Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

viernes, 28 de abril de 2023

07. De gira. Alicia del Caz López

Es rara nuestra amistad. En toda la memoria familiar, nunca los suyos y los míos se juntaron. No es que hubiera disputas, simplemente, se ignoraban. Ellos, una saga de cantaores siempre al ritmo de las palmas. Los míos despreciaban ese tipo de vida ociosa y poco previsora al tiempo que los suyos pensaban que mi familia malgastaba sus días trabajando en el campo de sol a sol para llenar la despensa.

Me cautivó el día que la vi cantando en la ladera cuando comenzábamos con la cosecha del trigo. Esa voz rasgada acompañada de los acordes que sacaba con la púa a la guitarra, hacían que mis pies se movieran sin remedio. Si nadie miraba, incluso, simulaba rasgar las cuerdas como lo hacía ella. Tras unos días coincidiendo, me separé del grupo discretamente y le pedí que me enseñara. 

Estuvimos unas semanas quedando a escondidas, pero ahora cantamos juntas en público, yo toco el bajo y compongo temas reivindicativos de la clase obrera, ella toca la guitarra y canta.

Es doloroso, mi familia piensa que soy una vaga y finge no conocerme. Y la suya, no le habla, les decepcionó que no siguiera la tradición flamenca de sus antepasados. Pero seguimos adelante, se han unido una mariquita a la batería y un grillo a los teclados y los coros. Con suerte, en mayo estrenaremos disco.

 

jueves, 27 de abril de 2023

06. Viento del Este. Santa

 


Supo que algo iba mal al ver como lavaba el coche.


Leon, pasaba por el lavadero con frecuencia. Ella era la encargada de vigilar las máquinas y dar cambio.


A Moby le gustó la educación de Leon, sin sombra de paternalismo.

Ambos nacieron en los 60´s. Guerra fría y viajes a la Luna. Futuro de esperanzas y madres obligadas a cuidar de los hijos que mandaba dios.


La mirada de Moby era el azul de la Antártida, la mirada  superviviente de la vida. Los hombres la huían al oír su voz con acento de algún país del Este.


Esta mañana, no pidió cambio. Las manos fuertes de Moby echaron en falta el contacto con la ternura de las de Leon.


- Hoolaaa cómo estar? - Dijo sonriendo.


Leon aclaraba el parabrisas como un autómata programado. Moby vio que tenía empapado de agua el pantalón. Repitió la pregunta.


- Bien...como siempre... - Y quiso seguir, pero el tiempo de la maquina se acabó y sus palabras quedaron flotando en el silencio.


- Mal, ayer tuve que sacrificar a mi perrín.- La mirada de Leon se quebró de dolor.


- Como tu perro se llama?- Dijo Moby sin parpadear.


- Manolito - Dijo Leon.


- Ven; damos abrazo...- Se fundieron compartiendo dolor.


Llovió mucho, y el viento cálido del Este ayudó a secar la herida.


viernes, 21 de abril de 2023

Por si os interesa

 5º CERTAMEN SEPAR DE RELATO BREVE SOBRE SALUD RESPIRATORIA


Queridos amigos/as:

Como en años anteriores, desde SEPAR Pacientes tenemos el placer de invitaros a participar en el 5º Certamen Separ de Relato Breve organizado en el marco del 6º Foro SEPAR de pacientes respiratorios 2023, que se celebrará en Granada el 8 de junio de 2023, y en el que se dará a conocer los ganadores.

Un premio literario de textos cortos sobre salud respiratoria, dirigido a que participen pacientes, cuidadores, profesionales de la salud o cualquier persona a título individual a quien le guste escribir y compartir sus inquietudes en relación con sus vivencias y la salud respiratoria. Este certamen ha tenido un éxito sin precedentes en ediciones anteriores, de tal manera que ya se ha constituido en un clásico.

Os adjuntamos las bases del Premio y autorización para la publicación de los relatos, pues independientemente de los ganadores, todos los remitidos se publicarán en formato libro, además de formato web. Seguro que tienes mucho potencial creativo para compartir con nosotros.

· Autorización autores Certamen Literario. SEPAR
· 5º Certamen SEPAR de Relato Breve sobre Salud Respiratoria

 

El plazo finalizará el lunes 1 de mayo de 2023.

 

Esperando vuestra participación, aprovechamos para enviaros un afectuoso saludo.

