«Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba «Historias vividas», una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera.»
Una tarde de septiembre de hace 55 años, llevé a mi hermana pequeña a la feria de Valladolid.
Al llegar al Campo Grande, en mitad de la explanada, había un gigante tumbado con la boca abierta, Gargantúa se llamaba.
Mi hermana me apretó fuertemente la mano y se escondió detrás de mí.
Se oían las risas de muchos niños, qué hacían cola para subir por las escalerillas hacia la boca del monstruo.
Tiraba de mí hacia atrás y yo intentaba que no tuviera miedo, que era muy divertido.
Nos pusimos detrás y cada vez que entraba un niño por la boca, esta se cerraba con gran estruendo.
Cuando llegó nuestro turno, la empujé hacia dentro, se cerró la boca y salí corriendo hacia la parte de detrás.
Juro que no tardé nada, pero al rato, salió un niño y otro y mi hermana no apareció.
Hablé con el encargado del tragaldabas, se avisó a la policía, se desmanteló la atracción y en el entramado de madera se encontró uno de los zapatitos de ella.
No hubo explicación, solo culpa, hasta el día de hoy, en que he recibido una carta suya.
Ohhh qué imágenes me han sugerido tus palabras…
ResponderEliminarIncluso la idea de meterme yo en la boca del gigante… Un abrazo
Soy Rafa
Rafa, no quiero sugerirte ideas perversas, ja ja ja
EliminarLa versión femenina de Tragaldabas y Gargantúa creo que es la mujer gigante. Hace tiempo en Torrejón entré en ella ¡Menos mal que salí! Espero que la hermana del personaje de tu cuento salga pronto. No es buen sitio estar fuera de uno y dentro de otros. Jajaja
ResponderEliminarCarmen, si tienes una edad no entres, el tragaldabas es para niñas.
EliminarExcelente manera de integrar la frase del Principito, Epífisis. Espero estar a tu altura cuando hile el mío. Sobre todo, en esa vena irónica y divertida que tienes. Un abrazo.
ResponderEliminarSeguro que si Rosa, tu hilas muy fino.
EliminarEstupendo relato Epífisis! Has creado una atmósfera inquietante y de terror que después se transforma en ciencia ficción. Me queda la duda de a qué dimensión pasó la hermana del protagonista. Pero eso es otra historia.
ResponderEliminarEscalofriante relato con final esperanzador. Soy muy fan de este tipo de micros. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn relato inquietante y dejas el final abierto a quien lo lee. Fantástico Epífisis.
ResponderEliminar¡Qué intriga! Necesito otro relato para saber qué decía la carta.
ResponderEliminarQuizás un día tu hermana vuelva a cuidar su rosa de nuevo, después de recorrer extraños planetas;)