Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

lunes, 31 de octubre de 2022

10. Viaje al inicio. Rosa Molina

Desde que Einstein demostró la existencia de curvas temporales cerradas, caminos en el espacio/tiempo que pueden llevarnos a un punto del pasado, estamos experimentando con los viajes en el tiempo.

 

Mi primer viaje fue a un pasado reciente: conocí a mi padre cuando estudiaba Física. Era un excelente estudiante pero carecía de osadía en sus teorías, así que le animé a plantear polémicas hipótesis en sus debates en clase. Y se convirtió en el gran astrofísico que tanto admiré cuando yo era pequeño.  

 

Hoy cumpliré el sueño de mi vida. He viajado al inicio de todo, al nacimiento de la Ciencia, al tiempo en el que se comenzó a ver el mundo como objeto de conocimiento, como una pluralidad de seres reales escalonados en un orden de perfección. Estoy en el tiempo que tanto me deslumbró cuando era joven.

 

Me siento a la sombra del gran olivo que preside el Liceo y escucho el arrullo de las palomas, el agua de la fuente. Hace fresco y hay grupos de jóvenes charlando animadamente. Noto una mano en mi hombro, señor, me dice, el maestro, Aristóteles, le está esperando. Me coloco la toga. Espero no desmayarme. Espero estar a su altura.

09. Función de noche. Santa

  La función va ha comenzar. Slavói, Zanoza y Kostya se ajustan sus mallas. 

Hace frío, calientan sus músculos con ejercicios. Hoy es un día raro; la guerra cumple un año. 

El dictador va a presidir la noche. Los soldados han ocupado todo el espacio. 

Entre bastidores se asoman y ven con horror que no hay red de seguridad. No hay piedad para los traidores.


Los trapecistas recuerdan los aplausos de los niños junto a sus padres. Ahora apenas hay un docena, ahora están en el frente; de alguna manera todos estamos en el frente, aunque no llevemos armas.

Slavói da ánimos. Zanoza y Kostya recuerdan a su padre cuando las leía poemas.


Subidas al trampolín, Zanoza vuela hasta el otro extremo. Kostya queda suspendida por las manos de su hermana, silencio, se miran. En sus ojos, los poemas vuelan en el tiempo. 


Resistid... el cielo está nublado. Pronto lloverá poesía.


domingo, 30 de octubre de 2022

08. Museo Arqueológico Nacional. Epífisis

Este viernes he estado en el Museo.

La última vez que estuve fue en los años 60. La entrada en el edificio sigue igual, las mismas escaleras donde los amigos de mi clase corríamos arriba y abajo, hasta que el cura nos mandó parar.

Ahora por dentro es mucho más luminoso.

Me ha emocionado encontrarme de frente, en una sala muy larga, con la Dama de Elche, sigue igual, el que ha cambiado he sido yo.

Aquí te das cuenta de que los hombres son perecederos, que lo que permanece, son todos los monumentos y figuras de nuestros antepasados, que serán vistos en el futuro por otras personas mayores y por otros niños.

Que ha sido de los vacceos, de los vetones, de los griegos, de los tartienses, de los romanos, de los visigodos que han estado en Hispania antes que nosotros.

He vuelto a ver las cabezas de los toros de Costith, los mosaicos.

He sido feliz y luego pensando, he vuelto a recordar la época del colegio en la que se aprendía como si fuéramos esponjas.

Volveré.









07. Historia de la humanidad. Alicia del Caz López

Año 30.000 a.s. (antes del sedentarismo). 

Se encuentran restos Cromañones (Homo Sapiens Sapiens) de esta época en Egipto y Siria, lo que demuestra su avance desde el Africa subsahariana; no pasan de Turquía, allí se encuentran con el Homo Neanderthalensis. Un territorio demasiado pequeño para dos especies, demasiado grande la corpulencia de los euroasiáticos para el homo del mentón alargado.

Año 20.000 a.s. 

Los neandertales, huyendo del frío extremo de Europa, se desplazan hacia territorios del sur de África. Se estima entre el 20.000 y 15.000 a.s. la extinción del homo sapiens sapiens. Se desconocen las causas exactas, aunque cobra fuerza la hipótesis de la “evolución precoz”, su cerebro se redondeó demasiado pronto, en un momento en el que solo les hubiera protegido una musculatura mucho más potente, un cuerpo más resistente similar al de sus rivales, estos sí, supervivientes a la última glaciación. 

