Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

lunes, 31 de enero de 2022

09. Silencio. Valentina Velázquez Hontoria

 En sus últimos días le noté distante de todo, con la lejanía que da ser consciente del final de la vida. Así lo recuerdo ahora, cuando recreo esos momentos en los que decidí pasar una temporada con ellos. Tengo una sensación de irrealidad que me tiene paralizada, pero sigo trabajando como un autómata, hago la compra porque ya mi padre no puede, ¡está tan flojo!, y mi madre lleva años sin hacer tareas que mi padre asumió de una forma natural. Mi madre decidió un día que no iba a comprar porque tenía miedo a equivocarse con el dinero, el miedo fue una constante en su vida, así que va delegando poco a poco en los demás y yo siento que está cansada y que se va alejando también, pero de ella misma, como desconectándose. Mi padre, de carácter alegre y positivo, encara el poco tiempo que le queda a consecuencia de un cáncer terminal, de forma magistral, que no puedo dejar de admirar; mi madre nunca lo supo, ni lo intuyó, mi padre la protegió hasta el último momento, quizá pensó que ya había sufrido bastante en la vida y en su estado lo único que lograría es angustiarla y angustiarnos, o esto lo pensé yo, que temía más la tortura de una mujer sufridora, atormentando el poco tiempo de que disponía mi padre. Qué situaciones más extrañas se sucedieron en esos días, de silencios y miradas, de complicidad y de mucho amor, aunque no nos lo dijéramos. La vida misma es extraña otra vez, viviendo cosas que nos superan, aunque no podamos evitarlo.

08. El hombre invisible. Alicia del Caz López

 El cambio no fue repentino, llevaba un par de semanas notando cosas raras:

En más de una ocasión chocó con alguien y no recibió disculpas; como estaba en esa edad en la que se empezaba a sorprender pensando esas frases que antes detestaba, “¡cada vez hay menos educación!”, no buscó otra explicación.

En el supermercado tenía que poner el carro bien centrado entre las dos cajas para que nadie se colara.

El martes, sin ir más lejos, le pusieron un chaquetón sobre las piernas en el autobús.

Él mismo iba descubriendo señales, los espejos le mostraban perfiles más difuminados y colores más pálidos. Al mirarse las manos, veía la carne más traslúcida cada día y el pelo, el poco que le quedaba, iba transformándose, primero a rubio, luego a canoso y ya se le iba transparentando desde las puntas a la raíz, dando la sensación de ir mermando por momentos.

Ese domingo, tras un plácido desayuno, pasó por el baño, miró al espejo y no vio nada. No le extrañó demasiado, era de buen conformar y su única reacción fue un gesto de resignación que, por supuesto, no se reflejó.

Se desnudó para salir a la calle (para los hombres invisibles eso no supone un problema). Al salir, cayó en la cuenta, con lo que le había costado coger el hábito, ahora tendría que desprenderse de esa costumbre. Volvió a abrir, dejó la mascarilla en casa y se marchó, no quería llamar la atención.

viernes, 28 de enero de 2022

07. La modelo. Carmen Cardeña

“Hoy no tengo ganas de estar guapa. Es domingo y voy a esconder la barra de labios, las sombras, el corrector de ojeras, las pinzas de depilar y hasta el sensodine blanqueante.” “Quiero darme asco y superar mi estreñimiento”. Así se lo expresaba Melanie al real espejo del cuarto de baño como si jurara o prometiera por su conciencia y honor. Pero mientras lo hacía, sus siempre radiantes ojos azules repararon en una vellosidad pardusca que le asomaba por la nariz. Se acercó al espejo de aumento (“hijo de la realísima…”) y ahí asomaba el insolente pelángano para desafiar la protocolaria promesa. Mecánicamente Melanie cogió las pinzas, las acercó abiertas al pelo y justo en el momento en que las iba a cerrar para luego tirar y librarse del indeseado filamento, las volvió a abrir.” ¡Hoy no! Te doy un día más de vida.” Y esta frase la hizo sentirse omnipotente y dueña del universo al que quiso observar asomándose por la ventana. Era un día extraordinario de primavera y el sol templaba muy gratamente los cristales de la ventana del dormitorio en los que se reflejaba el rostro sin aliño de Melanie. “En verdad, es un mal día (por bonito) para no querer estar guapa”. Y este pensamiento le enfocaba alternativamente el exterior; el parque soleado, verde, florido y hermoso y el interior con su reflejo de facciones perfectas…y… ¡ese Excalibur! ¡Esa tizona! ¡Ese…! El insolente asomaba por su fosa nasal derecha como si quisiera, al igual que ella, escrutar el día a través de la ventana. No lo soportó. Melanie tiró con fuerza de la vibrisa. Y en ese instante dejó de ser la dueña del universo. Otro día más esclava de sí misma.

