Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

viernes, 30 de junio de 2023

05. Corchetes. Carmen Cardeña.

“Los tomates son todos iguales. Las manzanas no huelen. El limón no cae del limonero.” 

La madre lleva tiempo que siempre refunfuña la misma retahíla ante la visita de la hija. 

“Cierra los ojos, mamá y sorbe el aire profundo. ¿Verdad que la manzanilla ya te espera en el terraplén? ¿A que La Tita te espera con su café de puchero y sus perrunillas recién hechas? Déjate ahora de tomates y manzanas de plástico. La Tita te aguarda con el portón abierto. Las maderas de la entrada siguen crujiendo. Vaporean las edades como un baño de agua caliente. La tierra antigua rezuma por las rendijas de las tablillas sueltas oreando lo húmedo y lo seco de las épocas. ¡Muchos abuelos transitaron el umbral!”

“Que te olvides, madre. Que sí, que todo se coge del árbol antes de tiempo. No hagas trampas y cierra los ojos. Observa la sonrisa orgullosa de La Tita con la bandeja de las pastas. Mira como sus ojos se abrochan en los tuyos. Escucha el sonido de su voz cuando, bajando el brazo a tu altura de niña, te invita a coger una pastita diciendo, las he hecho especialmente para ti, mi amor. “

La madre abre los ojos y los abrocha en los de su hija. Se sonríen. Como cada viernes de visita la hija saca de detrás de su espalda una bandeja de perrunillas recién hechas que coloca a la altura de la madre sentada en su sillita de ruedas. 

04. Quinientas noches. Alicia del Caz López

Notó cómo le rozaban la espalda por detrás, en el espacio que quedaba al aire entre la corta melena y el escote de la camiseta. Hacía tiempo que no le veía y no esperaba encontrarlo allí, pero en seguida reconoció su tacto y un escalofrío le bajó hasta las piernas. Aguantó unos segundos sin girarse para apurar la sensación de sentir la yema de sus dedos acercándose despacio al cuello. Cuando lo hizo, la cabeza de él ya la esperaba con la boca entreabierta. Comprobó que eran los mismos besos que recordaba y los saboreo despacio, por si volvían a desaparecer. Las manos de él bajaban por su cuerpo. Cuando pasaron, apenas rozando, por su pecho, notó una repentina humedad. Se tocaron, primero sobre la ropa, después bajo ella, para terminar recordando sus cuerpos con las prendas esparcidas por el suelo. Cuando se puso a horcajadas sobre él, abrió los ojos para mirarle a la cara de cerca, pero lo que vio fue el hueco sobre el que caían las sábanas a su derecha. Una vez más, el subconsciente había roto la regla que de día ella conseguía seguir a rajatabla, no pensar en él. Una vez más sintió la escarcha entre las piernas. 

03. Un beso de cine. Antonio Nieto

De niño y comienzo de mi adolescencia, pasé mi educación en un internado católico dirigido por seglares. Nos enseñaban muchas materias, pero hablar de la sexualidad en aquellos tiempos y en ese lugar era tabú, como si fuese cosa del diablo.


Los domingos por la tarde, nuestros enseñantes nos agasajaban con un bocadillo de finísimas rodajas de chorizo y una película que se mostraba en el teatro del colegio. Don Anselmo, el cura encargado del cine, solía hacer un primer pase privado, y  cortaba y pegaba el celuloide, según su criterio. Tal era así, que apenas entendíamos las películas por sus cortes. Tan pronto el “Bueno”, también llamado “El chico”, se aproximaba a la guapa actriz, también conocida como La Chica”, menos de cinco metros, posiblemente con el ánimo de besarla, aparecían unos números en la pantalla, se iba la imagen y se encendía la luz del teatro. Todos silbábamos defraudados. Al poco rato volvía la imagen, pero ya nada tenía que ver con el momento anterior.


Un día, algo debió pasarle a Don Anselmo, porque sin corte alguno pudimos ver atónitos, como se besaban apasionadamente Gar Gable y Natali Wood. La emoción fue tal que, muchos de nosotros, sentimos el empuje de hacer lo propio con el compañero de al lado. Aquello terminó con consecuencias de diversa índole. En mi caso, debo decir que me gustó tanto, que hoy día soy presidente del Movimiento LGTBI de mi distrito.

domingo, 18 de junio de 2023

COMIDA EN adEla

NOS VAMOS A REUNIR EN LA COMIDA DE HERMANDAD
 
Después de tres años, por fin se acerca el día de la entrañable comida de hermandad que celebraremos, como siempre, en la semana de la ELA.
 
Será el sábado día 24 de junio, en la que, además de disfrutar de una maravillosa compañía, contaremos con una rifa de regalos que harán las delicias de grandes y pequeños.

La comida se celebrará en el hotel ILUNION PIO XII (Av. Pío XII, 77 Madrid) a las 14 horas, con un precio de 50 € por persona (los afectados y voluntarios están invitados).

El abono del importe de la comida se hará a través de la cuenta de Bankia: ES77 2100 2530 1113 0081 1999.

