Tengo un primo que vive en el norte. Brigantium lo definían los romanos hace 2000 años, para nosotros Betanzos. Allí, cuando llueve, brota la vida, las angulas nadan por el río después de su viaje desde los Sargazos, las luciérnagas (lucincús) para los gallegos, salen ahora y encienden su luz para buscar compañera, los árboles se desperezan y salen de su aparente letargo invernal, los campos se llenan de hierbas, mariposas y flores de mil colores. Las truchas, en medio del agua, capturan pequeños insectos ya que, en marzo buscaron el brote de su propia vida y desovaron. Muchos seres humanos, sobre todo de menor edad, brotan por doquier buscando su propio brote y no lo saben. Pero yo si, porque miro, veo, comprendo y respeto. En el fondo me dan algo de envidia.
Bueno, Jesús, hay que ver las cosas siempre con una perspectiva ventajosa. Excepto los que viven en le polo sur, los demás vivimos siempre más al norte que otros, y desde tu comprensión y respeto, deberías ver que tú también buscas y brotas, y en tu caso, lo mejor es que lo ves y lo comprendes, y eso no puede decirlo mucha gente. A eso se le llama vida consciente, y es un privilegio. Un abrazo y me alegra mucho volver a leerte.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Rosa, cada pensamiento consciente es un brote de vida y tú eres muy lúcido y me gusta mucho leerte. Un abrazo
ResponderEliminar