Cuando me desperté se oía el viento, no muy fuerte y la lluvia caer, esa sí con intensidad. Tenía sed y despacio, muy despacio fui a la cocina; bebí agua y la falta de sueño me llevó a sentarme en el salón.
Un leve ruido dirigió mi atención a Hams, pequeño hámster que desde hace un tiempo nos acompaña, estaba en su jaula muy activo y apoyado en sus patitas traseras me miraba, y yo a él y parecía que queríamos intercambiar nuestras “jaulas” y así me quedé dormido en el sofá. Sí, cuando me desperté…….
Hola, Jesús. Tu microrrelato me ha impresionado mucho, porque expresas muy bien lo que sientes con las jaulas. Cuando se me ocurrió la idea de los microrrelatos me alentaba la idea de que os sirviera este espacio no tanto de literatura (que también), sino para que libremente expresar lo que quiera cada uno y echar fuera sentimientos a través de cuentos, que entre líneas, son comprensibles. Solo espero que este blog sea para vosotros un medio libre de comunicar lo que queráis. Te doy las gracias, amigo, por tu valentía.
ResponderEliminar