 

Eusebi Chiner y Carme Hernández

Directores de SEPAR Pacientes 

 


lunes, 17 de abril de 2023

05. Escolopendras, lagartijas, ratones.... Antonio Nieto

De niño, los recuerdos más felices e imborrables que todavía están en mi memoria, como si estuvieran grabados a cincel y martillo, son aquellos de nuestra casa en el barrio de Tetuán de las Victorias, hoy tan solo Tetuán, supongo para no ofender.


Los días los pasaba en el jardín, subido al viejo almendro, donde mi padre me había construido una especie de caseta, que llegué a pensar era el hogar de un bosquimano. Armado con mi escopeta de aire comprimido y mi tirachinas, no dejaba títere con cabeza. ¡Pobres pajaritos, lagartijas, escolopendras o ratones que paseaban tranquilos por debajo de aquel majestuoso árbol!


Uno de mis pasatiempos era, precisamente, meter en una botella una escolopendra y una lagartija juntos, y ver, en el Coliseum de mis dominios aquellos que luchaban por la supervivencia. Cada vez que lo pienso ahora, me avergüenzo de mi salvajismo, pero ¿Cómo iba yo a imaginarme que había otras formas de tratar a la naturaleza y a los animalitos en aquellos días, con la educación que recibíamos?


Los ratones atemorizaban a mi madre, hasta el punto de llegar a un acuerdo con ella, de darme una moneda de 50 céntimos, de aquellas que tenían un agujero en medio, por cada ratón que cazara. Fue entonces cuando comencé a ser malo; no porque me limpiara los mocos con las mangas de la camisa, sino porque me traía los ratones de las casas de mis amigos y se las vendía a mi madre, como si fueran de la nuestra. Aquello ya lo confesé muchas veces al cura del colegio y estará, digo yo perdonado. Creo, no obstante, haberlo compensado cuando al venir del colegio, mi madre me pedía nos viéramos a solas, y me requería la enseñara a leer. Aquello que para mí era un juego, hoy siento que, quizás, con aquella acción realizada de manera tan normal, no era tan malo como pensaba.

miércoles, 12 de abril de 2023

04. Memoria es un cormorán. Julián Rumbero

Nos encantaba la historia del oso Bruno y la niña Ester. 

La abuela María hablaba de cómo su padre y los cormoranes pescaban truchas. Volaban desde el mar y quiso conocerlo. Pero varó lejos, y en los ojos de una muchacha risueña donde no podría ahogarse.

Era cantero y construyó las Escuelas Graduadas del pueblo, promovidas por los vecinos de emigrados a la Habana. Con su vecino Damián, nuestro bisabuelo reparaba el cortin, un muro semicircular de apenas dos metros de alto que protegía las colmenas del oso. 

Amenazado por otra guerra civil, el hombre huyó, escondiéndose en los huecos de los robles antiguos. Pero una noche se ocultó tras aquel muro. Un oso estaba allí.  Se hicieron compañeros de infortunio y le llamó Bruno, como un juguete desmadejado con apariencia de osezno que era de la niña Ester, hijita de uno de los depredadores, y cuyo cariño inocente acogería la orfandad de María. 

Al oso lo mataron a tiros, y a mi bisabuelo José lo apearon en unos altos de la Villa Blanca. Esther también oyó a su padre y el hermano mayor decir que José se les escapó y no pudieron darle matarile. Que lo vieron desaparecer en los acantilados del pueblo marinero, donde vuela desde entonces, soñaban las niñas, como el cormorán. José conoció el mar.

Un poeta dijo que con sueños la muerte parece menos muerte. Yo creo que lo dijo la niña Esther como dice la abuela María que el oso vuelve al pueblo de la miel.

03. Gozos que iluminan mi historia. Carmen Cardeña

Si os dijera campo de fútbol, tabla de gimnasia y fines de curso; muchos de vosotros os encogeríais de hombros, arrugaríais el entrecejo y dejaríais que vuestra boca dibujara una mueca de extrañeza.

 Yo no. Para mí realizar la tabla de gimnasia de fin de curso en el campo de fútbol de Leganés era como la teta para un recién nacido, supongo; necesidad y gozo.

 Muchas pensaréis que tampoco sería para tanto. ¿Algunos de vosotros recuerda o imagina la sensación al hacer volteretas girando en una barra tubular, agarrada con las dos manos y bajo la tripa, para girar sobre vuestro eje? Pues eso. 

Hacíamos esas volteretas antes de que nos tocara salir para embriagarnos con los giros. 

Cuando nos tocaba el turno, dejábamos que el corazón se acompasase a los aplausos de recibimiento. Salíamos en fila desde las cuatro diagonales del campo para tomar el centro como un pequeño ejército de erizas, todas con los vellos tan de punta como nuestros empeines al caminar. 

