Juanjo, te halles donde te halles ve buscando mesa y baraja, nos reuniremos, nos conoceremos y nos tomaremos un refresco, jugaremos a cualquier cosa y sólo nos reiremos de los problemas ajenos. Gracias, todo en tu honor.
Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!
miércoles, 22 de octubre de 2014
martes, 21 de octubre de 2014
05. Sosiego. Jesús Pulido
Mi isla misteriosa no tiene mar, ni palmeras, ni cocoteros, ni ríos de límpida pulcritud, sólo silencio, enormes dosis de silencio con unas huellas en la arena dejadas por cada uno de nosotros, huellas en nuestro estado de ánimo tan alto y bajo a la vez.
Y en ella no están nuestros amigos sino que se hallan tod@s los seres humanos: soledad que envuelve cada minuto de nuestra existencia, deseando un no sé que nos acarreé paz y sosiego. Y tod@s en nuestra isla misteriosa.
martes, 14 de octubre de 2014
Gracias, Juanjo
Este es nuestro pequeño y sentido homenaje a Juanjo, que hace poco nos ha dejado. Todos los que participamos en este blog sentimos mucho que se haya ido, y queremos darle las gracias por enseñarnos, a traves de su último relato, que los sueños, ilusiones y esperanzas llenan la luna y que no se vacía nunca porque todo lo guarda en su cara oculta. Ahora ya sabemos quién vive alli y de dónde vienen sus letras.
Valentina: Juanjo, parte de ti se queda con todos los que disfrutamos de tus relatos, has dejado una huella en nuestro corazón, tejida con tus acertadas palabras. Por eso solo te digo hasta siempre y muchas gracias.
Belén: Juanjo, no te conocí pero un poco te has dejado ver a través de las palabras de tus relatos que me llevaban al sitio que tu imaginación había creado y por tu lucidez tan bien conocida por todos los que te trataron.
Antonio: Héroes
Cuando era pequeño recuerdo que mis héroes favoritos fueron el Gato con Botas y Carpanta, por diversas razones que sería difícil de explicar. Después vino Supermán y unos cuantos personajes de ficción hasta que, un poco más tarde de la adolescencia, mi padre se convirtió en el héroe que todo muchacho quiere ver. Luego te das cuenta que incluso él no era más que un hombre que intentaba sobrevivir. A lo largo de mi vida he conocido mucha gente singular que podrían portar esa categoría de personas especiales, pero si me tuviera que quedar con una, esa sería Juanjo.
Conocí a Juanjo hace aproximadamente año y medio en su casa y su mirada me impresionó: hablaba con los ojos. Fue fácil comunicarme con él a través del ordenador e intercambiarnos emails contándonos un montón de cosas. Solía enviarme docenas de chistes e información sobre todo. Un día le pregunté porque me mandaba todo aquello y su respuesta fue tan sencilla como que quería que la gente fuera feliz.
Cuando me enteré de que le gustaba escribir fue cuando se me ocurrió la idea del blog de micros compartida con Rosa Molina. Juanjo amaba la escritura y teniendo en cuenta que lo hacía con los ojos, su empeño de agarrarse a la vida no me dejó indiferente. No me equivoco si digo que era el alma del blog con sus fantásticos relatos y su forma de enfocar la vida. Por todo ello le recordaré siempre como ese héroe a imitar. Descansa en paz, amigo
lunes, 13 de octubre de 2014
04. Islotes. Santa
Deshizo la maleta nada más pisar su isla. Estaba cansado del viaje, de que la realidad disolviera sus ilusiones, como el mar hacía con la arena.
Al día siguiente por la mañana, de paseo por la arena mojada; escribió algo sobre ella. Por la tarde, la marea respondía a sus palabras, y sentado contemplaba la puesta de sol.
Soñaba con encontrar algún náufrago con el que poder conversar, leerle sus poemas, escuchar la historia de sus naufragios. Pero los recuerdos de las islas vacías, aburridas, sin puesta de sol… en las que había encallado; frenaban sus ganas de zarpar.
Una tarde en la playa, apareció una botella. Pensativo, se acercó a la fuente para beber y reflejado en el agua, vio su rostro ajado. Buscó hasta encontrar el papel de la botella que había tirado sin leer:
-“Naufraga feliz en Isla perdida, busca un continente feliz con idea de anexionarse una isla; y juntos formar un archipiélago. Interesados seguir camino marcado por las estrellas. “-
No entendió bien las indicaciones, pero sí el mensaje. Así que, después de ver la puesta de sol, subió a su canoa con la botella llena de agua dulce; y mirando a las estrellas remó sin más.