Año Cero

El hombre moderno, un Neanderthalensis evolucionado, con un lóbulo frontal más desarrollado que le proporciona más habilidad con el lenguaje y la toma de decisiones, se hace sedentario, conoce la agricultura, domestica animales para su sustento y desarrolla herramientas cada vez más avanzadas.

Año 5.000 d.s.

El cambio climático, las guerras, la crisis energética y las hambrunas amenazan a la especie. Cualquiera que sea su apellido, el homo no tiene remedio.

 

viernes, 28 de octubre de 2022

06. Los dibujos del abuelo. Belén Molina

A mi padre, que dibuja historietas, le gustaba contarnos que cuando él tenía 8 años el abuelo era un dibujante de comics muy conocido. Sus historias eran violentas, pero a la gente le gustaban porque los personajes eran grotescos. Había uno bajito, narigudo y con un bigotillo ridículo que se creía el salvador del país y mataba a todos los que le contrariaban. Cuando este personaje había acabado con casi todos los demás, le pidió que dibujara personajes para una historia bonita.

Él dibujó sus monigotes redonditos con poco más que ojos, orejas y boca. El abuelo le dijo que como eran gorditos tenían que comer mucho. Así, los  dibujos de mi padre se comieron a los de mi abuelo y en ese país no pasó nada de nada. Fue la última historieta del abuelo.

También nos contó que entonces había un militar igual que el personaje del abuelo al que pillaron preparando una rebelión. Se le hizo un consejo de guerra, fue condenado a pasar el resto de su vida en un calabozo y nunca salió.

Os dejo, que tengo que ir a enseñar dibujo en la Escuela de libre enseñanza.

sábado, 22 de octubre de 2022

05. Maucci, Bell y Gray. Carmen Cardeña Hernández

Cinco de octubre de 1874 a las 4 pm fue la fecha convenida entre Maucci, Bell y Grey para viajar hacia el 5 de octubre de 2022. 

La llamaron Margarita porque durante los cuatro años que duró la fabricación de la máquina hubo tantos síes como noes alternándose entre los tres amigos que, en ocasiones, estaban totalmente de acuerdo como, en otras, discrepando sobre si una pieza debería ir allá o acá o, simplemente, no ir. Finalmente, su máquina del tiempo fue una realidad que patentaron de forma conjunta.

Llegó el día. Ocuparon sus asientos en círculo y se agarraron a una especie de volante central. Daba la sensación de que estuviesen montados en un molde para hacer bizcochos gigantes con un agujero en el medio. Cuenta atrás... tres, dos, uno...Vueltas y más vueltas…Tras el aturdimiento después de las sacudidas del molde de bizcocho, Maucci, Bell y Gray quedaron perplejos. Una oleada de personas extrañamente vestidas, caminaban absortas mirando un artilugio que portaban en una de las manos o hablaban solos con el artilugio pegado a una de sus orejas. Gray no entendía cómo nadie se había percatado de su presencia. 

Bell sacó papel y lápiz, dibujó un boceto aprovechando que Maucci y Gray estaban abstraídos con el ir y venir de aquellas gentes y se lo introdujo en el bolsillo interior de su chaqueta. Después apremió a sus compañeros para el regreso convenciéndoles de que esas no eran fechas para ellos.

Cuando llegaron a 1874, Bell se puso manos a la obra y en 1876 inscribió su patente en solitario con el nombre de teléfono móvil o celular. 

 

viernes, 21 de octubre de 2022

04. Maldito siglo XX. Gema Herráez Peñas

“La vida es una mierda. Que yo no digo siempre, digo ahora. Que yo no digo que la vida sea una mierda desde que nací, yo digo estos días, estas semanas, estos meses”. Desde luego, nada podría definir mejor lo que piensa Amor que este inicio del libro “ La vida imaginaria”, de Mara Torres. Aunque enfrentándose, como está, al trabajo que tiene que hacer para la clase de historia sobre el siglo XX, ya no solo piensa que la vida sea una mierda ahora, con la guerra de Ucrania, la pandemia, la crisis energética, el calentamiento global y suma y sigue, sino que pareciera que lo ha sido siempre, incluso peor. Y a todo esto se suma su ruptura con Jaime. ¡Esto si que pasará a la historia de este siglo en el que le ha tocado vivir!

