Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

miércoles, 28 de octubre de 2015

07. Y.... Beatriz Calvet

No entendía porque teníamos que haber discutido esa noche, justo antes de su gran viaje. 
Por la mañana cuando me desperté ya se había ido, no podía dejar de darle vueltas. ¿Y si ya no me quería? ¿Y si todo se hubiese acabado? No lo pensé, me fui directa al aeropuerto mientras con el móvil lograba sacar un billete, con suerte podría encontrarle en Londres antes de que tomara el segundo avión. 
Mi vuelo se retrasó, cuando aterricé en Heathrow su móvil daba señal de apagado. Miré su vuelo y ya había despegado. Cada vez estaba más nerviosa y decidí seguir. No podía  creer que estaba volando a Japón, era la locura más grande de mi vida y había momentos que no sabía si reír o llorar. Después de más de 11 horas aterricé en Tokio. Le llamé y casi no me lo podía creer cuando contestó al teléfono. Cogí un taxi y fui a su hotel. Vi cómo se le llenaban los ojos de lágrimas.
- Lo siento, te quiero. ¿Quieres casarte conmigo?
- Si, claro
- ¿Nos vamos a Las Vegas y nos casamos?
Y nos fuimos a Las Vegas. Y nos Casamos. Y volvimos a Madrid.
Habíamos dado la vuelta al mundo.

lunes, 19 de octubre de 2015

06. Volviendo a gatear. José M. Nieto

Mucha gente piensa que viajar es elaborar un álbum de fotos con el que luego poder alardear en las redes sociales o es una forma de parecer sofisticado en tu círculo de amistades. Pero hay algo ello que lo hace más refrescante y profundo.  Viajar es hacer una cesárea a la rutina, a la lista de la compra, a las zapatillas de andar por casa o a él café de máquina.  Cuando uno viaja se separa del cordón umbilical de su zona de confort, como el niño que asalta al mundo exterior después de un largo tiempo en la seguridad de su madre. Ese astronauta que abre bien los ojos para recoger todo un escenario nuevo para él, ese niño que se da de bruces con un montón de personas que hablan un idioma que desconoce. Cuidando cada uno de nuestros inseguros pasos en el nuevo territorio, completamos el álbum de nuestra existencia con nuevos sabores, olores, lugares y personas. Al mismo tiempo aprendemos, porque nos damos cuenta que viajar es descubrir que lo desconocido no tiene por qué ser malo y que lo diferente no tiene que ser incorrecto.  

Ganadores de septiembre

Después de cosechar y meter en barricas el vino joven, lo hemos envejecido para bebernos, con profundo deleite y placer, el mejor de todos que, a nuestro juicio de catadores expertos en vinos hechos con racimos de letras son:

Gran reserva: Valentina Velázquez con La vida es un tesoro
Crianza: Chus Silván, con Común-unión

Gracias por compartir con todos nosotros vuestra imaginación y ofrecernos esos magníficos tragos literarios que tan bien nos han sentado.


domingo, 18 de octubre de 2015

05. Viaje digital plus. Antonio Nieto

Viajar y conocer gentes y culturas es el sueño de casi cualquier mortal. Sin embargo, no es fácil sin medios darse una vuelta por el globo terráqueo para conocerlas, salvo que quieras darte de baja del Canal +. Entonces uno empieza a conocer personas con diferentes acentos, a veces difíciles de entender, a través del número de atención al cliente. Una joven peruana, dos colombianos, un costarriqueño y un paraguayo han sido mis últimos interlocutores con los que he tenido la suerte de dialogar en las dos últimas semanas. Ninguno de ellos me ha resuelto el problema, pero  su manera de ver la vida y el sentido de los razonamientos de cada uno de ellos para no poder acceder a la baja, me ha permitido ampliar mis conocimientos en especial en el campo de la psicología y, además, saborear las distintas  culturas.  Teniendo en cuenta que, según los expertos, me quedan al menos un par de meses para lograr mi objetivo, me emociona saber que me queda al menos una parte de gentes de otras tierras lejanas con las que podré dialogar, razonar, e incluso sentir emociones como la ira, la cólera y la risa floja y todo a”lowcost” 

