Entramos en junio, un mes soleado, cálido, pero aún florido y hermoso. Empiezan los calores, pero no la canícula, para esa hay que esperar a julio-agosto, así que podemos aprovechar para dar paseos a casi todas las horas del día. Aún circulan las nubes que regalan sombras itinerantes allá por donde van y, en ocasiones, se nublan los cielos y podemos respirar un poco más a gusto o tomar una cerveza en cualquier terraza sin temer al sol.
Este mes debemos prepararnos
para el largo verano, sobre todo los que vivimos lejos de la costa norte,
porque hasta aquí no llegan las borrascas oceánicas, ni las brisas marinas,
aunque sí tengamos gaviotas. Aquí el viento es cálido, seco, aunque aún no
queme, como pasará el mes que viene.
Así, entre sombra, nube y
siesta, podéis inventar historias para contarnos en este vuestro blog.
Os esperamos.
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