Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

sábado, 31 de diciembre de 2022

08. La Blanqui. Carmen Cardeña

Lo sé, siempre que nieva en navidad me acuerdo de aquella nochebuena y lo cuento. A decir verdad, también lo cuento aunque no nieve. Me repito una vez al año.

Estábamos en el primer plato de la cena, en la lombarda rehogada con ajo y salpicada de piñones. Más morada en el plato de mi hermana y mío y más rosada en el de mis padres porque les gustaba echar un chorreoncito de vinagre que aclaraba el tono de la verdura. En esos colores estábamos cuando oímos unos ladridos en la puerta. Me asomé corriendo a la ventana (a los 10 años corría siempre y por todo). No se veía nada. El jardín  estaba oscuro. Los ladridos persistían. Nos levantamos todos de la mesa y fuimos a mirar. Mi padre encabezaba la comitiva y abrió la puerta del jardín. Aquel animal blanco con dos manchas beige, como si le hubiesen caído dos gotas de café con leche en el lomo; ojos lastimeros; orejas gachas, salvo en estado de alerta y de dos palmos de alto, se metió entre las piernas de mi madre, las de mi hermana y las mías y entró, como Pedro por su casa, hasta el comedor. Cuando llegamos los cuatro en fila india, ahí estaba La Blanqui subida en el sillón, olisqueando la verdura pero esperando un segundo plato de carne más acorde a sus incisivos y sus caninos.

No dimos crédito a cómo consiguió con apenas 3 años de edad escapar de la perrera y caminar con la nieve los 15 km que la separaban de nuestra casa. Probablemente el espíritu de la navidad la llevó en volandas.

Blanqui, por supuesto, no volvió a las abominables jaulas de la perrera porque prometió y prometí a mi padre que no volvería a abrir ninguna conejera ni a hacer ningún estropicio. No se zamparía ningún gazapo salvo la tajada que esperaba ansiosa tras el primer plato de lombarda en cada nochebuena.

07. Ruleta rusa. Alicia del Caz López

Todo comenzó echándose en cara sus cuñadeces mientras las dos hermanas y los cuñados preparaban la cena de Nochevieja.  

̶ ¡Pero Luis!, si no dejas terminar una historia a Julia, siempre tienes que poner la guinda... Aunque te reconozco que si no, ella se va por los cerros de Úbeda.

̶ ¡Hombre, Rober! yo mezclaré temas, pero tú solo tienes uno, la política. Y, encima, de derechas, que pareces un loro con lo de la libertad.

̶ ¿Y Ana?  ̶ cortó Luis ̶  ¿O su manía de no pisar una baldosa con zapatos no os ataca los nervios?

Los cuatro disfrutaban con los juegos macabros y comenzaron a imaginar una nueva versión de Blancanieves que podría llevar a un 2023 con un cuñado menos. Una uva envenenada mezclada entre los dos kilos del frigorífico era un riesgo asumible y aseguraba la emoción en las campanadas.

Julia disponía de lo necesario y sabía qué mezcla no podía utilizar para que sus pacientes no durmieran para siempre en la mesa de operaciones.

Todo era silencio. Cuando sonaron los cuartos Rober comenzó a sudar al detectar en su plato una uva más brillante que las demás; tras la quinta campanada, Julia sintió un pinchazo agudo en el abdomen; al comerse la novena, Luis notó cómo le bajaba la tensión y, con la última, Julia salió corriendo hacia el baño. Allí, sentada en la taza del water, estalló en carcajadas, el agua de la jeringa había hecho su efecto.

06. Aniela. Santa

          El Bierzo llenó de colores de otoño y olores de bosque la llegada de Pablo. Cenaría en el bar de Berjas donde se hospedaba y se rodó la película "As Bestas".

     Apareció una camarera atándose el mandil, con melena negra. Cuando pudo ver los ojos gris claro de ella, se congeló el aire y se desplomó. Ella lo miró con ternura.