miércoles, 26 de enero de 2022

06. Hace 16 años. Cristina Ramírez Arteaga

Hace 16 años leí un libro que dejó una huella muy especial en mí. Hoy termino de leer este mismo libro por segunda vez. La primera vez que lo leí vivía en California, era joven y mi afición favorita era salir con mis amigos e ir de compras. Hoy soy madre de dos niñas, vivo con ellas y mi marido en Austria, hago yoga y me encanta leer. Hace 16 años dejé el libro, lo dejé ir sin más. Hoy después de leerlo os he encontrado…

 

“Martes con mi viejo profesor” es un libro maravilloso que habla de la vida cotidiana. Del reencuentro. De la casualidad, o quizás deba decir del desino. De nuestro día a día que por culpa de la prisa en la que vivimos, dejamos que pase sin más. Sin prestar atención. 

 

Hoy este libro me ha recordado el placer de parar. De parar y observar. De parar y escuchar. 

 

Cada martes Mitch visita a Morrie, su viejo profesor y va viendo como va apagándose poco a poco. Morrie tiene ELA. 

 

Me quedo con la importancia que da Morrie a los amigos, a las conversaciones, a escuchar. Y lo diferente que sería el mundo si la gente nos dedicáramos más a las personas. A abrir los ojos y mirar. A para el tiempo y escuchar. Sin prisa. 

 

Hace 16 años que no se veían. Hace 16 años de la primera vez que leí este libro en inglés. Hace 16 años me hizo llorar. Hoy me ha hecho llorar. Hace 16 años lo acabé y siempre he tenido un recuerdo precioso del libro. Hoy lo acabo y quiero saber más, quiero aportar mi granito de arena. Quiero parar y observar. Quiero parar el tiempo y escuchar. Quiero dedicar parte de mi vida y de mi tiempo a personas que lo necesitan. Hoy es martes. Tenía que ser martes. 

 

Cristina

 

Martes con mi viejo profesor, Mitch Albom. 

 

 

lunes, 24 de enero de 2022

05. Las casas amables. Julián Rumbero

 Busco casas amables que cobijen los amigos de mis sueños. Alguien sugirió quemarlos con mis despojos, pero Carlota, una enfermera bastante sensata y de una bella madurez, me aconsejó que ardan en los ojos de mis vecinos. Al principio no la entendí ya que sólo sus ojos me interesan, hasta que me aseguró que los versos de Benedetti o la pugna entre un viejo y un tiburón, gustarían a cualquiera.

Siempre que los lean, siguió diciendo, será una muestra amistosa a quien lo hizo posible. Y podrían preguntarse, como haría yo de seguir vivo, si los pingüinos al fin aprendieron a volar fuera de los libros, añadí.

Calculo que necesitaré mil casas que acojan las simpatías de un poeta del sur por un pollino o la persecución demencial de una ballena blanca. Necesitaría el barrio entero, pero apenas conozco a alguien. Al fin al cabo sólo llevo viviendo aquí veinte años.

Un desconocido me dio la idea cuando le vi dejar los tres mosqueteros en el hueco de un roble viejo. El lunes “olvidé” los Momentos estelares de la Humanidad junto al idiota de Dostoievski a la espera de que lo coloquen junto a Mendel, el de los libros.

La ciudad dispone de doce bibliotecas. Serán suficientes.

04. Lydia. Gema Herráez Peñas

            No soy muy de ir a los cementerios, pero mi madre insistió en llevar flores a la tumba de mi padre y mis hermanas no podían. Yo he de reconocer que soy algo escéptica y crítica con ese ritualismo de ir a las tumbas para adornarlas, limpiarlas e incluso hablar con los difuntos como si aún estuvieran vivos.

            Dejé a mi madre delante de la tumba de mi padre y decidí pasear. Iba curioseando y fijándome en las leyendas de algunas tumbas. De pronto le vi, era Jorge, el chico que iba a ver a Lydia cuando estuvo ingresada en el hospital. Lydia me dejó una profunda huella. Soy enfermera y la atendí durante su ingreso. Era, desde luego, un ser excepcional. Tenía    Síndrome de Down y con su entereza, su sensibilidad y su carisma me cautivó por completo.

