Mi novio era juez de
instrucción y su vida estaba regulada por principios y decretos. “La ley
funciona como el velcro: o vives pegado a ella, cumpliendo fielmente sus
dictámenes o te agarra con sus veredictos y sentencias”, aseguraba. Pero tanta
racionalidad tenía un enfermizo contrapunto: su aversión por la astrología.
Para él no existía nada más irracional y tóxico. ¿Quién podía creer semejantes
sandeces y decidir anular su inteligencia? Todos los días leía su horóscopo en
el periódico y se reía, liberando así una gran ansiedad contenida. Esa mañana,
como siempre, como todos los malditos días, me telefoneó, “mira la chorrada de hoy, dice que me abandonará el amor de mi vida, ¡vaya estupidez!....,
oye, ¿estás ahí? ¿me escuchas?....”. Colgué. Al fin y al cabo, no era tan mala
idea, qué digo, era genial imaginarme sola en el crucero, al sol, con mi bikini
nuevo y una piña colada fresquita. Total, qué más daba, seguro que le dolería
más que el horóscopo tuviera razón que mi abandono.
Blog para enfermos, familiares, voluntarios y miembros de AdEla. El jurado valorará la historia, contenido, imaginación y creatividad y NO tendrá en cuenta la puntuación, ortografía ni formato, pues sabe las dificultades de algunos de vosotros para escribir. También puedes comentar microrrelatos ajenos con respeto y crítica positiva. Lee los microrrelatos publicados para que te anime a empezar. ¡Suerte!
lunes, 12 de agosto de 2024
04. Predicciones veraniegas. Rosa Molina
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Original, divertido…veraniego. Es de agradecer entre tanto horror diario
ResponderEliminarNo sabía que los jueces de instrucción fuesen tan aburridos como pareja…
ResponderEliminarIgual si leyeran este blog amenudo… Rosa…