Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

martes, 29 de septiembre de 2020

03. Miedo. Alicia del Caz López

 Otra noche igual, sin ser capaz apenas de parpadear más de lo imprescindible. Nunca lo diré en alto si alguien me puede escuchar, pero incluso un tipo como yo necesita algo de luna para dormir al raso en la frontera de lo salvaje.

No soy capaz de mover las piernas, dormidas ya de aguantar la postura. Me da pánico el ruido de su roce con las ramas secas, los Sioux son de oído fino y quizás no anden lejos.

En estas noches oscuras mis oídos no descansan, y mis manos, tampoco: la izquierda siempre apoyada en el revólver, todos saben que soy el zurdo más rápido; la derecha, agarra con firmeza las riendas de Miss Copper para notar enseguida cualquier movimiento que me indique que debo montar. ¡Chica lista esta yegüa que aprendió a dormir de pie!

Cuando amanezca volveré a ser el cowboy duro y solitario que abre de un golpe y con orgullo las puertas del saloon. Pero hasta entonces, presiento una noche muy larga. Ya se sabe, al oeste siempre tarda más en salir el sol.

domingo, 27 de septiembre de 2020

02. Appaloosa. Santa

Ese amanecer el viento mecía las hojas con violencia, avisando de que venía a por el alma de alguien. El sol pintaba de ocres el horizonte.

Yo escribía el guion de lo que iba a suceder. 


Virgil acababa de ser nombrado Sheriff y su amigo Everett Ayudante, cuando en el tren de las cuatro llegó Alice; una buscavidas disfrazada de buenos modales que terminará tras el piano del saloon.


El Sheriff es un hombre maduro, rudo, de honor; nunca se ha acostado con mujer alguna sin pagar. Las sutilezas de Alice junto a sus ojos verdes han desbocado su deseo, tanto que le pide matrimonio; a lo que ella accede. 


A pesar de ello, Alice no deja de mirar los labios de Everett, a lo que Él ya la dijo ‘nunca’ en mas de una ocasión.


El ranchero más rico de la comarca, Randall, asesino convicto al que encarceló Virgil, es liberado y nombrado alcalde del pueblo por su amigo el Gobernador. Pasan los días en fingida normalidad. Alice se acuesta con Él en busca de un futuro seguro, a escondidas del Sheriff.

 Virgil y Everett tendrán que abandonar el pueblo o acabar con Él. 


Entonces, maté a Randall al amanecer, con una bala en el corazón; mientras miraba a Alice.

  

lunes, 21 de septiembre de 2020

01. Las mosqueteras de Usera. Julián Rumbero Castro

Cuando se conocieron en el colegio, Carola se encaró con unos niñatos que se reían y burlaban de Abril. ¡Pero qué nombre es ese para una niña tan fea!, gritaban como gaviotas alborotadas. Carola la defendió con el puño en alto. ¿Quieres que sea una chica mala? ¡Déjalos!, dijo entonces Aneu que se llamaba así por la virgen de un valle.

  A Abril le dijo que ya quisiera su nombre el patito feo que llegó a cisne hermoso. Y a Carola que nunca podría ser mala la persona que socorre a cualquiera. Cuando lo contaron en casa, el abuelo de una y la mamá de la otra, les dijeron que cuidaran de esa niña.

Les encanta silbar y el cine,  como las películas del oeste de Morricone y silban su banda sonora. Alguna vez se burlan, a carcajadas, con quién será realmente la fea, quién la mala y quién la buena. Entonces se cogen del brazo, como una cadena, y gritan aquí y allá que son una para todas y todas para una. Será por eso que en la ONG donde ayudan a distribuir alimentos entre las familias de Usera afectadas por la pandemia, las conocen como las tres mosqueteras.

jueves, 3 de septiembre de 2020

Un septiembre del oeste: El bueno, el feo y el malo

Ya estamos en septiembre. Los intensos calores del verano irán desapareciendo poco a poco, igual que la cantidad de horas de luz, que cada día hay unas pocas menos. En fin, antes de que llegue el otoño, tenemos tiempo para inventarnos una aventura en el lejano oeste, en ese mundo de "aquí te pillo, aquí te mato", o "el primero que llegue, se lo queda". Debemos ser más rápidos que los contrincantes, no vayan a desenfundar antes y nos liquiden el cuento. 

A ver quién es el primero o la primera en desenfundar el suyo y en dejarnos temblorosos al otro lado de la calle, mientras el viento levanta la arena y los caballos relinchan de miedo. Los apaches acechan, los pieles rojas amenazan.

Estamos impacientes.