 Entró y salió varias veces en el hospital llegando a estar realmente grave superándolo de forma increíble, hasta que finalmente se apagó. Le encantaba la música, que escuchaba en todo momento, y recuerdo las visitas de Jorge. Él también tiene Síndrome de Down. ¡Era tan tierno verlos juntos! Jorge le contaba a Lydia cosas del colegio al que iban. Y cuando no le dejaban entrar, porque estaba en intensivos, le mandaba audios que su familia le ponía para animarla.

            Me sentí intrigada al verlo abstraído frente a una lápida. Al situarme cerca le escuché hablar: “sabes Lydia, hoy a Julia la han castigado por insultar a Sonia y la profe le ha dicho que no va a salir en la función de Navidad.

¿Te acuerdas cuando tú hacías el papel de María? Seguro que lo ibas a hacer muy bien este año. Bueno, tengo que irme porque tengo que hacer las tareas. Me acuerdo mucho de ti y que sepas que sigues siendo mi novia, ¡eh!”

            Me quedé atónita y conmocionada. Era la tumba de Lydia. No tuve fuerzas para saludarle, tampoco sabía si se acordaría de mí. Me alejé de allí mientras las lágrimas resbalaban imparables por mi rostro después de aquella escena, irracional sí, pero emotiva, sincera y auténtica.

 

sábado, 22 de enero de 2022

03. El viajante. Rosa Molina

¿Por qué todos los hoteles tienen que ser tan impersonales? Todo se repite: las mismas camas dobles, las mismas toallas de lija, las mismas sábanas frías, los mismos bordes negros en las bañeras. Hasta se repiten los canales en la televisión. ¡Click! ¿No te digo?, ¡otra noche sin mi serie favorita!

 

Mientras llega la hora de cenar, saco un expediente de los muchos que llevo en el cartapacio, y lo examino. Mis ojos, acostumbrados a las hojas de cálculo, encuentran solos las anomalías. Cierro los ojos y pienso que, tal vez, esos errores de cálculo sean los que diferencian mis días unos de otros porque, estoy seguro, de que también la cena de hoy será igual a la de ayer en Salamanca, o la de antes de ayer en Burgos: una pastosa sopa de fideos, los mismos filetes inmasticables.

 

No sé para qué pago una hipoteca. Para que mis muebles dispongan de una vida confortable, de una soledad perfecta.

 

viernes, 14 de enero de 2022

02. Historias de Madrid del XIX. Absenta o ajenjo. Epífisis

Madrid 1853, enero. Hace mucho frío, son las cinco de la tarde y ya casi es de noche, Don Francisco Asenjo Barbieri acelera el paso y con un solo movimiento de muñeca hace revolotear la capa y queda perfectamente embozado.


Tiene hambre y al pensar en que ha quedado en Lhardy, nota un ruido de tripas tal, que se gira y mira si alguien le ha oído, solo ve la carrera de San Jerónimo, oscura, con la luz titilante de las farolas y ese brillo en los adoquines.


Necesita el libreto que le tiene prometido Ventura de la Vega desde hace varios meses. Sin él, no puede empezar la nueva Zarzuela, además quiere aprovechar para que le cuente el incidente del cura Martín Merino con la reina Isabel II. Los rumores en el mentidero que es el Madrid de este siglo son tan diversos, que es imposible tener uno por cierto.


Le cae bien Ventura, desde que escribió “el hombre de mundo”, una de las frases del libro ha quedado como muletilla y se repite hasta la saciedad. Con relación a un asunto de celos y cuernos la gente dice: “Todo Madrid lo sabía, todo Madrid menos él”. 


Ventura es un adicto a la absenta y en el Madrid del XIX casi todos los escritores, pintores y gente de la farándula lo toman, y además sin medida. También lo consume Barbieri, y entre otras muchas cosas, es entendido en gastronomía, le gusta Lhardy.


La absenta o ajenjo, apodada la Feé Verte (El hada verde) da al que la toma el don de la ebriedad, con el cual se abre la comunicación con el interior, el alma y el exterior, el cosmos y los mezcla en un batiburrillo confuso.