 

     Otro 31 de diciembre pero de 2002 grababa un reportaje sobre los voluntarios y el chapapote en la Illa de Arousa.

 

     Era un reportero de 38 años que empezaba a ser famoso por mostrar el lado más humano y positivo en las catástrofes del mundo.

 

     De las muchas entrevistas, hubo una que no cuadraba en su cabeza, la de Aniela. Aniela venía de Oporto. Tenía 40 años, era traductora de Danés. Dejó a su marido y a dos hijos para colaborar temporalmente.

     Hospedados en la misma pensión, poco a poco un hilo de palabras los fue uniendo hasta compartir las mismas sabanas.

 

     Al amanecer, desde su habitación, pudo ver como se sumergía vestida en las heladas aguas; y desaparecía entre manchas negras.

 

     Nadie conocía Aniela Ferreiro do Río, ni en Oporto...

 

     Aniela era así. Le aburrían las navidades y se bañaba en el mar.

jueves, 29 de diciembre de 2022

NUEVAS PROPUESTAS PARA 2023

Tenía pendiente pediros sugerencias para el año que viene pero, como siempre vais vosotros por delante y tenéis más imaginación que yo, os voy a poner las que ha enviado Julián Rumbero:

- La MEMORIA. ¿Escribimos para no olvidar, para ser recordados? Cuando hace tiempo busqué respuestas a esta pregunta entre las y los escritores que son o han sido, subrayé la de Paul Auster (creo que fue él) que afirmó que escribía para sobrevivir. A un personaje le hice decir que cuando escribía construía puentes, de cimientos más o menos sólidos, con la (vana) ilusión de que alguien los cruzara y hasta se detuviera en ellos para observar y quién sabe si observarse.

- La escritura como DESCUBRIMIENTO . Una virtud que destaco en una lectura que me gusta es que me “reenvíe” a otras lecturas. O lugares.  Stefan Zweig, Poe, Jack London (en mi adolescencia) y luego tantas otras firmas, Yourcenar, Mistral, Camus, Baroja, Dostoiesvki, , Giono, Machado, Hernández, Lorca, Manguel,  Cortázar…la lista es tan afortunadamente larga…que me fui al Polo Sur, al Serengueti, al alma humana, a los primeros mapas, bibliotecas, desiertos, proezas…un descubrimiento tras otro.

- La NATURALEZA. Me inspiran todas sus manifestaciones y sobremanera las aves, el mar, los árboles…Me basta una libélula, un campo de girasoles, la sombra del arce, ka voz de una fuente, las últimas olas, las orillas, el pez más grande (tiburón ballena) con su espalda de estrellas…para escribir. O al menos intentarlo. Luego, la calidad de las palabras, queda en manos de vuestra generosidad, siempre enorme. Gracias.

¿Sobre qué os apetece escribir el año que viene?, ¿os apetece ir a la deriva, dejaros llevar por los suculentos temas que  nos propone Julián, completar esta lista con otros que nos permitan bucear dentro de nosotros mismos? 

No tengáis prisa. Es mejor pensar. Tenemos ganas y tiempo.

Mientras, esperamos que el 2023 sea el mejor, el definitivo, el nuestro.

 

martes, 27 de diciembre de 2022

05. Mi familia. Gema Herráez

            Mi familia es de lo más habladora y disfrutan con las controversias. Sobre todo cuando nos juntamos en navidades. La tía Marta hace el pavo cada año y todos opinan sobre cómo se debe hacer y de cómo ella no sigue la receta ortodoxa. El tío Manuel dice que ni ortodoxa, ni ortodoxo, que cada uno hace la receta como le da la gana. El tío Félix dice que donde se ponga un buen cabrito que se quite el pavo, que, además, es una receta importada de los Estados Juntitos, como él llama a los EEUU. En fin, que la polémica está servida y que, como todos hablan a la vez, no hay manera de enterarse de nada.


