Mis recuerdos más nítidos de aquella noche de verano en la playa pertenecen a mi sistema límbico.
Sobre todo, los olores de la arena mojada, el del fuego de campamento, los aromas del porro comunitario y el de mi chica.
He vuelto a recordar esos olores, todos, menos el de mi chica.
El sonido también lo recuerdo, el casette de los Beatles se fundió con nosotros aquella noche.
Gracias a mis amigos pude reconstruir aquella noche mágica.
El porro rulaba de mano en mano, la sangría estaba riquísima y las risas iban en aumento.
Nos bañamos desnudos, jugando a la pelota en el agua. Al poco rato dejamos de hacerlo y nos abrazamos, salimos despacio y nos tumbamos en las toallas.
No recuerdo nada más que su olor y la arena mojada y según me contaron, nos quedamos dormidos, nos taparon y nos dejaron en paz.
Me despertó justo cuando estaba amaneciendo, nos miramos, nos besamos y al darnos cuenta de que estábamos desnudos, nos entró vergüenza y nos tapamos.
Al despedirnos nos prometimos mil cosas, ninguna se cumplió y no la he vuelto a ver.
Cuando me cruzo con unos jóvenes fumando un porrete, algo de mí añora.
Creo que el sistema límbico es el único que funcionaba en verano. Gracias a él la música, los sabores, los olores, las sensaciones, las vivencias se pegaban a nuestra memoria aunque hubiéramos fumado media docena de porros :-D
ResponderEliminar¡Qué tiempos aquellos! Muy evocador tu relato.
El sistema límbico también funcionaba en el instituto, entre clase y clase, sobre todo en los billares cuando faltaba algún profesor, jejeje. Yo también tengo recuerdos entre humos y sueños, y entre la clase de Historia y Latín. En fin, qué buenos recuerdos, Epífisis. Tan buenos como tu relato.
ResponderEliminar¡Bendito sistema límbico! Sin él seríamos robots. Toda una alegría darse cuenta del talón de Aquiles del chatGPT.
ResponderEliminarMuy chulo tu relato veraniego
Ay! Que recuerdos. Esos veranos con la pandilla, ese chico o chica que nos gustaba y que nos hacia vibrar. No existía nada más, solo la felicidad del momento. Amores , quizás, solo de verano pero de una intensidad que es difícil alcanzar de adultos.
ResponderEliminarMuy bueno y evocador Epífisis .