Conocí en el verano del 72 a una miss alemana, de padres españoles, en la escalera de la discoteca que estaba de moda entonces en Santander.
LA BELLE EPOQUE, y la pongo con mayúsculas, pues fueron unos días que nunca olvidaré. Ella se llamaba Ana, guapa, morena y nos enamoramos nada más vernos en Caracol.
Yo la dije, -“¿María te gusta la disco BB2?”-Me dijo Eva – “ Me gusta más Jesma”.
Pues entonces llevé a Pepa al Royal 70, pues con una rubia tan exuberante iba a fardar mucho.
La pelirroja Antonia se estaba cansando de estar sentada en La Bohemia y me propuso ir en el coche a unos jardines a las afueras de Santander y que no era ningún secreto, que eran un punto de reunión para parejitas.
Cuando llegamos, parecía el parking del aeropuerto, tuvimos que esperar y Josefa y yo, ni te cuento, nerviositos.
Al aparcar ,Carmen me dijo –“Quítate el jersey”-
Salí del coche y al levantar los brazos, vi en un alto, como en un Otero a unas 400 personas con bebidas, sillas, en filas, mirando.
Terminamos donde el principio, el Albatros, besándonos Lola y yo.
Qué bonito son los recuerdos.
Leo y veo que has tenido una vida muy muy intensa, Epífisis, porque hay un cóctel nombres de mujeres y discotecas intenso y movidito, jejeje. Lo bueno de los buenos recuerdos es que van acompañados de emociones, así que.... ¡disfruta! Un abrazo y gracias por tu buen humor.
ResponderEliminarPues sí, así son los recuerdos como los olvidos, danzarines. Van pegando saltos de allá para acá, más o menos como tu relato. Me encanta la danza.
ResponderEliminarHasta puedes hacer un calendario con tus recuerdos/olvidos. Lo mismo en la página de diciembre recompones la historia al detalle, jeje
ResponderEliminarTe ha faltado terminar el relato en Berlín; en algún cabaret donde actuaba Lili Marlem... jajaja
ResponderEliminar¡Vaya ajetreo de recuerdos! He disfrutado mucho con tu relato circular.
ResponderEliminarPues creo que nada importa si tu protagonista es autobiográfico o inventado, a mi solo se me ocurre decir " QUE LE QUITEN LO BAILAO" Jajajajaj
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