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viernes, 16 de julio de 2021

04. Mirándose en el espejo. Gema Herráez Peñas

         Laura se mira en el espejo escudriñando su rostro y descubre una nueva arruga bajo su ojo izquierdo. ¿Pero cuándo?, ¿cómo?, se pregunta  malhumorada y piensa en todas esas cremas que utiliza: la del contorno de ojos, el ácido hialurónico, la crema de día, los limpiadores, los tónicos, el agua miscelar. Rituales interminables para conservar la lozanía que antes se conservaba sola.

         Un pensamiento le lleva a otro y este a otro y así,  en una concatenación impulsada por un algoritmo misterioso de su cerebro y, quizás, porque es verano, viaja a otros veranos. Siempre había en la época estival una promesa de felicidad: el final del colegio, acostarse tarde (si bien estaba la odiosa siesta obligatoria), ir de vacaciones al pueblo, bañarse en las albercas (donde aprendió a nadar), la adolescencia, las fiestas del pueblo, bailar las lentas con el chico que le gustaba.

         De vuelta al espejo piensa en el paso del tiempo, un tiempo que por dentro se almacena en recuerdos que nadan como peces en el océano de su memoria y por fuera esculpe arrugas en su rostro sin preaviso.

         Mientras anda distraída en esos pensamientos, Laura empapa el algodón con el líquido difásico y se limpia los ojos, aunque ya nada se puede hacer.

5 comentarios:

  1. ¡Qué maravillosos los espejos que nos hablan!.Los espejos, que aunque nos escupan el tiempo en forma de arrugas, nos hacen viajar a rincones maravillosos del pasado.Incluso,si te paras a pensarlo mejor Gema,la siesta estival es una delicatessen y es mucho más efectiva para las arrugas que cualquier potingue. Me ha encantado como has atravesado el espejo y viajado a otros veranos.
    Peor lo tenía la madrastra de Blancanieves.

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  2. El mejor antídoto para las arrugas que nos muestra el espejo nos lo da también la edad: La Presbicia para no verlas.
    Estupendo tu viaje en el tiempo, Gema.

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  3. Pues yo creo que sí se puede hacer algo: cada arruga es una etapa de tu vida que merece ser recordada, como esos largos veranos de la infancia entre piscinas y melones. El tiempo pasa, sólo hay que valorarlo. Estupendo relato, Gema.

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  4. Cada arruga le ha traído un recuerdo a tu protagonista. Yo quiero pensar que ella se mira al espejo para recordar sus vivencias más que para hacer desaparecer sus arrugas. Me ha encantado tu relato Gema.

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  5. Si solo fueran las arrugas... todo perfecto. Pero yo cuando subo al norte cerca del mar; mis huesos me hablan y noto cada articulación de mi cuerpo por pequeña que sea...
    Solo me queda el recuerdo de lo que he bailado. Gracias por tu relato.

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