Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

martes, 1 de agosto de 2023

06. Verano. Géma Herráez

  El verano siempre nos trae promesas de viajes, encuentros, noches de tertulia y tormentas que alivian el calor. 

Vienen a mí recuerdos de veranos pasados, los de mi niñez, con la fastidiosa siesta obligatoria que me hacía perder un tiempo valioso para disfrutar jugando. Veranos en el pueblo, regando los tomates con mi prima,  que era una auténtica experta con el azadón, cortando aquí y abriendo allá para que el agua del pozo regara todos los surcos, algo que me parecía un verdadero arte inalcanzable. Aprendiendo a nadar en una alberca sin que nos importara que estuviera llena de verdín y claras. Correteando casi desnudas sin el  pudor  que, inevitablemente, surgió con la adolescencia en los años siguientes.Y vinieron amores de verano o veranos de amores, paseos por la carretera a las afueras del pueblo, besos furtivos y bailes agarrados en las fiestas.


Esos veranos dieron paso a otros compartidos con amigos, risas cómplices y vida que nos fue comprometiendo cada vez más.


La maternidad irrumpió y los veranos volvieron a recuperar la niñez, pero desde otro ángulo. Y hoy, cuando de repente han pasado 30 años y el tiempo va robando la juventud de mi piel, aún siento en ella la huella indeleble de todos esos veranos.


Y, lo confieso, aún espero que el sol estival siga haciéndome sentir tan  viva y anhelante como entonces.


2 comentarios:

  1. Olor a ropa blanca mojada tendida en la hierba. Remos de una barca en la fiesta grande los marineros que arrojaban coronas de flores en el agua inmensa…y un lavadero en desuso hace mucho tiempo pero sigue manando agua fresca en las fuentes que cuida Deva, su diosa …

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué buenos recuerdos! Yo me quedaba en mi barrio, porque nunca íbamos al pueblo, pero teníamos todos los descampados del mundo para correr, jugar, cazar fantasmas y mil locuras más. No había horarios, ni obligaciones ni deberes, solo ganas de callejear y jugar. También llegaban los puestos de melones. ¡Qué bien haber sido pequeños y felices! Feliz verano, Gema.

    ResponderEliminar