Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!

sábado, 19 de septiembre de 2015

01. Vino celestial. Antonio Nieto

Mi profesión de enólogo empezó cuando terminé el bachillerato y comencé a reflexionar sobre lo que haría con mi vida. No me gustaban ni las matemáticas, ni el arte, ni ser soldado,  los deportes y mucho menos político corrupto. Nada en mi corta vida me había llamado en exceso la atención. Bueno, sí, cuando fui monaguillo y tramaba probar el vino que  D. Anselmo guardaba celosamente en la Eucaristía. Mis compañeros no se atrevían hacerlo, por aquello de que podría tratarse de  la sangre del Señor. Un día lo degusté, a pesar de las advertencias y consecuencias funestas de mi recordado sacerdote, y  todavía recuerdo aquel  reguero de placer  recorriendo mi garganta.  He hecho decenas de cursillos, paladeado centenas de catas y estoy considerado una eminencia en testar los caldos de tan noble fruto. Sin embargo, todavía no he llegado a reconocer aquel vino de mi niñez. Me he preguntado mil veces de qué clase de uva se trataría: Garnacha, Mencía, Monastrell, Cabernet Sauvinon, Merlot…, hasta que me di cuenta que aquello que tomé por primera vez a escondidas y de forma delictiva, no debería ser de este mundo, sino que era vino celestial. 

2 comentarios:

  1. Muy lindo, la transgresión que esplendido don celestial.
    un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Entrañable relato. Cualquiera te regala un vino, menudo paladar el tuyo, jeje. Un beso

    ResponderEliminar