Debéis hacer una trabajo de opinión y reflexión, les dijo el profesor, pero, y ahí está la trampa, debéis estudiar los hechos para después opinar. Dos días lleva dedicada al maldito siglo XX, porque eso es lo que piensa de él Amor después de sumergirse en guerras mundiales, guerras civiles, depresiones económicas, asesinatos, muerte de personajes de transcendencia política y social y, por supuesto, la muerte de millones de personas, anónimas, inocentes, víctimas de genocidios espantosos. ¡A la mierda con el siglo XX! ¿Es que no hemos aprendido nada de  nuestra historia?, se pregunta  enfadada con el mundo.

Amor va avanzando con el ratón en el texto que tiene en su pantalla y esto le sugiere una idea que , sin duda, su castigado cerebro ha debido de crear como antídoto a tanta violencia absorbida. ¿Cómo sería poder eliminar de la historia estos acontecimientos tan fácilmente como se borran las lineas escritas no deseadas o erróneas en el ordenador? Y, ¿por qué quedarse ahí?, piensa , ¿por qué no eliminar todo lo que hemos hecho mal a lo largo de la historia de la humanidad? Sin embargo una pregunta le produce desasosiego: ¿es, quizás, la violencia una parte intrínseca en nosotros y es,   para bien o para mal, el cincel que modela nuestra trayectoria junto con nuestra capacidad de descubrimiento, transformación y creatividad? Ahí tiene el profesor su opinión y reflexión particular.

Amor piensa en Jaime y un conflicto bélico entre sentimientos se desata en su interior.

jueves, 13 de octubre de 2022

03. Constelaciones. Cristina Ramírez Arteaga

 Era una de esas noches de verano en Varengeville-sur-Mer, en la que no era necesario ponerse una chaqueta para salir a pasear. 

 

Eran las 23:23 cuando decidió salir a dar un paseo y contemplar una de las cosas que más le gustaba en la vida. Las constelaciones. En ellas veía historias, se imaginaba futuras obras acompañadas de sus característicos ojos y figuras de animales. Joan tenía algo en mente desde hacía un tiempo. 

 

Echa de menos Paris, pero piensa en la maravilla de poder ver las constelaciones en su totalidad. Mirar las estrellas le hace olvidar el horror que vuelve a sacudir al mundo. 

 

Mientras observa el cielo, siente la brisa del mar en su rostro y piensa en lo que le gustaría poder parar el tiempo. Parar aquel momento junto las estrellas, el mar y sus pensamientos. Piensa en hacer un cuadro que represente esa escena, para cuando la guerra vuelva a detener el mundo, las vidas de las personas, él pueda observar su obra y pueda de alguna forma escapar del horror. Evadirse. Recordar. Soñar. 

 

Cuando llega a casa no puede dormir, miles de ideas invaden sus pensamientos. Comienza a pintar pequeños signos, signos diferentes que aparentemente no guardan ninguna relación entre sí. O quizás sí. Se aleja un poco para verla en su conjunto y se da cuenta de que ha creado su propia constelación. Una constelación creada por diferentes signos y cada uno de ellos con un significado, con un secreto, con un deseo. Le gusta mucho la sensación al ver su obra terminada. 

 

 – Es el primer cuadro que hago con el alma, para el recuerdo

 

Y en ese mismo instante piensa en que sería hermoso poder pintárselo en el cuerpo.

 

 – ¿Cómo se llama eso que se hacen los marinos en la piel? 

 

Ya acostado en la cama piensa en lo bonito que sería que en un futuro los jóvenes se hicieran sus signos en el cuerpo. Sus obras. Sus constelaciones. Quizás para recordar. Quizás para inmortalizar. Quizás solo para sentirse más unido a alguna persona especial o a algún lugar concreto. 

 

Así es como Joan Miró se hizo el tatuador más importante de la historia y gracias a él se han inmortalizado en seres humanos las obras de los pintores más reconocidos del mundo. Fue pionero en llevar el arte a la calle. A las personas. A sus historias. A sus vidas. 




02. La verdad de unos versos. Julián Rumbero Castro

         Me pedís un final distinto de una historia cualquiera.

Imaginar que los treinta y siete elefantes de Aníbal en realidad eran bueyes. El cartaginés intoxicó el agua de sus enemigos con unos pocos frutos amargos de belladona. Víctimas de sus efectos alucinógenos, las legiones romanas confundieron los cabestros con los paquidermos del Atlas, más pequeños que los elefantes de la sabana. 

 

Podría deciros que Pinocho fue un niño absolutamente huérfano. Una noche se durmió hambriento junto a un tejo. Cuando despertó, tenía al fin un padre, fuerte y grande como un árbol.

