Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

miércoles, 31 de octubre de 2018

03. Grullas. Santa


¿Qué día será hoy?. – Dijo Alonso como todas las mañanas.
“Jo, cómo me gustaría volar.”. - Dijo con una sonrisa Celeste. 
La luz ceniza, filtrada por las nubescontrastaba con los colores de los neones de la gran ciudad. Unas grullas en formación de flecha flotaban entre nubes que ocultaban el color ocre del ocaso.
¿En qué estación estamos?”. – Preguntó Alonso. 
Van muy rápido, ya no se las ve”. – Dijo CelesteSeñalaba con el índice el lugar del cielo por donde habían pasado. “Se van de vacaciones”
Alonso seguía tumbado en la hierba, cobijado por varios arces, la cabeza le iba a estallar. “¿En qué estación estamos?”. 
Es otoño, ¿No oyes la música de las hojas cuando caen...?”. – Dijo Celeste sonriéndole.
Una hoja roja voló delante de Alonso y Celeste. Se miraron con los ojos enamorados de hace muchos otoñosSus manos se fundieron como la lluvia y el mar; como aquella primavera de 2018 en el Retiro; donde Alonso firmaba su libro ‘No hay tiempo’ y la mirada de Celeste entre la multitud, como un faro en un desierto, le robó el corazón para siempre.
Alonso recuperó de repente la mirada pícara, llena de sabiduría y acercó su boca a los labios de Celeste.


martes, 16 de octubre de 2018

02. La sabiduría. Almudena Verdejo

¡Qué confundida que estoy! 
Suponía que para ser una persona sabia, bastaría con estar horas y horas estudiando, metiéndome en la cabeza toda clase de libros. La verdad es que los libros son una fuente de aprendizaje, pero después de tantos años de existencia, he llegado al convencimiento, de que lo que más te enseña es la experiencia del tiempo vivido.
Entre las cosas que he aprendido, quizás, de las más importantes han sido:  el sentirse útil y saber llenar de alegría los espacios por donde te lleva la vida; el no dejar que la tristeza te invada, y que al mal tiempo hay que ponerle buena cara. En el peor de los casos “en que nos llueva”, entonces sacamos el paraguas.
La pena es que te empiezas a dar cuenta de este aprendizaje,  a medida que la piel se nos arruga.

domingo, 14 de octubre de 2018

01. Adela. Julián Rumbero Castro

Decían que la sabiduría de Adela era visible a los ojos ciegos porque el olor de sus flores era la luz que iluminaba los pasos de sus sueños. Dalias, hortensias, claveles y pendientes de la reina decoraban la estancia y su voz traía sus condiciones y necesidades, sus orígenes y hasta alguna leyenda. También se decía que la podían oír las personas sordas porque sus manos eran una alianza de violines, trombas y flautas cuya música armonizaba las articulaciones vencidas por el dolor de los accidentes, hasta conseguir, a veces, estallar carcajadas si algunas cosquillas trepaban el espinazo y llegaban hasta el cerebro para agradecer el regreso de las fibras nerviosas y el lenguaje de las neuronas que daban sus órdenes a la risa. Adela era sabía y moteaba el café molido con canela antes de verter el agua logrando un sabor delicioso y excitante que degustaban juntos, ante los ventanales de la enorme sala, complacidos con los árboles de octubre teñidos de carmesí, amarillo y ocre.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Octubre: el juego de las cinco palabras

En octubre retomamos el juego de formar un microrrelato con cinco palabras que os proponemos: sabiduría, ocre, estallar, luz y música. Ya sabéis que podéis utilizarlas en cualquier persona, tiempo, género y número, a vuestra conveniencia, como mejor haga de visagra para unir vuestra historia, que para eso estamos aquí, para divertirnos y entretenernos. Así que, mientras miráis cómo amarillean las hojas de los árboles hasta convertirse en ocres y alcanzan el punto de sabiduría esencial para caer bailando con una música sutil que estalla en la luz apagada del otoño (un poco forzado el uso, jejeje), podéis imaginar a las cinco palabras uniéndose con calzador en una historia que, espero, no sea tan tiesa como la mía. 

Aquí estaremos, para leeros y aprender.