martes, 13 de octubre de 2015

04. Últimas voluntades. Valentina Velázquez


Era su última voluntad y, para mí, un anhelado proyecto al que renuncié cuando nació nuestro primer hijo: la vuelta alrededor del mundo. El sueño que abracé siendo estudiante de antropología ya lo creía enterrado bajo mil tumbas de historia; pero Mario descubrió su latencia en mil pliegues de mi cuerpo, porque con el tiempo habíamos aprendido a descifrar el mapa de los gestos.
Día tras día susurraba, como una letanía, que era la última oportunidad de renovar nuestro amor y reencontrarnos; me apremiaba a empezar el viaje antes de su muerte, con una pasión que parecía propia de otro mundo.
Después de una noche de confidencias inconfesables, me puse en marcha con la incomprensión de mi familia pero acatando nuestras últimas voluntades.
Desde cada lugar significativo, enviaba una carta a Mario, y a medida que leía, su cara recobraba un brillo, una expresión entusiasta, desaparecían las arrugas de su piel, movía su cuerpo… Cuando yo recibía sus cartas, me sentía transformada y el espejo me devolvía la juventud perdida. Un buen día, terminado ya el recorrido, nos encontramos: jóvenes, ágiles, entusiastas, amando la vida de nuevo. No reconozco el lugar pero es hermoso…

Dicen que nunca encontraron nuestros cuerpos, pero siguieron llegando cartas; y como nadie supo hallar los lugares descritos, terminamos siendo leyendas de cuenteros.


jueves, 8 de octubre de 2015

03. La vuelta al mundo. Astrubal Salsamendi

Yo era un cirujano plástico y tenía una sola aspiración: casarme con la mujer más hermosa que yo era capaz de concebir. Busqué la estructura ósea de esa mujer que me pudiera servir para transformarla en la mujer más hermosa de todas. Solo tenía un problema: por la noche cuando se iba a dormir, desaparecía todo lo que yo había hecho; su cara obtenía un color gris pálido y triste y en la mañana siguiente, con el maquillaje, se volvía a la belleza que yo había logrado. Consulté con las flores del sur, del norte, del este y del oeste y no obtuve los resultados esperados. Estaba bien lo que había hecho como cirugía, pero yo quería que desapareciera ese retorno al gris opaco de su piel. La naturaleza me jugaba una mala pasada; nunca pude llegar a crear un producto del cual podía alcanzar el fin que perseguía. Decidí hacerme una vuelta alrededor del mundo para ver si con las distintas tecnologías hubiera algo que me pudiera ayudar. Hoy estoy sin esperanza de lograr el éxito que busqué.

domingo, 4 de octubre de 2015

02. De camino. Antonio López de Lerma

Iban la mar de bien, cuando Lentisco le dijo a Concha que hacía tiempo que no visitaban su playa favorita, ella le miró con asombro pues  solo hacía 30 años que salieron, empezaron a hablar de cómo estaría ahora, si sus arenas serían tan blancas y suaves, recordaron sus palmeras y la selva al fondo y aquellos momentos de tensión que pasaron en ella, donde por poco se salvaron de aquellos seres que les persiguieron e intentaron arrebatarles todo lo que tenían; de pronto un golpe de mar les sacó de sus recuerdos para darse cuenta de que se estaban perdiendo, las aguas ya no eran tan cálidas y su velocidad de crucero había bajado; así que observaron el entorno y por fin pudieron retornar a la cálida corriente del golfo en las que sus compañeras tortugas viajaban; y es que hay veces que no hay nada mejor que dejarse llevar por la corriente. 

viernes, 2 de octubre de 2015

01. La caída de las hojas. Antonella Brunetti

Llega el otoño. Momento en que la naturaleza deja caer sus hojas. No puede evitarlo porque tienen que aligerarse. Al contrario no hay espacio para las hojas nuevas que tocan llegar. A veces nos toca hasta podar ramas, para que los arbustos y árboles puedan resplandecer mejor todavía el año siguiente. Esto me deja reflexionar. Doy una vuelta alrededor del mundo que tengo en mi interior. ¿Que hojas quiero soltar? ¿Que es lo que ya no me sirve? ¿De qué peso me quiero liberar? ¿Cuántas hojas secas tengo ya desde hace un tiempo y es hora de dejar caer? La tierra está esperando para que caiga todo esto y las pueda acoger, reciclar y devolverlo a la vida para que se crea lo nuevo. ¿Y las ramas secas? Que me ayuden a podarlas con cariño y apoyo. El viento me da una sacudida y empiezo a dejar caer unas hojas. Sin miedo. Me libero y me tomo el tiempo con que quiero llenar mi vida de nuevo. Me tomo el tiempo para dejarme sorprender de la vida. Pero sobre todo me tomo el tiempo para descansar. El invierno invita a eso. ¡A un viaje interior alrededor del mundo interior!     

Octubre: mes viajero

Este mes emprenderemos un viaje largo e intenso. Apretaos los cordones, meted en la mochila sólo lo imprescindible y preparaos para iniciar un periplo alrededor del mundo. Atravesaréis valles con bosques tan espesos que las hierbas no conozcan la luz del sol; montañas coronadas por enormes neveros que añoran un poco de calidez; países en los que el aroma a especias es tan intenso, que casi chorrea en el aire. El mundo es diverso, variado, único. Y vamos a conocerlo entero.

