Se acerca carnaval, comentaban a su alrededor, de repente algo cae sobre su maltrecha mano, se trata de un antifaz. El tacto suave de éste le evocó recuerdos…… de repente, se ve envuelta en una glamurosa música, rodeada de una multitud con sus esplendidos trajes de época y maravillosas máscaras y ella en el centro de todos bailando y bailando y bailando……..
Así pues pasa el tiempo hasta perder la noción del mismo, feliz, ilusionada, alegre, viva………..
De repente recogen el antifaz y ante la pérdida del contacto con el mismo, la música se desvanece dando paso a un característico y acompasado ronroneo provocado por la respiración asistida. No hay traje, no hay bullicio tan solo un antifaz que se aleja lleno de ilusión y esperanza.
Allí de nuevo inmóvil en la cama……. No ha habido música, no había habido baile, no había……….. o Sí??
Me gusta la magia que consigues con el antifaz. La realidad de la enfermedad no se puede cambiar (por el momento), pero sí podemos alejar la machacona repetición de su lamento, rescatando con la fantasía (que es otra realidad) momentos mágicos que, como bien dices, nos dejan llenos de ilusión y esperanza. Y me encanta como termina el relato, con esa esperanza. Eso es para mi este espacio, un sitio en el que podemos tejer con las palabras otras vidas..., que, claro, llevan la impronta de la nuestra.
ResponderEliminarMe gusta el relato, sobre todo, por lo que dejas de imaginación al lector y la figura d eun antifaz alejándose es muy buena. Felicitaciones y bienvenido.
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