Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

jueves, 6 de noviembre de 2014

01. El vigía. Verónica Miranda Miguel

Meses tratando con esa persona que demostraba que sabía todo de todos y no sabía nada de él, me sentía en desventaja, como querer ocultarme cuando todo para él era transparente.
Comencé a indagar, pero era difícil, nadie sabía su procedencia. Tampoco conseguía llegar antes que él al despacho para registrar su mesa, parecía vivir allí. Un día fingí tener mucho lío para que se fuera antes que yo. Le seguí. Su vida parecía anodina. Cenó en un pequeño restaurante de comida casera, con grandes ventanales de cristales empañados por el polvo y la grasa; habló solamente con la camarera para ordenar la comanda y pedir la cuenta. Cogió su abrigo de paño negro y salió a la ciudad oscura. Entró en un edificio de ladrillos rojos, sospechosamente parecido a… ¡el edificio de la oficina! No entendí nada, pero entré tras él. Para llegar a su despacho, había que sortear librerías altísimas de viejos libros abandonados. Dejé que siguiera adelante, algo me llamó la atención: un hueco de polvo removido por haber sacado un libro hacía poco. Concretamente, un ejemplar de “Las uvas de la ira”. 
Entre sus páginas, un hilo del que tirar: una foto de él 30 años más joven, otro joven a su lado, una extraña dedicatoria y una fecha.

2 comentarios:

  1. Intrigante relato, Verónica muy bien hilado con un final sorprendente. !Enhorabuena!

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  2. Caramba, Verónica. No sé si voy a poder dormir. Con esas frases cortas y esa acción trepidante.... ¡qué emocionante microrrelato, qué bueno!

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