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lunes, 3 de abril de 2023

02. Medicina en el barrizal. Epífisis.

Aterricé en Vallecas en 1980, extremeño, sabía de dónde venía y lo que era, un afortunado con estudios.

Médico de zona en el ambulatorio de García- Miranda, en un barrio donde la juventud vivía asolada por la droga dura y los padres venidos del pueblo para prosperar, que no sabían qué hacer con ellos.

Los días de lluvia, los avisos a domicilio eran una odisea, solía aparcar en el inicio de la calle y con el maletín de mi padre, con las recetas, el fonendo y el otoscopio, me aventuraba en el lodazal, donde mis zapatos se hundían y me dificultaba la marcha, la iluminación escasa, las casas bajas y en las ventanas gentes que me saludaban y me orientaban hacia su convecino enfermo.

Casitas pequeñas como las del pueblo de Almaraz, con la foto en blanco y negro de los abuelos, caras con más surcos que las tierras de secano de dónde venían y que podían parecerse a los míos.

Alguna gotera, muchas quejas de esos hijos sin sitio que les vendían los pendientes de Montehermoso o los botones charros de sus ancestros y una nobleza innata, que sus problemas no podían borrar.

Una palangana y jabón lagarto te ofrecían después para asearte.

Abro el maletín de cuero alguna vez y me entra la nostalgia, pues la memoria aparece cuando, sin nosotros pretenderlo, nos vienen de repente ciertos recuerdos a partir de un determinado estímulo.




7 comentarios:

  1. ¡Cuántos recuerdos, Epífisis! Yo soy de Carabanchel, del Pan Bendito, no sé si lo conoces, un barrio como el que describes y mi vecina era practicante. A veces la acompañaba a poner inyecciones por las casitas, por las chabolas, y la gente que no podía pagar, le regalaba una naranja, la única naranja de la casa, que ella no aceptaba. Y el jabón lagarto que también hacía mi madre con el aceite usado... ¡Qué maravillosos recuerdos! ¡Cuánto hemos cambiado! Un abrazo y gracias por esta maravilla.

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  2. Epífisis, mis recuerdos son de los años 70, que no lo dije en el comentario anterior, pero siguen siendo afines a tu recuerdo.

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    1. De esos años yo también recuerdo al "practicante a domicilio". Pero yo era quien recibía el jeringazo. Jajaja

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  3. No creas que eres mayor. En 1969 empecé medicina, ja ja

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    1. Aquí, quien más quien menos, tod@s estamos aprendiendo a dar los primeros pasos con los mocos colgando... Jajaja

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  4. El practicante era el más siniestro. Enchufaba la cajita metálica y cuando el alcohol burbujeaba, ya sabías que te tocaba. Bendita Sanidad actual.

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  5. Es curioso, pero yo también recuerdo ir al practicante y también ese olor a alcohol y por supuesto el pellizco primero y el pinchazo después. A parte de este recuerdo, tu relato,Epífisis me suscita una reflexión. Que diferente ejercer en aquella época, maletín en mano, sin ordenadores y con ese contacto cercano y casi familiar con los pacientes.




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