El otro día se reunieron tras 33 años, antigu@s compañer@s de estudios. La película de mi vida acusaba el tiempo pero, tras ver cada una de nuestras películas, nos dimos cuenta que nuev@s actores-actrices ocupaban los vacíos que íbamos dejando en las vidas ajenas: añadid@s o nuev@s personas que se convertían en principales de las películas.
Faltábamos físicamente algun@s pero un remoto recuerdo nos transportaba a los 17 años, dulces descubridores de la vida en todos sus aspectos, buenos unos mejores otros. El recuerdo vívido de aquel tiempo fue magnífico, corto e intenso, como el café a cuyo aroma todos vamos.
He disfrutado un montón con el enfoque de película que das a tus recuerdos. ¡Gracias Jesús!
ResponderEliminarMe encantan tus microrrelatos, Jesús. Son emotivos y todo un ejercicio de sinceridad. Disfruta de estas fiestas.
ResponderEliminarMuy emotivo. Me gusta tu relato sobre el discurrir de la vida presentándola como una película. Un abrazo.
ResponderEliminar