Doy vueltas en la cama, no me puedo dormir.
Hace dos días, el neurólogo en la consulta me cambió el diagnóstico.
Alejandro, lo siento, sé que eres médico, tienes ELA, y el silencio llenó la consulta.
Lo estoy digiriendo y me está sentando mal. Cuántas veces he explicado síntomas y diagnósticos a familiares y amigos, pero cuando eres tú mismo, todo cambia.
Sueño con la eutanasia y si tendré el valor de decidir cómo morir. Qué difícil es.
Los brazos ya no son míos, pero puedo caminar, puedo amar, y hablar con mis hijas.
Dónde está el límite, ¿hasta cuándo puedo vivir y considerar que mi vida es digna?
Tengo ratos buenos, cuando consigo pergeñar un relato, cuando pruebo un vermut nuevo y me gusta, cuando me muevo como los peces en la piscina, pero cuando se me cae la comida o tengo que pedir ayuda para levantarme del váter, vuelvo a pensar.
Cuando hago el amor, me digo que merece la pena vivir, pero si al rato me están ayudando a ducharme, pienso, hasta cuándo.
Como decía Paco Ibáñez, cuan presto se va el placer, como después de acordado, da dolor.
Entonces, se despierta y me coge de la mano, mi mujer, Luz.
Sin comentarios. Tan solo me queda agradecerte que lo hayas escrito, que hayas compartido tu relato con todos nosotros. Feliz verano. Feliz vida. Un abrazo.
ResponderEliminarIgualmente, Feliz verano.
EliminarSi hay un límite en soportar la exitencia éste está en la fuerza del optimismo. Una fuerza inmensa y muy musculosa que nos puede marcar la diferencia entre las ganas de vivir o de morir.
ResponderEliminar" Aprender a sentir y pensar en positivo es una inversión sumamente rentable para vencer en la batalla contra el pesimismo y desarrollar al máximo las posibilidades de vivir felices" ( Luis Rojas Marcos)
Que razón tienes Carmen, un beso.
EliminarTe deseo que esta losa que paraliza músculos te desarrolle los sentidos, para que siempre aprecies esas pequeñas cosas de las que hablas y que tantas veces nos pasan desapercibidas. Un abrazo.
ResponderEliminarEn ese deseo estamos muchos.
EliminarUn abrazo.
Cuando falla la resistencia es momento de la resiliencia, esa que nos ayuda a superar los malos momentos. Es fácil decirlo ¿verdad?.
ResponderEliminarGrandes y trascendentales reflexiones las q haces en tu valiente relato. Asimilar, aceptar y también hasta donde llegar. Y como colofon, una mano a la que aferrarse cuando nos asalta la oscuridad.
Encantada de leerte Epi. Espero que te asomes por aquí otras veces.
Igualmente Gema.
EliminarGracias por tus palabras
Qué inmensa es la Luz que te acompaña!
ResponderEliminarGracias por compartir este relato. Un beso
Amaragua, es la que ilumina mi camino.
ResponderEliminarAcabo de leer tu micro y te agradezco mucho que reflejes tu sentir. Este espacio, en parte se creó para ello, y me ha emocionado leer tu micro. Como decía Stefan H. " nuestra mente nos hace sentirnos libres" y tu tienes esa libertad y además la LUZ. !Suerte, amigo!
ResponderEliminarGracias por tu comentario Antonio, siempre veo la Luz al final del túnel.
EliminarUna profe de yoga me dijo: "Nada permanece igual, todo cambia antes o después". La ciencia parece que ha acelerado la investigación a raíz del COVID ... Nunca se sabe.
ResponderEliminarPasa como el Amor. Todo mi apoyo y cariño... como a otros amigos en tu situación. La decisión que tomes es la buena.
Santa, fue Heráclito el que dijo que uno no podía bañarse en el mismo río.
ResponderEliminarDiferentes aguas y sensaciones.
Espero no equivocarme. Gracias.