 Lhardy, 1853, enero. Buenaventura de la Vega está sentado ante una mesa metálica con una encimera de mármol, que tiene mil heridas en su superficie, frente a la cristalera, con vidrio biselado y cortinillas que da a la calle. Encima, su vaso triangular con burbuja en la base, de capacidad como de una onza, con liquido de color verdoso y una cucharilla con agujeros con un terrón de azúcar y al lado una jarra de agua fría.

Piensa, que después del cocido que se ha metido entre pecho y espalda, la segunda absenta que lleva le empieza a embotar los sentidos y que como no venga pronto Barbieri, el libreto de “jugar con fuego” que le ha hecho para una zarzuela se lo va a tener que comer con patatas.


Ser maestro de la Reina Isabel II, asistir a las reuniones del Parnasillo, del Ateneo y del Teatro Real y llevar esa vida licenciosa y de crápula le van a llevar a la tumba antes de tiempo.


Barbieri le cae bien, es inteligente y pertenece a diferentes Academias, se hace llamar el maestro bandurria y conoce al todo Madrid de la época. Entonces le ve entrar, empujando con esfuerzo la pesada puerta y caminando hacia su mesa, se sienta en la silla vacía.


Pide otra absenta para él, ya que a las cinco de la tarde en casi todos los cafés se producía l’heure verte (la hora verde), imagen del movimiento bohemio en toda Europa. Mientras Barbieri entra en calor, comentan que la absenta fue primero, un elixir antipirético de Pernod que usaban las tropas francesas y que contenía además de aromas de la planta Artemisia Absinthium, Artemisia póntica, flores de hinojo, anís, hisopo, melisa, raíz de la angélica, hojas de cálamo, hojas de dictamnus, cilantro, verónica, hojas de enebro, nuez moscada, regaliz y diferentes hierbas de origen montañoso. Ríen, pues con todos los componentes que lleva, no es de extrañar los efectos alucinatorios que produce el abuso de su ingesta.


Comentan el ataque del cura Merino con un estilete a la Reina y de que ha sido ajusticiado con premura, y quedan para el sábado en el palco del Teatro Real con todos los amiguetes.

Ventura le entrega el libreto, ya no sabe quién es y no recuerda si es él quien tiene que pagar a Barbieri o al revés.


Años después, en 1865, se le da por muerto y el diario “la correspondencia” publica su obituario. Se presenta Buenaventura en sus funerales al día siguiente y proclama que el periódico se ha equivocado, evidentemente.

Pocos días más tarde, muere y el diario escribe en portada “por fin ha muerto Ventura de la Vega”.


Cuando paseamos por el Madrid de las Letras o el Madrid de las Musas, hay que levantar la mirada hacia las fachadas y leer las placas, Zorrilla, Cervantes, Larra, etc. Ventura de la Vega tiene su lugar en esta calle tan castiza, tan romántica y bohemia.

 

lunes, 10 de enero de 2022

01. La ciudad sin límites. Santa

 


Cuando llegas a los límites de X crees ver una ciudad diferente a otras macro ciudades. Ya sea por la nieve de las montañas que se ven resplandecientes a lo lejos; por el verdor de los arboles que asoma entre el laberinto de calles; o los colores de las luces que adornan y hacen que la noche parezca una celebración.

 

En X, sus ciudadanos pagan las horas que dejan el coche cerca de los parques para poder disfrutar con sus perros. Pero si van a comprar a grandes construcciones donde en sus entrañas todo se vende; les sale gratis.

 

Las prisas son su ADN. Prisas para trabajar, para comer, para el cine, para un concierto, prisas en metro o en bus.

 

Hasta en el parque, donde verás a muchos correr y a pocos parados; contemplando como el viento juega con las hojas del otoño.

 

Compran y reciben muchos regalos, en una fecha concreta, y al día siguiente devuelven lo comprado. Y así el viajero ve los estantes vacíos. A unos habitantes de X llenos de todo y a otros en la cuneta; mirando a los coches llenos de paquetes y vacíos de felicidad.

 

Al salir de la ciudad, te encontrarás con perros abandonados que te siguen; esperando que los lleves en el corazón.

miércoles, 5 de enero de 2022

PROPUESTAS DEFINITIVAS PARA 2022

 Estos son los temas que, gracias a vuestras propuestas, van a servirnos de inspiración este año:

- Enero: tema libre. Escribid sobre lo que queráis para ir afinando el teclado con ese talento que tenéis pero que, debido a las comilonas navideñas, tan constantes como copiosas, está abotargado.

