La caperuza le tapaba una parte de su rostro. Lo suficiente para crear un halo de misterio y dejar al descubierto su amplia sonrisa, con sus labios pintados del mismo color que su capa. En su cesta llevaba unas manzanas y un tarro de miel. Su falda era un poco más corta de lo normal, y eso le hacía sentirse atractiva.
Llegó al baile y allí encontró a piratas, princesas, médicos y peluqueras, con sus caras pintadas o con sus bellas máscaras, interpretando por una noche otro papel en su vida.
Entonces, su mirada se cruzó con los ojos profundos de él. Su hocico era puntiagudo y sus colmillos afilados, sin embargo, no parecía un animal agresivo. Se acercó a ella y le susurró al oído: “Hola, mi amor soy yo tu lobo, y quiero tenerte cerca para verte mejor”.
Bailaron durante toda la noche y el carnaval consiguió unir a una caperucita poco inocente con un lobo no muy feroz
Ja,ja !Vaya con la caperucita! Esta claro que los lobos, por muy lobos que sean, ante una minifalda terminan siendo unos pringaos.
ResponderEliminarMuy divertido
Me encanta tu caperucita tan informal que se "come" con la mirada a ese lobo tan poco feroz. Me lo he pasado genial leyéndolo. Muy, muy divertido, Victoria. Enhorabuena, porque me has sacado una sonrisa y eso merece la pena.
ResponderEliminarMUY BUENO; ME HA GUSTADO MUCHO
ResponderEliminarYO TEMÍA A LAS CAPERUCITAS MÁS QUE A LAS LOBAS.
BESOS
Quizás el lobo era vegetariano... pero en cuanto probase la carne... Uy! esto da para otro micro... jejeje
ResponderEliminarFelicidades
HOLA VICTORIA;ENHORABUENA POR EL PREMIO;AUNQUE SEA COMPARTIDO ( COSA QUE NO ME PARECE JUSTA )
ResponderEliminarFELICIDADES Y BESOS
Jajaja! Yo conozco a unas cuantas caperucitas muy picaronas, que cuando se juntan, revolucionan a un lobo..., ¿o era al revés? ;-)
ResponderEliminarJajajajaaj! Que puedo decir de las caperucitas. Estas tías saben que el hecho de acercarse a un lobo, no las convierte en oveja.......
ResponderEliminarQue genial relato amiga! Tqm