         Todos los años también discuten sobre el canal de televisión que se pone. El tío Pedro, que es un republicano de pura cepa, se niega a que se ponga el discurso del rey. Mi madre quiere ver el vestido de la Pedroche y mi tía Alicia, que es una hippy, aunque mi padre dice que en realidad es una pija, dice que todo eso es marketing. Mi abuela, la pobre, ya no tiene fuerza para intervenir. Tiene una artrosis galopante y no puede mover sus manos porque las tiene deformadas. Yo la verdad es que me lo paso muy bien viéndoles discutir todos los años por el mismo tema. Los quiero mucho. Un año que vino una amiga a cenar en nochebuena comentó: “menos mal que casi todos sois sordomudos, porque si no el follón sería morrocotudo”.

04. Pavo con mala estrella. Antonio Nieto

Era diciembre y tan solo tenía 20 años.  Surcaba las aguas del Mar del Norte con un frío que calaba los huesos. El cocinero, un asturiano ingenioso, nos había convencido de comprar un pavo unos meses antes para engordarlo a bordo, y así, según él, nos asegurábamos la cena de Noche Buena.


Cada mañana, antes de comenzar mi guardia en el puente de un barco portacontenedor, visitaba a Pancho y le proporcionaba un desayuno variado en la jaula que le habíamos construido a bordo.


Poco a poco fue engordando y a la vez le fui cogiendo cariño, hasta el punto que, empecé a sentirme culpable e hipócrita cuando pensaba en su triste destino. Él me miraba con ojos tiernos y me saludaba con unos graznidos que parecían gritos de agradecimiento.


Llegó el día de su previsto sacrificio, pero nadie quiso formar parte del grupo de ejecución, salvo el cocinero. Intentamos negociar con Eusebio para que indultase al ave, pero este se negó en redondo. Le ofrecimos a cambio de su renuncia a cenar sardinas en lata con tal de que Pancho siguiera vivo.


A la hora de cena, al entrar en el comedor, sentí un escalofrío al ver encima de la mesa a mi pobre Pancho, desnudo, rodeado de patatas cocidas y humeante. A la mayoría de nosotros se nos quitaron las ganas de cenar. De repente, una ola debió chocar con el costado de estribor del barco haciendo que la nave se escorase y, Pancho, o su espíritu, salió volando hasta salir a la cubierta de babor. Allí otra ola terminó por arrojarlo a la mar donde acabó siendo, posiblemente, el plato estrella para los peces.

jueves, 22 de diciembre de 2022

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

Deseamos, de todo corazón, que estas Navidades sean las mejores de vuestra vida, que vuestros deseos se cumplan y estén a la altura de lo que os merecéis y  que vuestros sueños posibles se hagan realidad. 

Este año, viendo cómo están las cosas, nos tendremos que agarrar con  tesón a ese dicho popular que dice: "haz como si sí, hasta que sí". No nos queda otra. 

Feliz Navidad para vosotros y vuestros seres queridos. Y también para los demás, aunque no los conozcamos. Y escribid, leed, pasead, disfrutad de la vida, que solo es una.

Un abrazo muy fuerte de todos para todos.




 


domingo, 18 de diciembre de 2022

03. Restaurante familiar. Rosa Molina

Desde tiempos inmemoriales, los vampiros hemos vivido escondidos en lugares recónditos e inaccesibles porque, para nosotros, nunca ha sido fácil comer. Pero todo cambió cuando mi tío Frank, a mediados del siglo XX, y para espanto de los viejos jerarcas, se mudó a una gran ciudad. Los ancianos le advirtieron de los peligros del exceso de gente, de luces, de coches, pero desoyó advertencias y consejos y se estableció en pleno centro de Londres.

 

Al poco tiempo, convocó a la familia, pletórico, exultante, “tenéis que venir”, nos dijo, “he descubierto restaurantes para vampiros donde siempre hay comida fresca, variada y disponible. Había oído hablar de la bondad humana, pero esto sobrepasa lo increíble. ¡Se acabaron el riesgo y el hambre!”. 

