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viernes, 17 de diciembre de 2021

03. Sesenta anillos de madera. Antonio Nieto.

Un frío día de invierno, mi padre y yo plantamos un pino joven en un terreno que hacía poco habíamos adquirido. Aquello representaba la primera piedra de un sueño que, años más tarde, terminó convirtiéndose en realidad.

Yo estaba en la edad del porqué; así que el me respondió que poner un árbol como aquel sería algo muy valioso en mi vida. “Por qué, repetí”

  • “Mira hijo, los árboles son los seres más sabios del mundo; porque cuando se cruzan sus raíces se pasan información. Viven cientos de años y al llegar a la edad de adultos son fuertes, ilustrados, sensibles…”
  • “! Pero no pueden hablar, así que más me da!”, exclamé.
  • “Cuando me haya ido y te encuentres en dificultad, rodea esté árbol con tus brazos y cuéntale tus problemas; ya verás como te aconsejará bien”

El pino formó con el tiempo 30 anillos en su tronco y comencé a abrazarlo y a contarle todo lo importante de mi vida; sentía su sabia corriendo por mis venas y me calmaba.

A esos 30 anillos se añadieron treinta más y sucedió que, un gran temporal llamado Filomena, depositó tanta nieve en sus ramas que arrancó gran parte de su ramaje.

Volví a arroparle con mi cuerpo y experimenté su dolor por sus “brazos” destrozados. Entonces sorprendentemente escuché “GRACIAS”. Pensé que aquello era producto de mi imaginación, pero en aquel momento se acercó Kino, levantó su pata derecha posterior y echo una gran meada en el tronco del árbol. “¡KINO, GUARRO, ¡VETE A MEAR A OTRA PARTE!, apareció de nuevo la voz.

No he vuelto a oír nada desde entonces, pero mi perro hace sus necesidades ahora en un pequeño ciruelo.

4 comentarios:

  1. Que sabia es la vida cuando nos anima a comunicarnos con la naturaleza y aprendemos a cuidarla. Bonita historia, Antonio, un pino con sesenta anillos de memoria plantado con tu padre en el jardín es como un libro al que puedes pasar y recordar las hojas de tu memoria cuando lo necesitas. Gracias y feliz Navidad.

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  2. Tu relación con tus plantas me enternece, Antonio, pero a tu perro no se le ve muy sensible con ellas. No me extraña que el árbol se defienda. Divertida historia, Antonio. Es un placer leerte. Feliz Navidad. Un abrazo.

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  3. Qué bien mezclados están el humor y la sensibilidad en tú relato, y pobre ciruelo 😅

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  4. Gracias a todos. Lo mas representativo del relato,quería señalar, que al àrbol (Naturaleza) si la cuidamos nos dan las GRACIAS; y eso es fundamental para todos los seres vivos, incluidas las lechugas que nos comemos... Feliz Navidad, dentro de lo que podamos.

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