Esta es una lista de mandamientos de Highsmith que cada lector podrá hacer la suya.
1. Un secreto
para el éxito. No hay fórmulas
mágicas ni secretos, salvo la individualidad y la personalidad. Solo al
individuo le corresponde expresar lo que le diferencia de los demás. Es “la
apertura de espíritu”, pero no es nada místico. Es una especie de libertad, de
libertad organizada.
2. Objetivo: la
diversión. La primera persona a
la que deberías complacer es a ti mismo. Si eres capaz de divertirte
escribiéndolo, divertirás a los editores y a los lectores.
3. Planificación,
la justa. Un argumento nunca
debe ser rígido ni estar terminado. Tengo que pensar en mi propio
entretenimiento y a mí me gustan las sorpresas. Si sé todo lo que va a pasar,
escribirlo no será tan divertido. Es más importante que los personajes se
muevan y tomen decisiones como personas de carne y hueso, que se les dé la
oportunidad de deliberar, de elegir, de volverse atrás, de tomar otras
decisiones, como en la vida real. Los argumentos rígidos, aunque perfectos,
pueden hacer que los personajes parezcan autómatas.
4. Así empieza
todo. Los gérmenes de una
idea pueden ser pequeños o grandes, sencillos o complejos, fragmentarios o
completos, quietos o móviles. Yo los reconozco gracias a cierta excitación que
siento enseguida, la misma que produce una sola línea de un poema. El mundo
está lleno de ideas germinales y si no las tienes es por fatiga física o
mental. Entonces hay que viajar, pasear, el cerebro exige vacaciones. A veces
nos rodean personas que no nos convienen.
5. Claves para
una buena atmósfera. Se consigue poniendo
en marcha los cinco sentidos.
6. El diálogo,
con moderación. Tres líneas de prosa son suficientes para transmitir lo
esencial de una conversación. El diálogo es dramático y debe usarse con
moderación.
7. Sin trucos. Los trucos proporcionan un entretenimiento endeble y no
divertirán al lector inteligente. Son ideas ingeniosas que no tienen nada que
ver con la literatura.
8. No hablar con
escritores. No se me ocurre nada
peor o más peligroso que comentar mi trabajo con otro escritor. Los escritores
nadan unos junto a otros en la misma profundidad, dispuestos a hincar los
dientes en el mismo plancton que flota a la deriva. Me llevo mucho mejor con
los pintores.
9. Cuidado con
el amor. Las personas que nos
atraen o de las que estamos enamorados son como una especie de caucho que nos
aísla de la chispa de la inspiración.
10. El lugar de
las dificultades. Están en la mente del
escritor, no en el papel.
11. El dinero. El escritor hará bien en tener otro trabajo.
12. Sin juicios
morales. Las personas
creativas no hacen juicios morales. Hay tiempo para ello después, en lo que
crearán, pero el arte no tiene nada que ver con la moral, los convencionalismos
ni los sermones.
13. El arte de
escribir. Lo que hace difícil
escribir sobre el arte de escribir es la imposibilidad de establecer reglas.
Es decir, y después
de todo esto: que nadie se haga ilusiones.
Fuente: Babelia (El País 03-03-2015)
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