enseñado que dentro de nosotros hay muchas cajas conectadas entre sí, que forman parte de un todo; pero en algunas personas, a veces, falla este maravilloso mecanismo y se van perdiendo conexiones, que no se sabe aún a dónde van a parar. Yo creo que estarán muy alborotadas en alguna misteriosa cajita hasta que las encuentren. Mientras tanto, yo, he logrado perdonar a este mecanismo defectuoso que tantas alegrías me ha dado, y meter en cajitas, imposibles de abrir, los pensamientos negros, que suelto al aire para que no se detengan nunca; luego, pienso otra vez hasta elaborar pensamientos azules, con el color del buda de la medicina, verde esperanza, rosa cuarzo, que es el color que envuelve el amoroso corazón que descubrí en mí, y estas cajitas las dejo más a mano, fluyendo como una cascada de colores desde la cabeza a los pies, y así, con el sonido de los cascabeles de mi corazón, recuerdo que aún hay belleza en el mundo, y dentro de mí…

09. El bote de las tres palabras. Antonio Nieto

Supongo que nadie creerá lo que voy a contar, pero cuando tenía diez años, un día encontré en el granero de la casa de mi abuelo donde pasaba los veranos, un bote roñoso y cerrado por su propio óxido. Venía rodeado por un viejo papel sucio, desteñido y prácticamente ilegible, salvo un par de palabras, desconocidas en un idioma extraño. También pude leer una fecha: 1789, y París.

Con mucho esfuerzo y un gran destornillador logré desprender la tapa y en su interior observé que tan solo contenía un papel amarillento en el que se leían tres palabras, entonces totalmente desconocidas para mí, pero que cobraron una gran relevancia con el paso de los años: Égalite, Fraternité, Liberté…

08. El cofre de Alzeihmer. Almudena Verdejo

Siempre he estado intrigada por la caja que guarda mi hermana con tanto mimo y secreto en la cómoda de su dormitorio. Cada vez que la he observado, el ritual es el mismo: toma una pequeña llave que lleva colgada a su cuello como si fuera una medalla, abre el cofre y saca o mete algo que debe ser de una gran relevancia; como si se tratara de una película de misterio.
 
Un buen día, y ante mi insistencia, decidió contarme el misterio de su caja... ¡Qué tontería!, pensé. Resultó que guardaba pétalos secos de una rosa, unas pequeñas estampas, que de niñas nos las jugábamos a eso de pares o nones y un montón de cromos de artistas y de futbolistas de la época. Sin embargo, me llamó la atención un pequeño cofre  que había entre tanta cosa antigua y sin valor. No pude aguantarme y le pregunté por su contenido,  como el que espera la revelación de un enigma guardado por siglos.  "¡Ah, eso quisiera yo saber, porque llevo años que olvidé dónde puse la llave!”, me contestó sin darle importancia.

lunes, 19 de junio de 2017

07. La caja misteriosa. Josef Rof

Hola podríamos llamar caja misteriosa al contenedor de basuras? 
En parte si lo es. 
Aunque haya sitios específicos o días especiales, donde el ayuntamiento da un servicio especial, para recoger puerta a puerta, siempre concertando cita previa.
La “caja misteriosa” el contenedor recoge las basuras día a día.
Algunas familias hacen ‘de su capa un sayo’ y no tiene la sensibilidad de separar los residuos en cada contenedor especifico y dejan de todo lo voluminoso en tierra al lado del contenedor. Mientras que en sus bolsas contienen de todo.
Bolsas misteriosas, caja misteriosa, vida misteriosa, llena de MISTEROS.
La nana con cara sonriente
Hace crecer la vida
Y la pobre mariposa
Encuentra exacta réplica en su sombra.
Wilfredo Carrizales
“He aquí otro misterio”


Cuando la luna dubitaba en lo alto
Tomaba mis cinco dedos
Y una llovizna descendía allí.
Entonces algo pasaba en mí
Y la dama me ahogaba entre sus senos.
Wilfredo Carrizales
“He aquí el misterio”


domingo, 18 de junio de 2017

06. Mil formas de decirte, te quiero. Anabel Díez


Hacía tiempo que mis noches se habían convertido en vigilantes inquietudes y mis sueños en agitados miedos. Oyendo el respirador  a mi lado, miraba su cara con un haz de luz apacible, tierna  y condescendiente.  Vi al mismo hombre de siempre, por primera vez desde que la enfermedad había hecho estragos en su cuerpo, no me dejé arrastrar por pensamientos nocivos, ni rencores hilvanados. Recordé todas esas cartas suyas,  que guardaba en ese cajón vedado para el recuerdo, ese que no quería abrir, donde el polvo y el amor se habían hecho inquilinos y cómplices. La hostilidad de dejarme llevar por las lágrimas me había mantenido alejada de esos recuerdos durante los últimos años. Sin embargo, aquella noche, bajé silenciosa, abrí ese cajón y saqué aquella caja.  Me senté en su sillón, con el aroma de su cuerpo vistiendo mis hombros. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, con el sabor dulce de su presencia. La madrugada me encontró con una sonrisa  y con un deseo íntimo de abrazarle. Oí sus pasos arrastrándose por el pasillo. Me miró extrañado, desde el umbral de la puerta. Dejé la caja nuevamente en su cajón y acercándome a él, deslice mis dedos hacia su boca.

