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miércoles, 20 de enero de 2021

07. Nanuk. Julián Rumbero

Los colegiales estaban encantados con Carla. Capaz de desentrañar los misterios de la calefacción en invierno, o del aire acondicionado en verano, los animaba a participar en las tareas. Sintiéndose importantes, después de cada gesta crecían un palmo.

        La maestra les dijo que los osos polares eran parecidos a ellos. Nadie lo dudó y confiaron plenamente en lo que quería contarles. Les dijo, despacio y con voz entrañable, la clase pareció suspenderse del vientre de una nube rolliza, que el primer oso polar tenía cola. Y hambre. Para colmo, Nanuk, así se llamaba el oso, no era especialmente hábil pescando por culpa de su impaciencia.

Fue el zorro quien le enseñó a emplear su cola como caña, pero con la advertencia, dados los fríos del ártico, de que no debía entretenerse más de dos minutos con ella dentro del agua.

Nanuk ignoró al zorro y cuando sacó el rabito, gélido y con muchos peces atrapados por quedarse mordiendo en él, se partió en mil pedazos. Desde entonces, aprendió de la Naturaleza la necesidad de una prudente paciencia.

Hoy, otra codicia deshiela los hogares de los osos polares que desfallecen y se ahogan buscando alimento. Y por eso, concluyó la maestra, entre triste y enrabietada, los osos polares se parecen a nosotros. ¿Qué pérdidas serán necesarias para aprender?


6 comentarios:

  1. Entre tierno, instructivo y triste tu relato hace reflexionar sobre la irresponsabilidad de la codicia desmedida, Julián. Es un placer leerte.

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  2. Una fábula brillante como la nieve Julian... Lo mismo digo. Y añado que como la Naturaleza es sabia sabrá deshacerse de los codiciosos...

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  3. Muy bonito relato.
    pues si, necesiamos aprender de la perida y sobre todo apreciar todo lo que si tenemos para empezar a saborarlo y asi consumir mucho menos.

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  4. Una enseñanza valiosa, Julián. Ojalá todos los maestros, y padres, enseñaran así los temas más fundamentales de la vida. Gracias por tu relato.

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  5. Cuando una clase escucha a su maestra de esa manera( "suspendida del vientre de una nube rolliza")no cabe duda de su buen hacer.Y así lo ilutras estupendamente con la historia de Nanuk y la moraleja.

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  6. Muy bonito y muy real. Afortunadamente, siempre habrá profes como Carla y, desgraciadamente, los codiciosos seguirán intentando hacerse con todos los recursos del planeta...

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