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lunes, 10 de enero de 2022

01. La ciudad sin límites. Santa

 


Cuando llegas a los límites de X crees ver una ciudad diferente a otras macro ciudades. Ya sea por la nieve de las montañas que se ven resplandecientes a lo lejos; por el verdor de los arboles que asoma entre el laberinto de calles; o los colores de las luces que adornan y hacen que la noche parezca una celebración.

 

En X, sus ciudadanos pagan las horas que dejan el coche cerca de los parques para poder disfrutar con sus perros. Pero si van a comprar a grandes construcciones donde en sus entrañas todo se vende; les sale gratis.

 

Las prisas son su ADN. Prisas para trabajar, para comer, para el cine, para un concierto, prisas en metro o en bus.

 

Hasta en el parque, donde verás a muchos correr y a pocos parados; contemplando como el viento juega con las hojas del otoño.

 

Compran y reciben muchos regalos, en una fecha concreta, y al día siguiente devuelven lo comprado. Y así el viajero ve los estantes vacíos. A unos habitantes de X llenos de todo y a otros en la cuneta; mirando a los coches llenos de paquetes y vacíos de felicidad.

 

Al salir de la ciudad, te encontrarás con perros abandonados que te siguen; esperando que los lleves en el corazón.

10 comentarios:

  1. Es curioso Santa porque tu ciudad X me recordaba a Nueva York, en la que he estado esta Navidad visitando ami hijo y es una ciudad que te deslumbra, por sus luces, sus edificios de una verticalidad abrumadora pero la prisa forma parte de su idiosincrasia y te arrastra.
    Y cuando bajas la mirada y ya no te deslumbra ves una ciudad desigual en la que algunos viven y otros apenas sobreviven. Hay una ciudad en el cielo y otra en el suelo muy diferente. Estas ciudades X como la que describes pueden llegar a deshumanizar a sus habitantes de una forma que asusta, produciendo verdaderos detritos humanos.
    Quizás tu no pensabas en nada de esto cuando la escribías pero a mi es lo que me ha inspirado.

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    1. Hola Gema,
      Pues Madrid es la incógnita... pero son muy parecidas... en cuanto a deshumanización... No conozco NY y no tengo pensado ir... Muchas gracias por tu comentario. Bs

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  2. En el 29 Lorca escribe el poema "Nueva York (oficina y denuncia) :
    "Debajo de las multipliaciones
    hay una gota de sangre de pato;
    Debajo de las divisiones
    Hay una gota de sangre de marinero;
    Debajo de las sumas,un rio de sangre tierna..."
    Eso hacía Federico García Lorca, denunciar como Santa con su relato, Gema con su comentario.Casi cien años después, seguimos denunciando las mismas desigualdades y las mismas injusticias. Pero nos sigue quedando la literatura y el arte para proseguir en la denuncia del escandaloso despropósito y de todo este tremendo fraude.

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    1. Hola Carmen,
      Pues tienes toda la razón... Pero algo de culpa tenemos cuando nos lanzamos a consumir, en vez de para el carro y leer un libro... por ejemplo... en fins...
      Gracias por tus palabras. Bs

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  3. Bravo, Rafa, estupendo relato, le das todo el sentido a la foto.
    Ciudades X que no se distinguen de las Y, ni de las Z, todas con sus Zaras y sus Corteingleses en sus centros, todas iguales y todos corriendo por sus calles como en la foto, patas arriba si llega el caso, con tal de llenarnos de bolsas y, sin darnos cuenta, siquiera, de que también en la foto hay nubes.

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    1. Gracias Alicia, por tu comentario…
      Tiempos difíciles que debieran unir corazones y pensamientos… con calma.Bs

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  4. Santa, me ha encantado tu relato. Por eso he puesto el mío, del Madrid de 1853, cuantas ciudades unas dentro de otras.
    Hoy, después de pasarme por ADELA, he visitado el Madrid modernista a espalda de Ventas. La Guindalera, casas preciosas. Un saludo.

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  5. Gracias por tu amable comentario. Esperemos que estos cambios sean para bien… hay tantas ciudades invisibles como habitantes…Bs

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  6. Pues sí, Rafa, has destacado una cosa muy importante: también las ciudades están pensadas para consumir, no para ser o estar en ellas. No parecen separar, ni les interesa, la felicidad de ser humano de la del ciudadano y facilitan las conductas consumistas sobre las demás. Tu relato es casi un ensayo sociológico. Bravo, Rafa.

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  7. Gracias Rosa... más bien es una reivindicación a todo y a nosotros mismos para frenar de vez en cuando. Sentarnos a ver el paisaje, oler la jara o el romero o ese olor del tomillo casi imperceptible... tumbarse a ver pasar las nubes... y descubrir la felicidad...
    Bs

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