PD.- Dedicado a Juanjo, que escribe donde brillan las estrellas.
domingo, 12 de octubre de 2014
03. Cuando la isla no era un misterio. Valentina Velázquez
Mateo era un hombre excéntrico, un amigo especial de la infancia. Ese niño raro, que me sacaba de la rutina para imaginar castillos donde sólo había muros derruidos en lo alto del monte.
Hacía años que no lo veía, y se presentó sin anunciar un soleado día de verano. Yo estaba recluida en la antigua casa familiar, en el pueblo donde nací y donde nos conocimos. Mis mejores recuerdos lo habitaban aquellos juegos alrededor de la isla misteriosa, que localizamos en un paraje pedregoso, casi lunar.
Sus ojos traían profundidades abismales, y de ahí rescató la magia y la cándida adolescencia. Llegó con traje de época y aparcó el globo aerostático en la puerta, como si fuera una carroza tirada por magníficos caballos. Se formó un gran alboroto, todo el pueblo contemplaba atónito el espectáculo.
Me sentí fascinada por su atolondrada puesta en escena. Yo también venía de otras profundidades, y Mateo me rescataba de nuevo. Me vestí con el traje Mª Antonieta y, antes de que rodaran cabezas, volamos hacia la isla de nuestros sueños.
jueves, 9 de octubre de 2014
02. El latido de la isla. Victoria Gómez
La isla era misteriosa, secreta y un poco inaccesible. Sin embargo todo el que llegaba a aquel lugar quería quedarse por la calidez y tranquilidad que transmitía. La tierra estaba regada por canales subterráneos que como venas hacían latir la vida a un ritmo acompasado. Los árboles tocaban el cielo y eran sus pulmones. Los pájaros ponían la voz y el resto de los animales el movimiento.
Los habitantes de la isla eran de las más diversas procedencias. Gente de su infancia compartiendo juegos en el patio de una escuela de pueblo. Amigos de la universidad que tenían los mismos sueños y vivieron distintas realidades. Compañeros de trabajo con los que se proyectaba profesionalmente. Personas solidarias que habían llegado a su vida para donar su tiempo y trasmitirle ilusiones. También estaba su familia, corta pero bien avenida.
Y así la isla misteriosa, que era su corazón, estaba dispuesta a seguir viviendo de todos esos afectos y a conocer otros nuevos en el camino de la vida.
(Dedicado a Juan José García)
viernes, 3 de octubre de 2014
01. La isla misteriosa. Luis W.
No era un sueño, tampoco la
consecuencia de un naufragio, pero ahí estaba yo, metido en esa isla, solo pero
no incomunicado. El asunto consistía en cómo establecer contacto con el exterior.
Aunque estaba lleno de instrucciones,
información, advertencias, elaborados
teóricamente de una inteligente forma para que su comprensión resultase
intuitiva, o no los descifraba, o no conseguía seguir la secuencia lógica, o
caía en un bucle del que no podía salir, cual laberinto con caminos crípticos e
inescrutables.
El panorama, pese a la belleza,
el colorido y los sonidos extraños pero
no desagradables, contribuían,
paradójicamente, a aumentar la inquietud frente al desamparo e impotencia que yo
sentía en ese medio que hasta por momentos se me hacía hostil.
¿Para qué habría aceptado la
oferta de cambiar por un móvil más moderno?
miércoles, 1 de octubre de 2014
Octubre: el mes de la isla misteriosa
Entramos en octubre, mes en el que las hojas se enrabietan antes de secarse y desaparecer. Un mes perfecto para pasear y descubrir, lejos ya de los calores del verano, lo bien que sienta la brisa del mar mientras entrecerramos los ojos intentando averiguar qué es ese pico que parece flotar en el horizonte, y que ni ayer ni anteayer estaba ahí. ¿Será una isla misteriosa? Tenemos todo un mes para descubrirlo.
Para que os pique la imaginación, os dejo este microrrelato de Ana María Shua, escritora argentina y maestra en el arte de la microficción.
Malabares en las islas Tonga
En las islas Tonga, del Pacífico Sur, las niñas hacen malabarismos con grandes nueces denominadas Tui Tui. El éxito de su acto tiene consecuencias sociales importantes con respecto a su matrimonio o a sus posibilidades de ascenso social.
Hay una isla, sin embargo, donde la habilidad para mantener las nueces en el aire dándoles un hábil golpecito por debajo, despierta temor en los futuros maridos. Por ese motivo son las peores en el concurso de malabares las que tienen mejores oportunidades a la hora de contraer matrimonio. Se objetará que en un juego de habilidad, perder es más fácil que ganar. Y sin embargo no es así cuando todas intentan perder al mismo tiempo.
Ana María Shua
Fenómenos de circo
Ed. Páginas de espuma
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