Agradecemos que realicéis la reserva y la confirmación al correo: “adela@adelaweb.com” poniendo en el asunto "COMIDA adELA".

Por favor, confirmad la asistencia antes del día 20 de junio.
 
 
Nos encanta volver a retomar las actividades de grupo.
 
 
 
¡¡ TE ESPERAMOS !!
 
 
  

lunes, 12 de junio de 2023

02. El viajante. Rosa Molina

Un hombre entra en una habitación de hotel. Deja la maleta, se derrumba en la cama. Si fuera un personaje, una voz narrativa le diría qué hacer, qué pensar, a qué guion ceñirse. Pero no. Él es persona, y tiene que vivir. Vivir a pelo. Para espabilarse va al lavabo, coge la pastilla de jabón, percibe su aroma, lo aspira. Cierra los ojos. Lavanda. Huele como Sara. Inhala y se pregunta qué será de ella, si le echa de menos, si los cadáveres añoran. Una voz narrativa le diría que aproveche esos d-olorosos momentos, porque mañana diluviará, tendrá un accidente y conocerá a Inés, enfermera del hospital y flautista los fines de semana que colmará su vida de risas y música. Pero él es una persona, y tiene emociones pero no guion, y sigue oliendo a ella, y acaricia el jabón, y ahueca sus manos, y siente los senos de Sara, la suavidad de su piel, su pelo revuelto. Mira el bote de somníferos, entorna los ojos, ¡echa tanto de menos a Sara….!


viernes, 2 de junio de 2023

01. Aquel beso robado. Epífisis

 

No recuerdo los años que tenía, ni su nombre, pero al comer una picota y antes de introducirla en la boca, la pongo entre mis labios y aflora, el olor, el sabor,  la juventud de aquellos veranos en Jerte.


Me apuntaron mis padres en la escuela, para recuperar no se cual asignatura cateada en la ciudad, fui a rastras, pero al entrar estaba ella, calcetines caídos, vestido a cuadros y unas coletas.


Me sonrió y  sus dientes o su lengua húmeda,  provocó en mí un azoramiento tal, que los demás niños se echaron a reír.

Me cogió de la mano y me sentó a su lado, notaba su pierna como fuego que me traspasaba.

Miró mi pantalón, levantó sus ojos a los míos, los cerró y yo fui suyo para siempre.


En el recreo, detrás de la higuera, a su sombra, se colocó una picota gorda, roja intensa entre los labios y me invitó a morderla a la vez que a ella.



Puse los míos sobre la fruta y entonces ella, abrió más la boca y me abrazó en un beso profundo con la fruta por en medio, mordisqueando la pulpa interminablemente, respirando por la nariz como peces fuera del agua.



jueves, 1 de junio de 2023

JUNIO: El mes de la memoria sensual

Empezamos junio, el mes de la luz y las flores, un mes en el que hay colores, olores, texturas, sabores y música por todos los lados. Los tilos emborrachan con su fragancia a los paseantes; las rosas rivalizan en colores en los jardines; el viento crea suaves melodías cuando mueve las hojas de los árboles.... en fin, que solo tenemos que salir a la calle para dejarnos mecer y sentir la naturaleza.

Pero nosotros, con todas esas sensaciones, vamos a dar un paso más, vamos a mezclarlos con la memoria. ¿A quién os recuerda el petricor (el olor a tierra mojada)?, ¿qué os sugiere un pequeño remolino en un banco de arena?, ¿qué os apetecería hacer cuándo escucháis a la gente cerveceando en una terraza?, por no hablar de los helados, con sus aromas, olores, colores y texturas tan pecaminosos....

Tejed lo que sentís con vuestro recuerdos y escribidlo. Ya veréis qué buenos ratos pasamos leyéndonos. Nadie es perfecto, pero nosotros somos generosos, sobre todo en imaginación y ganas. 

Os esperamos paseando por el parque. 

04. Olvido no es nombre de mujer. Santa

No sabía porqué conducía solo por la M-30. Suponía que iba en familia como todos los domingos; pero era jueves. Solo quería hacer algo que no recordaba. Quizás huir de las taladradoras.


Dejó el coche aparcado junto al lago. Sacó su mochila y caminó alejándose de las maquinas que trabajaban sin parar. Parecía imposible que Alan encontrase la paz. Incluso llegaban los gritos de la gente subida a locos mecanismos de atracciones.


Desde lo alto divisó el contraste de la hierba, convertida en triste paja descolorida, con el verde de los pinos, encinas, robles y algún fresno centenario que sobrevivió a las llamas de la soledad; como Alan.


Sentado en un merendero perdido del bosque, sacó papel y bolígrafo; causando gran expectación entre los gorriones y mirlos. El canto de un jilguero animaba a despertar al azul de mayo entre las nubes.


Un viento frío arrastraba un cartel sucio de una candidata a gobernar esta ciudad en carne viva. La lluvia, mas hermosa que nunca, inundó todo de gris y borró las maquinas, los gritos, el dolor.


El espíritu amable de Lorca estalló en el silencio y conectó la memoria de Alan con verbos, sustantivos y adjetivos.


Con la Paz.