Los ensayos del último trimestre daban sus frutos en la exhibición ante padres, madres, hermanos, profesores y director. 

Probablemente, algunos, pensaréis que eso era escaparatismo de cole privado de los años setenta. Refunfuñaréis, le quitaréis importancia y seguiréis con vuestros quehaceres. 

Pero yo no. Yo me tumbaré en la tumbona de mi terraza y dejaré que mis ojos viajen al pasado adentrándose en una nube ligera que pasará por delante de mi vista, tumbada ahí, en ese preciso momento y al mismo tiempo en pie en el centro del arenero del campo, esperando que comience el silbido inconfundible de la obra de Ennio Morricone; vistiendo mi maillot de espuma negro y mis zapatillas de rítmica con goma elástica; escrutando a mi padre y a mi madre en el tercer escalón de cemento de la grada. Sonriendome orgullosos y enarbolando su presencia con aspavientos de las manos. 

Perdonadme que insista. Ya sé que para vosotras no es tan importante, que hace rato que estáis a otras cosas mientras yo me he estado montando en aquella nube con forma de moto y me he dado una vuelta por mi niñez; pero es que las tablas de gimnasia de fin de curso del Liceo San Pablo en el campo de fútbol de Leganés fueron mejor que la teta para un bebé. 

lunes, 3 de abril de 2023

02. Medicina en el barrizal. Epífisis.

Aterricé en Vallecas en 1980, extremeño, sabía de dónde venía y lo que era, un afortunado con estudios.

Médico de zona en el ambulatorio de García- Miranda, en un barrio donde la juventud vivía asolada por la droga dura y los padres venidos del pueblo para prosperar, que no sabían qué hacer con ellos.

Los días de lluvia, los avisos a domicilio eran una odisea, solía aparcar en el inicio de la calle y con el maletín de mi padre, con las recetas, el fonendo y el otoscopio, me aventuraba en el lodazal, donde mis zapatos se hundían y me dificultaba la marcha, la iluminación escasa, las casas bajas y en las ventanas gentes que me saludaban y me orientaban hacia su convecino enfermo.

Casitas pequeñas como las del pueblo de Almaraz, con la foto en blanco y negro de los abuelos, caras con más surcos que las tierras de secano de dónde venían y que podían parecerse a los míos.

Alguna gotera, muchas quejas de esos hijos sin sitio que les vendían los pendientes de Montehermoso o los botones charros de sus ancestros y una nobleza innata, que sus problemas no podían borrar.

Una palangana y jabón lagarto te ofrecían después para asearte.

Abro el maletín de cuero alguna vez y me entra la nostalgia, pues la memoria aparece cuando, sin nosotros pretenderlo, nos vienen de repente ciertos recuerdos a partir de un determinado estímulo.




sábado, 1 de abril de 2023

01. Memoria. Rosa Molina

Cuando me licencié como abogado mi abuela me regaló, como premio, el diario de mi abuelo. Mis compañeros de lectura fueron la bombilla y los kleanex. ¿Estás bien, hijo?, preguntaba mi madre, de vez en cuando, desde la cocina; ¡Sí mamá, sólo es un catarro! Las últimas palabras que leí rebotaban en mi mente: “Guadalajara, 1-7-1940. Cualquier día desapareceré yo también, como esa gente inocente. Hoy he discutido con el capitán y le aclaré, una vez más que, sea o no mi jurisdicción, dictaré juicios, porque nadie merece que le fusilen sin más. La guerra acabó y, aunque aún no haya reforma legal, nunca hemos dejado de ser personas, ni ellos ni nosotros. Su mirada de odio me abrasó. No sé qué será de mí, pero conozco mis  deberes como juez y los cumpliré, cueste lo que cueste...”. Fin. Te encontraré, abuelo, desenterraré tus huesos y sobre ellos construiré tu memoria.

Abril: memoria familiar, histórica, privada....

Empezamos abril y no puede ser con mejor pie: una semana de vacaciones de regalo. No sé si podéis o estáis de viaje pero, en cualquier caso, son un montón de horas para NO hacer lo que NO queréis hacer. Aprovechad para pensar en esos recuerdos que tejen vuestra vida, que os han moldeado,  que han hecho de vosotros los que sois y contádnoslos. Ya sabéis que no hay lectores más atentos y cómplices que nosotros; que nadie os va a leer con más cariño; que nadie os admirará nunca tanto como los que componemos este blog. 

Afinad la memoria, encended el teclado y ¡a escribir! Estamos al otro lado y, aunque no nos veáis, estamos deseando recibir vuestras propuestas. 

¡Feliz abril!