Tenía un
correo nuevo en la web Citaprevia, ella nunca empezaba las conversaciones; solo
contestaba si le interesaba la persona.
En
su cabeza, una idea fija daba vueltas como un caballo de tíovivo. Su vida de
casada y madre de dos niñas de catorce y dieciocho años se le antojaba monótona
y aburrida. En la cama, Celso era un lugar demasiado común; un buen padre que cuidaba
de sus hijas con cariño y los fines de semana hacía con ellas los trabajos del
cole.
Vida;
parecía que su nombre la impulsaba a buscar algo nuevo fuera del hogar. Dudaba entre seguir con la
seguridad de la compañía de Celso o romper estrepitosamente todo lo construido
juntos hasta entonces.
Tenía
amigas que habían dado el paso, con las que salía a tomar algo. Desde fuera,
Vida las envidiaba; poder entrar y salir sin dar explicaciones; conocer gente y
encontrar ese hombre que la encendiera como una antorcha solo con mirarla.
Quería
protagonizar un montón de relatos breves. Un largometraje real que dejase sin
aliento a las amigas que tantas veces envidiaba.
Solo
fallaba que, con cincuenta años, el romance o la soledad, el paraíso o el infierno,
era una apuesta a vida o muerte.
A veces hay que dar ese paso con todo lo que conlleva, y a veces te llevan de la mano para que tú le des y cargues con la culpa de la ruptura familiar. Pero es darlo y vivir o quedarte y morir. Arriesgarse a veces puede salir bien a pesar de ...
ResponderEliminarYa lo dice el refrán (también para soñar), más vale tarde que nunca...
ResponderEliminarNunca es tarde para cambiar de vida, sobre todo cuando lo que tenemos no es lo que queremos tener. Lo peor no siempre está por llegar, a veces nos ciega porque es lo que tenemos, y nos ciega. ¡Hay que ser valientes! Un abrazo, Rafa.
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