martes, 13 de junio de 2017

05. Nuestra caja. Antonio López de Lerma

Ella se quedó en casa dando de mamar a su bebé, él bajaba las escaleras con esa imagen, mientras pensaba qué maravillosa era la caja torácica que amenizaba el momento de la comida de su hija con la bella percusión del corazón, esa idea le llevó al recuerdo de los abrazos, esternón con esternón; así ensimismado en recuerdos de amistad, amor y complicidad llegó al mercado y enfrente de él una asadura de cordero colgaba de un gancho en la casquería y se preguntó cómo esas vísceras cuando estaban dentro de la caja podían producir tanto amor.
Cosas de la vida se dijo; y con la compra terminada regresa a casa con el interior de su caja saltando de alegría por el inminente reencuentro.

lunes, 12 de junio de 2017

04. Mariquitas. Santa

La conocí en la fiesta hippy de Helena. Ella con sus gafas de John Lennon y vestida de colores llamó mi atención desde  el minuto cero.
Sonaba la canción de los Rolling  ‘I Can’t Get No’  cuando la llevé de la mano a una butaca al fondo de la sala. Sonreí; ella se sentó encima de mí… pasaron sesenta segundos hasta que sus labios encontraron mi boca, yo no podía dejar de mirar sus ojos negros.
Era la chica más dulce que se puede imaginar. Le encantaba andar por el campo; siempre me sorprendía con un beso y un ramito de flores. 
Congeniamos tan bien, que al año decidimos casarnos. El día de la boda, mientras buscaba las arras encontré una caja de madera redonda con agujeros. Al abrirla, estaba llena de mariquitas corriendo en todas direcciones. La saqué al jardín y ninguna alzó el vuelo.
En esa estaba, cuando me llamó Olga preguntando por las arras. – Está todo controlado- dije. Y al comentarle el hallazgo; me dijo que eran suyas.
-Quédate tranquila, que no se quieren ir de tu lado.-  Dije.
 Ella me respondió - No hay problema; les arranqué las alas.-
Salí volando de allí sin mirar atrás.

jueves, 8 de junio de 2017

03. En la gloria. María Jesús Silván

Cuando era pequeñita, guardaba todo en cajas de zapatos, cada caja era un mundo. 
Había que prestar especial atención al mundo de los gusanos de seda; necesitaban más cuidados que el mundo de las piedras blancas del rio. 
Yo creía que el sitio donde yo vivía sería la caja de alguien que también nos quería y  nos cuidaba, porque yo me encontraba muy a gusto.
Luego aprendí a leer y supe que no es una caja.   ¡ Es un globo !
Lo dijo una señora muy maja que se llama Gloria Fuertes, y que la luna es otro globo que un día se le escapó. Gloria era poeta. 

viernes, 2 de junio de 2017

02. La caja misteriosa. Josep Rof Rof

Hay un gran misterio en una caja de zapatos, guardada muchos años en el fondo de un armario. Puede contener de todo, al abrirla aviva nuestra memoria. ¿Qué nos hizo guardar tales cosas en una caja de zapatos? He aquí el misterio, al guardarlo y olvidarlo, ahora al saber qué contenía. Parte de nuestros recuerdos, fotos, postales, cartas de un amor, esquelas, alguna moneda de plata, un reloj de bolsillo del abuelo, recuerdos de la primera Comunión.
La caja ya no es misteriosa, al abrirla se evaporó el misterio. Al saber el contenido de ella, nuestro misterio está en nuestro pensamiento.




































































jueves, 1 de junio de 2017

01. Convertir palabras en colibrís. Rosa Molina



Cuando tenía 11 años quise hornear una palabra nueva para que Paco se enamorara de mí. Como enmudecía siempre que me acercaba a él, decidí escribirle una poesía de amor, luego doblé el papel hasta formar una cajita, deposité un beso, puse su nombre en la tapa y la sellé con cinta adhesiva. A la mañana siguiente, en el recreo, oculté la cajita en la maleza del patio donde él solía cazar insectos. Escondida entre los castaños le vi agacharse, cerrar el puño y, luego, coger mi regalo. A la salida de clase se me acercó y me la devolvió sonriendo. Emocionada, pensé que quería compartir conmigo la palabra nueva, así que me la acerqué al oído pero, al abrirla, un enorme bicho saltó a mi cara y me caí de culo. “Es una esfinge colibrí”, exclamó riendo, orgulloso, mientras me ayudaba a levantarme del suelo. Maravillada, miré a la mariposa volar como una palabra alegre, batir sus alas tan rápido que ni se veían y estirar su trompita para libar un ramillete de nomeolvides. 

Junio: la caja misteriosa

Empezamos otro mes, otro reto. En esta ocasión tenemos que inventar lo que hay en la caja esa del trastero que no sabíamos ni que existía, esa que está al fondo, debajo de la otra que sí hemos colocado nosotros; o en la caja que, un buen día, encontramos en un cajón de nuestro ser más querido y que, por si fuera poco, está celosamente cerrada con llave; o en la que tu abuela te dio antes de morir, con el ruego de que no se lo dijeras a nadie. ¿Qué mundo hay en una caja?, ¿qué cabe dentro?, ¿qué tipo de dragón podríamos esconder?

Lo dejo a vuestra imaginación. Si queréis meter en una caja blindada todas las cosas que no os gustan para luego tirarla al mar, pues sea. La historia es vuestra como también la necesidad de contar. Nosotros disfrutaremos con lo que queráis compartir. Ya sabéis: más o menos 200 palabras.

¡Ánimo y abre ya la caja misteriosa!