Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

jueves, 28 de marzo de 2024

03. Aguanieve. Santa


Siempre pasaba unos días en aquel pueblo de Portugal cerca de ninguna parte, Comareira, a los pies del monte Grosso. 

Este año, las aguas de los riachuelos rugen y bajan bravas por donde en el verano no queda más que un lecho seco, que recuerda las gotas de lluvia corriendo, hasta inundarlo todo. Adalberto grabó el paisaje con el móvil.

Al revisar las grabaciones, aparecían unas gruesas gotas de agua casi apunto de ser hielo, suspendidas en las hojas de un Tejo. Aplicó el zoom en una de ellas y aparecía la figura de una mujer. Una mujer que jugaba al escondite entre las Jaras en flor, sonreía a alguien, a quien ofrecía su mano en el siguiente plano. Después un hombre, cogía la mano de ella, sus miradas en el otro, poco a poco hasta juntar sus bocas.


Dio al pause, la reproducción se congeló; pero en la gota ampliada la mujer de pelo rubio peinada a lo garson jugaba al escondite entre los arboles con un hombre. Un beso al cobijo de robles centenarios, sonríen, ella le susurra al oido que le haga el amor. En segundos yacen medio desnudos en la hierba. Ella le muerde el labio como si fuese un bizcocho de limón y marca sus uñas en el costado de El, cuando entra en ella dulcemente, con el deseo desbocado en cada poro de la piel.


Una lágrima resbala por la mejilla de Adalberto. Mira por la ventana. En las laderas del monte Grosso aparece un manto blanco.

Vuelve al portátil, pulsa play, las hojas de Tejo se mueven; pero no está Renata caminando desnuda hacia la cocina, ni el hombre; El mismo desnudo, veinte y dos años atrás.


En la imagen, las gotas de lluvia son copos de nieve suaves, ligeros, perennes; recuerdos.

02. Nieve para Bruno. Julián Rumbero

Abuelo, necesito nieve. 

¿Y eso? ¡Vivimos en un desierto!, los turistas vienen a ver los duelos entre pistoleros.

Pero nevó en Abrucena.

Porque está en las faldas de Sierra Nevada. ¿A qué viene ese interés?

No es por mí, es por Bruno.

¿Bruno?

¡Jolin, abuelo! Lo conocimos este sábado. 

Recordó el espectáculo del Far West, cerca de Tabernas. ¿No me digas que te acuerdas de los nombres de los bandoleros?

Bruno no es de esos. Es un oso.

Al hombre no le sorprende la proverbial imaginación de su nieta, viene de familia dice siempre Paula, su hija, y cae en la cuenta de que visitaron un zoo, con cebras y jirafas. 

            ¡Espera!, exclama el abuelo. Te quedaste atrás, ¿Hablabas con él, verdad? Sí y me dijo que comen mucho en otoño. Luego se refugian en una cueva y duermen gran parte del invierno. La nieve les obliga a ello. Pero si en Tabernas no hay nieve, por qué hay un oso. 

Necesitaremos la ayuda de Emelita, le dijo su abuelo. La mujer vende algodón de azúcar en las ferias. No es nieve, pero es dulce y a los osos les gusta mucho la miel, fue lo que se le ocurrió entonces. Algo se nos ocurrirá. Incluso podríamos decírselo a Águila Jorobada, hace de indio apache en el poblado. Tú no te preocupes.

Y Noelia sonríe. Ya sabía que su abuelo entendería su pesar.

martes, 19 de marzo de 2024

01. El muñeco de nieve asesino. Epífisis

En mi pueblo hace mucho frío y el invierno dura muchos meses.

Cuando la nieve cubre las calles los únicos que salen a jugar son los niños.

Desde diciembre, el manto de nieve ha aparecido teñido en rojo en ocho ocasiones. Me encanta el contraste.

Mi condición de ser el propietario del colmado, en el cual, además de los aceites, arenques y legumbres, vendo también chuches, me exime, de ser considerado sospechoso.

También me sirve para llevarme bien con ellos. La promesa de un buen puñado de chuches me ha alegrado la vida muchas veces.

Nunca se ha encontrado el arma asesina.

Después de una semana de sol, ha empezado a nevar.

Tengo que esperar uno o dos días y CUANDO EMPIEZAN A CRECER CARÁMBANOS en el porche de detrás, elijo el más afilado, cojo un puñado de golosinas y salgo a la calle.




sábado, 2 de marzo de 2024

Marzo: llega la nieve, las nevadas, los copos....

 En marzo vamos a rebozarnos en nieve. Aunque haga frío, aunque esté helada, vamos a revolcarnos y a tirarnos bolas sin piedad ninguna, con ganas y muchas risas. Porque este fin de semana está nevando de nuevo, hace frío, viento y casi hay que celebrarlo. Así que, sin pensarlo y sin pereza, vámonos a disfrutar de estos días gélidos, que cada vez son más escasos, raros y dispersos.

Los que somos de una gran ciudad tenemos que ir a buscarla al monte, porque más abajo de los tejados,  no la vemos. Pero los que sois de zonas montañosas podéis dejar vuestras huellas en ella todos los días, como los antiguos dinosaurios en el barro fosilizado. ¡Qué suerte tenéis! ¿Por qué no nos lo contáis? Qué se siente cuando puede ver todos los días del invierno el paisaje blanco, las huellas de los animales que anduvieron por la noche, el crujido de los pasos ajenos?

Aquí solo vivimos la nieve en la Filomena y fue increíblemente incómodo y hermoso, al mismo tiempo. Se pararon los transportes, la circulación, casi casi la vida entera, pero los niños jugaron con ella y ella se dejó tocar, mansamente, por manos que desconocía.

Esperamos, bien abrigados, vuestras historias blancas, al amor de la lumbre.