- Febrero: escribid un relato sobre un cuadro, el que queráis, el que os inspire, el que os conmueva.

- Marzo: escribid un relato sobre una foto vuestra, familiar, famosa, célebre, ajena... la que elijáis.

- Abril: cambio de escenario de un personaje (de cuento, película, novela....) a un escenario increíble (ejemplo: ¿os imagináis a Jame Bond en el cuento de Blancanieves?, pues eso.....)

- Mayo: objetos preciosos. Escribid un relato sobre cualquier objeto que os llame la atención por lo ridículo, bonito, inútil....

- Junio: el cuento y su reverso. Elegid un cuento y darle la vuelta. No sé si sabéis que Cenicienta, una vez casada con el príncipe, puso a fregar a su madrastra y a sus hijas y se portó con ellas como la arpía que nadie sabía que era, hasta que fueron rescatadas por el Bueno, el Feo y el Malo, que pasaban por allí a lomos de sus penosos caballos  (yo tampoco lo sabía, me lo acabo de inventar).

- Julio-agosto: relatos de viajes a cualquier destino, planeta, hotel, cordillera. ¡Me muero por ir a Marte y me vendría bien un relato de viaje para saber qué llevar y de qué vacunarme!

- Septiembre: elegid un libro, el que queráis, y con la primera frase, empezad un relato.

- Octubre: recontar la Historia. Cualquier acontecimiento histórico es digno de un giro imaginativo. Nadie sabe, ni se cree, a pesar de los muchos restos hallados en yacimientos, que El Cid y Napoleón se jugaron a las cartas el destino de Andalucía, mientras Juana la Loca huía, por amor, con Aníbal el Cartaginés, a lomos de un elefante.

- Noviembre: de película. Cualquier película, la que queráis, es digna de pasar por vuestro filtro y talento. 

- Diciembre: En familia.... cosas que pasan, pasarán o han pasado en vuestra familia, o en otras familias, o en familias imposibles.   

lunes, 3 de enero de 2022

Propuestas 2022. Rosa Molina

 Mis propuestas para este año son:

- objetos preciosos: inventar una historia con un objeto (ridículo, increíble, imposible) que encuentres en una tienda o en tu trastero.

- palabras homófonas (se pronuncian igual pero no se escriben igual) y homógrafas (se escriben igual pero no significan los mismo. Ejemplos: ablando-hablando; ha-ah; cojo-cojo (verbo coger); arrollo-arroyo; as-has; ato-hato; vacilo-bacilo; vasto-basto; bienes-vienes.... en Wikilengua hay mil ejemplos.

- escribir tu propia historia de un acontecimiento histórico relevante

- coger un cuento y darle la vuelta

- la primera frase de un libro que elijamos y empezar el relato con esa frase

- igual con una película

- cambio de escenario: elegir a un personaje famoso y meterlo en un escenario imposible para él

- escribir un sueño en tercera persona

- de viaje: un relato de viaje

- dos personas en una: juntar las características de dos personajes en uno

Ya me contaréis qué os gustaría hacer este año, con qué os gustaría jugar.

Cuidaos mucho. Os necesitamos.


FELIZ 2022

Si buscas en el diccionario "tiempo", verás que tiene 18 acepciones distintas todas ellas conocidas y ajustadas al uso correcto de esa palabra. Pero la dimensión subjetiva del tiempo es absoluta y pesa tanto en nuestras vidas que, en realidad, podríamos decir que su significado depende de nuestras necesidades de él o de la percepción que tenemos o necesitamos tener.

En cualquier caso, estamos en un año nuevo, que es el mismo tiempo alargado pero que podemos teñir de otro color para sentirlo distinto. Para eso, entre otras cosas, está la Navidad: para celebrar una nueva vida que también puede ser la nuestra; para despedir un año que ya es insalvable; para celebrar otro nuevo desde otra postura, desde deseos nuevos, desde una vida distinta.

En fin, no me alargo.  Lo que quiero proponeros para este mes son temas para el resto del año. ¿De qué os gustaría escribir? ¿Qué temas os gustaría recrear en un texto? Ya hemos hecho películas, objetos, palabras sueltas, emociones y sentimientos.... pero queremos ideas nuevas y queremos decidirlas entre todos.

Os animamos a ser parte del blog, porque todos sois el blog.

Feliz año 2022 y todos los que os quedan por vivir.