Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

martes, 28 de marzo de 2017

06. Vivir sin miedo. Valentina Velázquez


Había días en que se juntaban muchos pacientes en la consulta de logopedia. Entre ellos no se sentía un bicho raro. Todavía la costaba reconocerse en esa voz. El último día, Carmen, formó su grupo con tres personas: Amalia, una mujer no demasiado mayor, que había sufrido un derrame cerebral del que ya estaba recuperada; un ictus trajo a Ramón que ya se sentía mejor; la tercera era yo. La logopeda preguntó sólo a Amalia qué pensaba hacer ahora, y dijo que volvería a África, ya que de producirse otro derrame daría igual dónde estuviera. Nosotros dos no podíamos ir muy lejos, pero la actitud de Amalia y el deseo de hacer con su vida algo importante me sedujo, y cuando apoyó su mano en mi hombro, en señal de despedida, me reconfortó su valiente decisión, y eso que admiré en ella, removió mi corazón, pensé que el miedo causa más deformidades que la propia enfermedad. Historias anónimas que dejan el miedo en la puerta para adentrarse en el alma.

3 comentarios:

  1. Hay muchas formas de vivir: con resignación o con ganas, y qué duda cabe que hay que saber elegir cuál te proporciona más satisfacciones. También hay dos tipos de escritores y tú estás entre los que más me gustan: los buenos y sensibles. Siempre es un placer leerte por cómo y qué nos cuentas. Un abrazo.

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  2. Me ha gustado mucho la valentía sencilla de tu personaje Valentina. Como siempre, ¡un placer leerte!
    Un beso.

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  3. Una vez vi una película en que al morir, las gentes pasaban por un tribunal donde se les juzgaba por como habían gestionado sus miedos mientras estuvieron vivos y en función de eso iban a lugares mejores o peores. Ya se me agotan los calificativos positivos de tus relatos y solo te pido que sigas escribiÉéndonos con la misma sensibilidad que siempre lo haces.
    Un abrazo

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