 

Extrañados, nos reunimos. Debatimos, sospechamos, temimos que fuera alguna broma de las suyas, pero aún así, decidimos aventurarnos y volar hasta su casa. 

 

Llegamos al despuntar el alba y nos echamos a dormir. Al anochecer, nos reunió en el salón y después de saludos, abrazos, cotilleos y rugidos de estómago, mi tío subió las persianas de la ventana y todos pudimos leer las enormes letras de neón que coronaban un enorme edificio:

 

-       CENTRO DE DONACIÓN Y TRANSFUSIÓN DE SANGRE


martes, 13 de diciembre de 2022

02. Las uvas de la memoria. Julián Rumbero

En cada Nochevieja prometían consumir las uvas en tiempo y forma, sin atragantarse, evitando aquel susto del siglo nuevo, aunque arrastrase los sueños y preocupaciones de los anteriores. Algunos, ya en los cuartos, engullían la primera uva. La tía Dorita fagocitaba de tres en tres.  Descalificarla le traía sin cuidado y zampaba los tres cupos restantes con absoluta indiferencia. Luego esperaba, mano sobre mano, que acabaran el ritual y la prodigaran su cuota de cariño que le gustaba casi tanto como la sopa de marisco, receta de la abuela Oliva. 

Otros se llevaban al gaznate las dos últimas uvas coincidiendo con la campanada final. Casi todos hacían trampas inocentes. Todos, menos el abuelo.

Serio y responsable, acompasaba cada bocado con las réplicas del reloj madrileño y al acabar sonreía de oreja a oreja alzándose para abrazar a cada uno con ojos brillantes.

En la Nochevieja de 2012 los doce comensales apenas probaron el vino y casi toda la comida esperó al Año Nuevo. Se habló sobre todo del funeral de ese día, cuando el abuelo sería ceniza.

Cada cual se ocupó de servirse su latita de uvas y alguien advirtió que había una de más en su plato.  Y así en todos los demás platillos. Entonces Gabriela dijo que su abuelo se había convertido en un racimo de uvas.

 

a mi padre

jueves, 8 de diciembre de 2022

01. Comidita. Epífisis.

Cuando acabes la dejas fuera, yo ya no puedo más, tengo los labios despellejados y doloridos.

Llevamos hora y media dale que te pego, nunca habíamos tardado tanto en terminar. Era demasiado tiempo sin darnos gusto y yo tenía muchas ganas de notar ese sabor saladito en mi boca, porque chupar la cabeza me encanta, aunque al final te cansas.

Y conmigo te has pasado, porque aunque sabes que es lo que más me gusta, al final la almeja me repite y con tanto limón, me escuece.

Me has mojado con ese percebe, anda termina y saca la basura.




domingo, 4 de diciembre de 2022

Diciembre: en familia....

Ya estamos en diciembre, el último mes de este año. Ya tenemos que ir pensando qué temas elegimos para el año que viene, así que se admiten propuestas. Las podéis enviar al correo electrónico del blog y, al final del mes, las ponemos en común y decidimos entre todos.

Este es el mes de las celebraciones, con amigos y familia, con gente que te quiere y a la que queremos, también con alguno que otro que nos cuesta soportar, pero qué le vamos a hacer: nadie es perfecto. Pero el caso es que entre unas fechas y otras, nos encanta celebrar que estamos, que nos queremos, que deseamos seguir estando y queriéndonos un tiempo más y que vamos a hacer lo posible para que se nos note, y para que merezca la pena seguir haciéndolo así.

Estoy segura de que tenéis historias familiares que contarnos,  muchas y muy divertidas. De vuestra familia o de cualquier otra, de Nochebuena o Nochevieja, de risa o de llantos, da igual, el caso es compartirlas con todos nosotros y emocionarnos juntos.

Ya estamos deseando leeros y comentar vuestras historias. Y, sobre todo, muchas gracias por seguir con nosotros, por estar ahí, por tenernos en vuestros pensamientos y por escribir, por compartir vuestro talento.