Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

domingo, 1 de junio de 2014

Junio, ¡un mes de miedo!

Este mes os vamos a hacer una propuesta terrorífica: escribir un microrrelato de terror, miedo, suspense, tensión. ¿A que os apetece? Podéis tatuar unos dientes de ajo en los colmillos de Drácula mientras duerme una mañana luminosa y cálida; o que una muñeca cobre vida tras caerle un rayo y persiga al perro por el pasillo de vuestra mansión; o cualquier otra cosa que se os ocurra porque, como muy bien sabéis, la imaginación es ilimitada.

Aquí os dejo un regalito, a modo de muestra. Un microrrelato del libro Cadáveres exquisitos (Ed. Páginas de Espuma) de Fernando Iwasaki, libro que aprovecho para recomendaros y en el que encontraréis calidad y terror a partes iguales, escritos con ironía, sarcasmo y puro divertimento. Genial de verdad. 


PETER PAN

Cada vez que hay luna llena yo cierro las ventanas de casa, porque el padre de Mendoza es el hombre lobo y no quiero que se meta en mi cuarto. En verdad no debería asustarme porque el papá de Salazar es Batman y a esas horas debería estar vigilando las calles, pero mejor cierro la ventana porque Merino dice que su padre es Joker, y Joker se la tiene jurada al papá de Salazar. 

Todos los papás de mis amigos son superhéroes o villanos famosos, menos mi padre que insiste en que él sólo vende seguros y que no me crea esas tonterías.

Aunque no son tonterías porque el otro día Gómez me dijo que su papá era Tarzán y me enseñó su cuchillo, todo manchado de sangre de leopardo.

A mí me gustaría que mi padre fuese alguien, pero no hay ningún héroe que use corbata y chaqueta de cuadritos. Si yo fuera hijo de Conan, Skywalker o Spiderman, entonces nadie volvería a pegarme en el recreo. Por eso me puse a pensar quién podría ser mi padre.

Un día se quedó frito leyendo el periódico y lo vi todo flaco y largo sobre el sofá, con sus bigotes de mosquetero y sus manos pálidas, blancas blancas como el mármol de la mesa. Entonces corrí a la cocina y saqué el hacha de cortar la carne. Por la ventana entraban la luz de la luna y los aullidos del papá de Mendoza, pero mi padre ya grita más fuerte y parece un pirata de verdad. Que se cuiden Merino, Mendoza, Salazar y Gómez, porque ahora soy el hijo del Capitán Garfio.

2 comentarios:

  1. Un tema que da para mucho y que no siempre tiene que ser espiritual, imaginativo: recuerdo la primera vez que me llamó hacienda porque no le cuadraba mi declaración de IRPF. !Qué noche!

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  2. ¡Este mes promete!
    Antonio, ¿la primera vez? Pero, ¿cuántas veces te ha llamado?
    Saludos,
    Roberto

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