2 años, 3 meses, 2 semanas y 3 días. Ese era el tiempo que llevaba Blanca recluida del mundo, un mundo que de repente un día se le antojo inhóspito. Tenía la sensación de que era un bosque peligroso y amenazante habitado por lobos dispuestos a atacar.
Asomada a la ventana esperaba la llegada de Ángeles, la única persona con la que mantenia contacto. Su amistad la salvó quizás de un aislamiento fatídico que la hubiera abocado a un final trágico.
El otoño vestía el suelo del parque que tenía frente a su casa con una alfombra de un colorido ocre y rojizo debido a las hojas caídas de los plátanos y de los prunos.
Un golpe de viento repentino arremolinó las hojas formando un pequeño tornado bicolor que avanzó hasta la misma ventana donde Blanca está asomada, tanto es así que revolvió su pelo. Blanca, desconcertada, cerró los ojos y al abrirlos su mirada descubrió un mundo diferente. Y dentro de ella algo cambió.
Cuando llegó Ángeles la encontró delante del portal con una sonrisa que lo dijo todo. Jugaron con las hojas caídas y recuperaron unas risas demasiado tiempo olvidadas, gracias a un otoño terapéutico.
Nunca sabes dónde puede encontrarse la magia inesperada que lo cambie todo. O sí. Sabemos más de lo que creemos pero no confiamos en la intuición. Cuando lo hacemos, cerramos los ojos y nos dejamos llevar por el tornado bicolor, fluye la autenticidad...Y , por encima de todo, la risa y la verdadera amistad( Y sé de lo que hablo). Me ha encantado Gema.Estupendo relato. Gracias por tu otoño terapeútico.
ResponderEliminarDesde luego si hay algo que puede salvarnos siempre es la amistad. Yo también doy fe de eso Carmen. La risa compartida y tbm el llanto. Eso y la naturaleza son dos buenas medicinas. Gracias Carmen
ResponderEliminarTiene razón Carmen, nunca sabes dónde ni cuándo vas a encontrar la magia inesperada de la vida, pero sí una mano amiga que ría contigo y te coja la mano cuando te sientas sola. Las mejores medicinas, claro que sí. Estupendo relato, claro que sí.
ResponderEliminarQué gran relato sobre la verdadera amistad que alimenta la dicha de seguir adelante y volver a descubrir los poderes ocultos que seguimos teniendo, que a veces se quedan adormecidos por un terrible invierno. Qué bien podernos dejar llevar por esos momentos de clarividencia, de magia, de intuición. Gracias por este otoño tan especial, Gema.
ResponderEliminarSiempre sale el sol, solo hay que tener paciencia, y esperar con buena actitud, buenas amistades, a que todo cambié.
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