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sábado, 8 de mayo de 2021

02. Bebés. Rosa Molina

Cuando mi padre nos dijo que vendría la cigüeña a casa, Loli y yo nos escondimos para verla. Teníamos seis años y dudábamos de si a los bebés los traía la cigüeña o si nacían gracias al revoloteo de las abejitas por las flores. Además, queríamos pedirle que dejara al bebé en casa de Loli, que era hija única y tenía mucho sitio, porque en la mía ya éramos cuatro hermanos y no cabía ninguno más. 

Pasamos la tarde entera aburridas, vigilando, así que, cuando nos enteramos de que por fin había llegado mi nueva hermanita, nos enfadamos tanto que mi padre nos dijo que mejor saliéramos a la calle. Para nuestra sorpresa, entre las flores y el zumbido de las abejitas, encontramos un gorrión recién nacido. Lo llevamos a casa de Loli y lo criamos juntas, con devoción y entrega, hasta que le salieron las plumas y se marchó volando. Después volvimos a espiar el revoloteo de las abejitas y encontramos una pequeña lagartija, más tarde una pequeña ardilla. Bebés humanos no encontramos nunca, pero siempre tuvimos claro que lo de las cigüeñas, era un cuento.

8 comentarios:

  1. Jaja, pobre Loli, supongo que seguiría esperando a la cigüeña en vano. Nunca se me había ocurrido a mi mirar entre las abejas, aunque me da tanto miedo que me piquen, que no creo que fuera capaz de buscar lagartijas entre ellas

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  2. De pequeña me enseñaron dos teorías sobre la reproducción humana: la de las cigüeñas, que era la versión familiar; y la de que los bebés nacen cuando las abejitas se frotan en las flores, versión de las monjas del colegio. La naturaleza nos enseñó que, excepto en los humanos, entre las flores siempre hay bebés. ¡Qué recuerdos!

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  3. Ternura de principio a fin. Como Olga Tokarczuk , premio Nobel de Literatura, que reivindica la ternura para mejorar el mundo, la vida, así haces, Rosa, como las aves, las lagartijas o las abejas.

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  4. Pues fíjate que hace poco descubrí a Olga Tokarczuk. Me leí "Sobre los huesos de los muertos" y me pareció muy curioso, tanto su punto de vista como su prosa. Me gustó mucho su punto de vista de la naturaleza como un personaje más, la gran razón por y con la que vivir. Gracias por el piropo, Julián.

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  5. Jajaja, me ha encantado Rosa, no había oído tampoco lo de las abejas, claro que yo fui a un colegio público, jeje, pero que bien te ha venido ese recurso para escribir este bonito relato. Abrazos.

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  6. Si Olga escribe igual que Rosa,empiezo " sobre los huesos de los muertos", mañana.

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  7. Que bien describes la ingenuidad cuando somos niños y que pena perderla por el camino cuando nos hacemos adultos. Por muy sorprendentes que sean las certezas que podamos descubrir no pueden superar a las que somos capaces de imaginar.

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  8. Me encanta la conclusión a la que llegaron las niñas, las que traían bebés, aunque fueran de animales, eran las abejas y lo de las cigüeñas era un cuento. Divertido y descriptivo de todos los cuentos que nos metían en la cabeza cuando éramos pequeños. Un beso

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