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jueves, 2 de junio de 2016

Junio: las amistades peligrosas

Este mes os proponemos coquetear con el peligro. Que os agarréis de la mano del amigote o la amiguita que acabáis de conocer, ese o esa que a vuestros padres nunca les gustó porque eran expertos en meteros en líos sin salida, en convenceros para hacer cosas prohibidas, esas que siempre acaban mal, y os dejéis llevar. ¿Quién no ha tenido un amigo así? ¿Quién no se ha dejado llevar por una persona de ideas tan descabelladas como divertidas? 

Decía E. Hubbard: "Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere". Pero esta frase se aplica a los buenos amigos, los que no solo no te embarcan sino que te apoyan, ayudan y escuchan. Los otros, los "peligrosos", te utilizan para conseguir sus planes y sucumbes a sus deseos a pesar de que te das cuenta, de saber que todo va a salir mal, de que no puedes renunciar porque su plan es, simplemente, irresistible. Si echas la vista atrás, te acordarás de muchas experiencias que forjaron tu carácter probando, experimentando cosas que, si no, no habrías hecho.

Como siempre, este tema lo perfiláis vosotros. Esta es una propuesta basada en vuestro recuerdo, pero podéis inventaros una amistad para llevar a cabo la aventura más descabellada de la historia, ser vosotros el "amigote". A veces hace falta más gente para que el peligro sepa mejor... 

Para ejemplo de "amistades no convenientes", os dejo este microrrelato de Eugenio Mandrini que espero que os guste: 

LOS EXPULSADOS

Somos cuatro: el idiota, el poeta, el ciego y yo, el loco. "Allá van los expulsados", gritan quienes nos ven andar la tierra de pueblo en pueblo. Es que ni bien llegamos a algún lugar, a cualquier lugar, nos recelan, nos hostigan, nos apartan. Cuando preguntamos el motivo contestan siempre lo mismo: al idiota, por idiota; al poeta, por exceso de artificio; al ciego, por vivir en la ilusión de un derrumbe de sombras; y a mí, el loco, por llevar un ojo celeste y el otro rojo y ser una mezcla atroz del cielo y el infierno. Y para rematar, agregan que los cuatro tenemos la mirada perdida. Nosotros nos defendemos diciendo que somos la síntesis de la época en que vivimos: un poco idiota, un poco fabuladora, un poco ciega y un poco loca, y que por eso mismo deberían respetarnos. Ahí es cuando nos expulsan.
Ahora estamos llegando a un pueblo fantasma. Esperamos tener mejor suerte.

Fuente: Por favor, sea breve 2. Ed. Páginas de Espuma.



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