Desde niño los sueños de Sergio viajaban en tren y con banda sonora. Solía escuchar en directo el traqueteo del orient expres. Siempre era un sonido de suspense, como los de película, cuando el pasajero que lee levanta la mirada del libro y el pasajero de enfrente surge como el sospechoso del asesinato.
En el rodar del Transiberiano Sergio diferenciaba la pipa y la qin, dos guitarras chinas sonando afinadas y armoniosas hasta la frontera rusa donde la mandolina y la balalaica se incorporaban al concierto algo descarriladas y chirriantes por la reducción de velocidad.
En ocasiones Sergio escuchaba las frenadas gaiteras en cada estación del transcantábrico, en Santiago de Compostela, Ribadeo, Gijón, en Santillana del Mar, Santander, Bilbao, en San Sebastián...
Pero Sergio volaba más alto por las vías de sus dos trenes favoritos, el orient express y el transiberiano. Todos aquellos lugares fascinantes se dibujaban en la misma ventanilla al son de cada una de sus partituras; Paris, Budapest, Bucarest, Estambul… China, Rusia...
Son las 8 de la mañana y Sergio deja de ver la estepa siberiana a través del cristal. Cesa la música. De repente un rectángulo rojo con letras blancas atrae toda su atención. Alcobendas, lee. Es su parada. Este año ha tenido suerte. La suplencia de verano en amazon logistic DMA2 le ha tocado con buena correspondencia en el tren de cercanías.
Tu relato hace que me reafirme en una idea que tengo ya hace tiempo y es que, nada como la imaginación para viajar a donde se quiera. Bien a través de nuestros sentidos o a través de nuestros recuerdos o nuestros sueños. Sergio , desde un simple tren de cercanías ha viajado en el origen express, el transiberiano y el transcantabrico y ha contemplado paisajes y ciudades lejanas mientras llegaba a su prosaico y real destino, Alcobendas.
ResponderEliminarYo también en viajado a través de tu relato Carmen porque la literatura es otra forma de viajar sin levantarte del sillón. Aunque también me gusta viajar en riguroso directo. Viajar, como leer, ensancha la mente.
GRACIAS por el viaje.
Como dice Gema, nada como la imaginación para viajar donde quieras. Excelente giro final, excelente y refrescante relato. Un abrazo
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