Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

jueves, 31 de marzo de 2016

Saludos de Josef Rof

Compartimos con vosotros el blog de un amigo de adEla. Reproduzco sus saludos y os invito a visitarle:

"Agradezco la oportunidad de escribir en este blog.
adELA me tenia el link puesto, del blog que yo escribia, tenia seguidores, continuo http://enfoques6ela.blogspot.com.es/"
Josef Rof Rof

09. Solsticio. Santa.

Como todos los días, salió a andar por el inmenso parque de la ciudad. Deprisa, como queriendo llegar a algún sitio donde le esperase alguien importante. Por delante a paso ligero, su inseparable Fito; su perro fiel. Huía de su invierno buscando una primavera cálida.
Se cruzó con muchas personas solitarias que corrían más deprisa que él. Sintió un impulso irrefrenable de correr también, al poco no pudo más y tuvo que sentarse a recuperar el aliento. En la hierba brotaban minúsculas flores junto a margaritas y amapolas. El viento olía a tierra mojada. El canto de los mirlos y jilgueros escondidos en las encinas y pinos, componían una hermosa sinfonía mezclada con el sol filtrado por la hojas del Haya que le cobijaba.
La mirada inquisitoria de los que pasaban deprisa a su lado, le hacía sentirse mal por estar parado. Una nube dejo caer unas gotas sobre él. Al poco rato estaba solo.
Se tumbó mirando al cielo. Al instante, Fito se pegó a su costado con la cabecita sobre su costado. Se oía latir su corazón. En un descuido le relamió la barbilla. Y descubrió la felicidad que tantos años andaba buscado en el arcoíris recién nacido.

08. Pequeñas cosas. Pilar Santos Adrados

Había una vez un lugar que podía ser en cualquier lugar, de un tiempo que podía ser cualquier tiempo, cuando la felicidad quedó encerrada a cal y canto dentro del paraíso. En este lugar de cualquier tiempo nadie encontró las llaves para liberarla. La gente empezó a deprimirse, decían que alguien tendría una llave con la famosa clave del abra cadabra pata de cabra, por que muchos disfrutaban de la felicidad, y ellos no la conocían. Pero cierto día, a ese lugar llegó una noticia sin saber quién la enviaba ni porqué. Era algo que el aire puso en manos de Galiano. Cuando éste leyó la misiva, reunió a toda la gente de la comarca para decirles que sabía donde se vendía la felicidad. Desconfiando de Galiano, apodado el Galimatías, que por su lenguaje oscuro y confusión de ideas era un poco mentiroso, decidieron volver cada uno a su lugar.
Galimatías  les recriminó su manera de proceder, diciéndoles que si no lo creían volvieran cada cual con su macuto y le siguieran. Caminaron leguas y leguas. Fue un camino tortuoso y lleno de baches hasta llegar donde se vendía la felicidad. “Podéis ir preparando vuestros macutos para guardar en ellos lo que os corresponda”, dijo Galimatías. Una expresión de aturdimiento se produjo en cada uno de los asistentes cuando un portero les indicó que pasaran al fondo del recinto, donde esperaban llenar sus macutos. Un personaje aconsejaba depositarlos sobre pilas y pilas de macutos llenos de moho, y les dijo: “Nada es importante, nada es insignificante. La felicidad que buscáis, según las circunstancias, está dentro de vosotros. Es la paz interior, la paz en cualquier lugar, el amor sincero, la sonrisa de un niño, el aroma de una flor, la lealtad de un buen amigo. Pequeñas cosas, que os darán la felicidad, por un rato, por una temporada. Pero no olvidéis que todo en esta vida es efímero.

lunes, 28 de marzo de 2016

07. La felicidad. Asdrúbal Salsamendi





La felicidad es un invento de los hombres con el objeto de satisfacer todos sus deseos más íntimos. Difícilmente sabemos que venimos a éste mundo para aprender y más bien se aprende con los fracasos que con los éxitos. El estado de la felicidad es posible alcanzarlo a través del respeto mutuo y ante todo la verdad, cosa que es muy difícil mantenerla.


Pero si utilizamos nuestra fuerza de voluntad, es relativamente menos difícil de lo que podíamos haber imaginado. Así como los niños llegan a la plenitud imaginando a los Reyes Magos y a Papá Noél, el hombre se ha fabricado un futuro posible en ese estado, en el que debe de haber otra u otras personas que colaboren para alcanzar el sueño inalcanzable. 


Cuando los seres humanos aceptamos que nuestro deseo es un sueño, reaccionamos muy negativamente, y muchos inocentes son víctimas de la frustración de algunos. Busquemos la mejor forma de aprender, y conseguiremos ese gozo interior que bien podía ser en cierta parte lo que todos soñamos y luchamos por alcanzar. 

miércoles, 16 de marzo de 2016

06. Sensaciones felices. Antonio Nieto

La felicidad es:

El anhelo de los humanos
El wasap de tu pareja
Las mariposas del estómago
La sonrisa de tus hijos
La complicidad de tu amante
El abrazo sincero de un amigo
Las arrugas bien llevadas
La sensación de haber hecho lo posible
Después, ya no tengo ni idea…

martes, 15 de marzo de 2016

05. La felicidad. Valentina Velázquez



Una sonrisa asomaba entre tus labios,
la atrapé cual preciosa mariposa
para dejarla marchar,
y, así, gozase el mundo de belleza.

Una lágrima escapaba de tus ojos,
prisionera de tristes melancolías;
la recogí
y te la devolví transformada
en profundos multicolores.

¿Por qué la alegría y la tristeza
se turnan a menudo en mi semblante?, me decías.
Yo te contesté:
La tristeza se empeña en hilvanar heridas
que ciñen la mente,
anclándola en islas subterráneas,
en pozos sin fondo,
oscuros, tenebrosos.
Mas, cuando la alegría la encuentra,
la deshace en jubilosas cascadas,
irradiando deseos, sueños, amores,
esperanza;
imposibles viajes homéricos,
que tejen y destejen
la felicidad y la desdicha
en un único ser:
sencillo y luminoso,
misterioso y complejo.

A veces siento que es un capricho del azar;
un duende que hace una travesura;
un hada que atina por casualidad.
Por un beso torpe,
por una caricia rota,
por un “te quiero” sordo.
¡Siempre hay una ventana entornada
para que se cuele el Abrazo de la Vida!