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martes, 3 de octubre de 2017

02. Vida desenfocada. Rosa Molina



Nací ciego, así que estrené el universo cuando me implantaron unos ojos electrónicos confocales. Última tecnología, me aseguraron. A partir de entonces fui inmensamente feliz. Estudié Biología y Astronomía porque quería verlo todo.  Hace poco percibí que mis ojos nuevos, gastados de tanto mirar, no enfocan según mis deseos, sino según mis sentimientos: si me enfado, con mis nervios en tensión, puedo ver un océano en una gota de agua, sin microscopio; por eso, para mi laboratorio de nanobiotecnología, contraté  como ayudante a un completo patán, ¡me saca de quicio con solo verle! Pero por la noche, con los nervios relajados y absoluta  soledad, puedo entrar en el universo, ver las galaxias de cerca, mirar las entrañas a las estrellas con solo subir al ático de mi casa. He tenido que fabricarme unas gafas bifocales para vivir con normalidad: la parte de abajo para cuando me enfado y la de arriba para cuando soy feliz. Así compenso.

2 comentarios:

  1. Buen implante de gafas Rosa... Nos vamos a ahorrar un montón en pastillas...
    BS

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  2. Un relato lleno de sentido. Fabuloso.

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