En la escala del vuelo Barcelona - New York con destino Miami Enric notó algo a Laila; quizás más sombras, o una suma de dudas y sombras.
La policía de Inmigración se llevó solo a Enric, un trámite burocrático, aunque vio cómo unas gotas de sudor corrían por su piel canela.
Pasó una hora hasta que llegó su turno. Sentados tras una mesa, dos funcionarios armados le interrogaban por el motivo de su viaje.
-"Un nuevo comienzo, lejos de las críticas, de los juicios y desacuerdos por estar comprometido con una exiliado venezolano." - Dijo Laila extrañada.
Aquí he de apuntar diez años más joven, monitor de bailes latinos en gimnasios, y que gracias al trabajo como funcionaria de Laila tenía residencia temporal en Cataluña.
- "¿Sabía que Enric contactó en una web de citas con un ciudadano estadounidense y que le propuso matrimonio una vez se conocieran en NY?-. Clavando sus ojos en los ojos de Laila.
-¡Claro que no!...- Su relación se basaba en la confianza y en esa palabra tan grande, encadenante, necesitada, simple, arrolladora..?
El Amor...
Cuando les devolvieron las maletas con todo revuelto, sus móviles violados y sus pasaportes sellados...
Una voz dijo:
-"Bienvenidos a los Estados Unidos de América"-.
Se miraron... sin conocerse.