 

Pero os hablaré de Antonio Machado cuando se dirigía moribundo al destierro y en una cuneta perdió su ligero equipaje. Un niño, preocupado por no extraviar dibujos y palabras que atesoraba en su ropa, vio como al abrirse la maleta salieron volando palomas blancas que probablemente querían alcanzar otras cunetas donde esperan desde entonces tantos muertos. Conmovido por la soledad del anciano, corrió tras el sueño, empeñado en devolverlo a esa pequeña comitiva de seres del sur. Pero sólo pudo alcanzar al poeta y deslizar un papel en un bolsillo de su triste abrigo. Mi abuelo me lo contó así muchas veces, y se murió recitando, como poeta que era, estos días azules y este sol de la infancia'


martes, 4 de octubre de 2022

01. Toledo. Epífisis

Satisfecho, se limpió en el hábito de la novicia, acurrucada y llorosa en su camastro.

Se subió el gregüesco, se cerró la bragueta y dándose la vuelta salió con sigilo al claustro. Llegó a la ventana por la que había entrado y dejó caer la cuerda, que hizo un ruido sordo al golpear el empedrado de la travesía que rodeaba el convento de las Capuchinas. 

Dos alguacilillos de la Santa Hermandad le dieron el alto y sacando su espada ropera se lio a mandobles con ellos, hiriendo a uno de ellos con una estocada en el pecho y al otro en la pierna.

Echó a correr hacia la plaza de Zocodover, donde se celebraba la procesión del Corpus. Unos gigantones danzaban y giraban sin cesar.

Detrás, los campesinos tiraban frutas podridas a una especie de dragón con cuerpo de galápago que llevaba encima una mujer de trapo y que tenía una cola escamosa de color verde, con un aguijón en el extremo.

Al llegar a su altura, unos gañanes metieron palos entre las piernas de los que llevaban el engendro apocalíptico que se derrumbó.

Vio venir al monstruo, se tapó con la capa pero el aguijón le atravesó el corazón.



lunes, 3 de octubre de 2022

Octubre: A vueltas con la Historia

En primer lugar os pido disculpas, una vez más, por el retraso en publicar la presentación del mes, pero la culpa la tienen los meses por empezar en fin de semana. ¡A quién se lo ocurre!

En fin, este mes vamos a recontar la Historia. Cualquier acontecimiento histórico es digno de un giro imaginativo y en vuestra mano queda elegir el héroe o personaje y la historia. Podéis emparentar a cualquiera con a saber quién; o que cualquier acontecimiento memorable sea obra de alguien imposible de asociar a ese evento. 

Así que, ya podéis empezar a urdir la verdadera, verídica y real historia  de Gengis Kan, de Cleopatra o del Ejército Rojo a su paso por Cuenca o por la Feria de Abril, como gustéis. 

¡Pues no somos nadie nosotros inventando!

Estamos deseando leeros.

09. En la montaña. Alicia del Caz López

La boca no es para hablar. Es para callar. Y los ojos, para observar silenciosos. Las manos, cuando acarician, no hacen ruido, solo lo hacen si golpean, cuanto más duro es el golpe, más estruendoso. Los oídos solo captan los sonidos más dulces si nada los tapa. Y la cabeza, esa, solo es capaz de pensar si la boca está callada.

Todo esto lo sabía muy bien Román desde que era un crío, desde que elegía, siempre, el primer día del curso, el pupitre pegado a la ventana en la primera fila. Así, cuando tocaba naturales o geografía, estaba lejos del bullicio del final y podía imaginar todo lo que contaba Don Joaquín. Se maravillaba con la inmensidad de la zarpa del oso pardo y con la pequeñez de las pulgas que, seguro, llevaba en su pelaje cuando se rascaba con las cortezas de los robles. Se le abrían los ojos como platos cuando el profesor explicaba las mareas. Hacía viajes de cincuenta minutos recorriendo ríos y subiendo montañas. En cambio, si la pizarra se llenaba de hipotenusas o de objetos directos e indirectos, abría disimuladamente la ventana para escuchar los pájaros y el silbo del viento enredándose entre las hojas de los árboles.

Y es que él era así, tranquilo, soñador, delicado, silencioso, imperceptible…

Y así sigue siendo ese tipo raro de la montaña que se mete en su cabaña cada vez que alguien se acerca.


“Todo es silencio” – Manuel Rivas