En esta ocasión os voy a escribir el cuento La muñeca de Kafka, escrito por Jordi Serra i Fabra, a quien supongo que conocéis. Es un poco largo pero merece la pena ser leído. Es una verdadera maravilla y, estoy segura, que lo valoraréis en su justa medida. Si tenéis niños cerca, invitadlos a leerlo. Veréis cómo se abren sus ojos ante esta maravillosa historia.

LA MUÑECA DE KAFKA
Aquella mañana del 2 de diciembre de 1923 Franz Kafka volvió a despertar con fuertes dolores de cabeza. Al pie de su cama, tratando de ocultar su preocupación, le observaba Dora. Desde hacía algún tiempo a Franz le costaba mucho conciliar el sueño y cuando por fin lo conseguía se levantaba con terribles jaquecas que le incapacitaban para sus obligaciones de escritor.
-Franz, creo que deberías salir al parque. Te vendrá bien tomar algo de aire fresco.
-No creo que mis pulmones atacados por la tuberculosis se merezcan ese aire fresco del que hablas, pero por ti y por este dolor de cabeza que me atormenta bien merece la pena intentarlo… -Convencido, se levantó de la cama limpiándose la boca con su pañuelo carmesí.
Ya en el Tier Garten, le asaltó una de sus frecuentes lúgubres visiones. Podía verse a sí mismo tumbado en un ataúd. A su lado, Dora lloraba desconsoladamente mientras veía cómo el cuerpo de su amado se descomponía. Su piel se iba difuminando y detrás comenzaba a aparecer un grosero monstruo de piel oscura… En ese momento los llantos de Dora en su imaginación se fusionaron con los de una preciosa niña que apareció a sus pies.
-¿Qué te ocurre pequeña? -Le preguntó conteniendo un nuevo acceso de tos.
Corriendo se acercaba la madre de la niña. Ésta se disculpó y le explicó que su hija había perdido su muñeca, un regalo que su padre le dio el mismo día que les abandonó para ir a luchar en la Gran Guerra. Su marido había fallecido un año después en las trincheras de Rusia, dejando a aquella muñeca como el único recuerdo que le quedaba a Erika de su padre.
Tras escuchar la historia, Franz sintió una gran compasión por la niña y su madre. Conmovido, supo de inmediato lo que debía hacer.
-Supongo que tú eres Erika, ¿verdad? -gritó Franz para hacerse oír por encima del llanto de la niña, que sólo en ese momento fue consciente de la presencia de aquel hombre.
-Sí…-balbuceó mientras dirigía una mirada interrogante a su madre. ¿Quién es usted?
-Espera… mejor me aseguro, no sea que me vuelva a equivocar…-Erika contemplaba con ojos vidriosos y expectantes a aquel extraño que parecía conocerla-¿Cómo se llama tu muñeca, Erika?
-Matilda señor, se llama Matilda, ¿la ha visto usted?-La esperanza inundaba ya el rostro de la niña.
-¡Vaya! Pues resulta que traigo un mensaje importante de Matilda…
Franz le explicó a la niña que su muñeca había tenido que emprender un inesperado viaje y que sentía mucho no haber podido despedirse de ella. Además, Matilda le prometía que iba a escribirle una carta cada semana contándole sus aventuras.
Al terminar aquel encuentro fortuito, y sin que la niña se percatara, Franz pidió la dirección a la madre y se comprometió a escribirle semanalmente firmando con el nombre de Matilda.
Desde aquel día Dora quedó maravillada por la influencia que aquella niña tenía en el estado anímico de Franz. A pesar de los persistentes dolores y problemas de insomnio que le atormentaban, siempre conseguía sacar fuerzas para redactar sus cartas. Entre Franz y la niña había nacido un fuerte vínculo que le ayudaba a luchar contra su enfermedad. Erika se había convertido así en la hija que nunca tuvo.
Muchas de las cartas eran cuentos infantiles con alguna moraleja impactante, otras eran sencillos relatos con pasajes autobiográficos de la vida de Kafka narrados por Matilda. Sólo durante dos semanas no pudo cumplir con su promesa: la primera fue la semana de Navidad en la que Franz sufrió una fuerte pulmonía y tuvo que volver a Praga. La segunda fue la última semana de marzo, cuando la tuberculosis le afectó a la laringe.
Cuando leas esto Franz ya estará conmigo y no podrá volver a llevarte mis cartas. Por eso te pido Erika que no te preocupes, estaremos bien juntos jugando todo el día. A los dos nos gustaría que fueras feliz y nos recordaras con alegría en lugar de con aquellas lágrimas que tenías cuando Franz te conoció.
Siempre tuya,
Matilda
Praga, 3 de junio de 1924